Otro favor de Sánchez a los terroristas: acerca a presos etarras y de Resistencia Galega

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
Carlos Cuesta

El Gobierno de Pedro Sánchez quiere ganar votos de los partidos radicales. Y no se le ha ocurrido mejor manera de hacerlo que acelerar el traslado de presos a cárceles cercanas para demostrar su comprensión. Primero fueron presos etarras, ahora ya las órdenes incluyen a miembros de Resistencia Galega.

Las indicaciones de traslados más recientes han incluido a cuatro presos etarras. Y los nuevos procesos de traslado incluyen ya a Roberto Rodríguez Fialhega, Eduardo Vigo Domínguez y Adrián Mosquera Pazos. En este último caso no fue probada su pertenencia a Resistencia Galega –el Tribunal Supremo lo absolvió en sentencia del delito de pertenencia a organización terrorista–, pero mantuvo la condena de siete años de prisión contra Mosquera Pazos por un delito de tenencia de explosivos.

Ellos forman parte de un colectivo –al que se sumaban en su momento Raul Aguilheiro Cartoi y María Osorio Lopes, como miembros de Resistencia Galega, y Carlos Calvo Varela, que negó su pertenencia a esa banda terrorista– que englobaban penas por actos de violencia callejera, tenencia de explosivos o colocación de bombas de fabricación casera en entidades bancarias, sedes de partidos, o medios de comunicación.

Y en el caso de todos ellos, la campaña política de Podemos y En Marea, coordinada con Causa Galiza, no tardó en surgir, especialmente en la dirección de presionar al PSOE para que concediese beneficios penitenciarios. La consigna era afirmar que, a diferencia de los guiños socialistas hacia los presos golpistas catalanes o los terroristas de ETA, la misma “comprensión” no surgía con los separatistas gallegos.

Ya trasladó a cuatro presos etarras

Pero esa comprensión ya ha llegado: justo en la cercanía de la fase electoral y justo cuando Pedro Sánchez se disputa los votos con los partidos de extrema izquierda en cada plaza española. Los citados presos se encontraban dispersos por prisiones como las de Ocaña, Dueñas o Mansilla de las Mulas. Ahora las prisiones gallegas son ya las elegidas para acogerles.

Y no se trata de los únicos gestos. Porque lo cierto es que en los últimos meses –y pese a las quejas del PNV– los presos etarras también han acelerado su llegada a prisiones vascas. Es el caso de Olga Comes Arambillet, Jesús Guinea Sagasti, Aurken Sola Campillo e Iratxe Yáñez Ortiz de Barrón: y son simplemente algunos de los ejemplos de una larga lista aprobado por Grande-Marlaska en poco más de 4 meses –el colectivo total asciende a la quincena– de traslados de presos de la banda terrorista.

La versión oficial dada destacó que los cuatro presos habían aceptado la legalidad penitenciaria. Y con ello, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ordenó su traslado. Comes ingresó en prisión el 4 de diciembre de 2012 y cumple condena de 9 años, 1 mes y 15 días por depósito de armas y municiones conectado con banda armada. Guinea ingresó en prisión el 7 de abril de 2010 y cumple condena de 12 años por depósito de armas y desórdenes públicos.

Sola entró en prisión el 1 de noviembre de 2008 con condena de 20 años por depósito de armas, tenencia  de explosivos y colaboración con banda armada. Y Yáñez ingresó en prisión el 28 de octubre de 2010 con condena de otros 20 años por depósito de armas y municiones, colaboración con banda armada y falsificación de documento oficial. Grande-Marlaska, además, ha aprobado en las mismas fechas dos traslados más, los de dos miembros del GRAPO.

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