Sánchez se inspira en la CUP y en los círculos de Podemos para celebrar su ‘referéndum’
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha intentado romper el cerco de sus barones regionales anunciado la celebración de una consulta, en la que los militantes socialistas ratificarán o rechazarán el pacto de gobierno que quiere negociar a varias bandas.
Según los estatutos del PSOE, la decisión sobre la política de pactos corresponde exclusivamente al Comité Federal. Pero Sánchez ha decidido ponerla en manos de los militantes, consciente de que buena parte de los dirigentes socialistas le han retirado la confianza, después de que el PSOE obtuviera el peor resultado de su historia en las elecciones generales del 20D.
Para poner en marcha esta fórmula, Pedro Sánchez se ha inspirado en la «democracia asamblearia» que predican la CUP en Cataluña y los círculos de Podemos.
El partido de Pablo Iglesias sometió a votación entre sus simpatizantes los pactos de gobierno cerrados con el PSOE en distintas Comunidades autónomas y ayuntamientos en 2015.
Tras celebrar asambleas informativas, la votación se efectuaba de forma telemática a través de la web de Podemos entre los «simpatizantes» que se habían registrado previamente en un censo.
Un empate inverosímil para que decida la dirección
La falta de controles en este mecanismo y en el procedimiento de inscripción ha dado lugar luego a acusaciones de pucherazo en varios círculos, como ha ocurrido en Galicia.
En el caso de Alicante, la comisión de Garantías Democráticas de Podemos ha optado incluso por sancionar a toda la dirección provincial del partido, tras comprobar las irregularidades denunciadas.
En cuanto a la CUP, mantuvo en jaque a Artur Mas vetando su reelección como presidente de la Generalitat mediante la celebración de sucesivas asambleas que culminaron con el esperpento del 26 de diciembre: la tercera y última votación se saldó con un inverosímil empate a 1.515 votos entre los partidarios y detractores de la investidura de Mas.
Este simulacro de «democracia representativa» sirvió de pretexto para que la decisión quedara finalmente en manos de los dirigentes de la CUP, quienes lograron doblegar a Junts pel Sí: Artur Mas aceptó sacrificarse a cambio de colocar en la Presidencia de la Generalitat a un hombre de su entera confianza, Carles Puigdemont.
La consulta no será vinculante
Pedro Sánchez se basa ahora en estos precedentes para someter a consulta entre los militantes el pacto de gobierno que quiere cerrar con Podemos, y que necesitará además el apoyo o la abstención de otros partidos.
Lo hace después de que los barones y la «vieja guardia» socialista hayan advertido sobre el riesgo de pactar con Podemos, con intervenciones especialmente airadas de dirigentes como el ex presidente Felipe González, el ex ministro José Luis Corcuera o el ex presidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina.
Pedro Sánchez siempre se ha mostrado convencido de que los militantes del PSOE quieren un pacto con Podemos, y confía ahora que su referéndum sirva para ratificar esta decisión.
El PSOE ha advertido, eso sí, que la consulta no será vinculante, pero el secretario general espera que el resultado sirva al menos para imponer su criterio a los barones, que le han puesto cada vez más difícil el pacto con el partido de Pablo Iglesias.