Malestar en el PSOE tras mentir Montero sobre las 4 reuniones de su jefe de gabinete con Aldama

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró en el Senado que Víctor de Aldama no podría probar las reuniones con su jefe de gabinete «porque no han existido» y puso «la mano en el fuego» por él. Sin embargo, tras instarle Aldama a que se pusiera «pomada porque se va a quemar», ha reculado y ha admitido hasta cuatro reuniones de su mano derecha con el comisionista. Una rectificación que ha encendido las alarmas en el PSOE, donde ya se teme que el caso salpique a Montero, su actual vicesecretaria general y, por tanto, número 2 del partido.

El cerco se estrecha sobre la cúpula del PSOE. Con Pedro Sánchez señalado como «El 1», como se referían en clave los integrantes de la trama cuando hablaban del presidente del Gobierno, y con el secretario de Organización Santos Cerdán acusado de recibir 50.000 euros por parte de Aldama, la última en centrar todas las miradas ha sido María Jesús Montero.

El movimiento de Montero ha provocado malestar y preocupación en el seno de Ferraz, donde se entiende que es una forma de ceder terreno ante la versión sobre la trama ofrecida por Aldama ante el juez. Una versión que el Gobierno ha atacado con nefasto resultado en ocasiones anteriores, como cuando Moncloa intentó calificar al comisionista como «el nuevo Pequeño Nicolás» tras explicar sus relaciones con servicios de inteligencia españoles y extranjeros. «Le faltó citar a la TIA», dijo el ministro Félix Bolaños. A partir de ahí, una cascada de informaciones sobre concesión de medallas, encuentros sociales con la CIA y el FBI, o las prácticas de tiro en campos de la élite antiterrorista desvelados por OKDIARIO. Lo mismo con la foto de Aldama con Sánchez en 2019.

Al admitir las cuatro reuniones de su jefe de gabinete con Aldama, Montero ha vuelto a poner la diana sobre Ferraz. Existe malestar en el partido por el paso dado por su vicesecretaria General al admitir otra de las cuestiones reveladas por el comisionista ante el juez. El propio Aldama llegó a retar a Carlos Moreno que, si no enseñaba los mensajes de Whatsapp que ambos habían mantenido, lo haría él. Ni ha hecho falta.

La historia de esta nueva rectificación se empieza a escribir hace dos semanas en el Senado. Fue la propia vicepresidenta quien se puso en el disparadero, cuando compareció en el Senado para responder a las acusaciones de Aldama hacia Carlos Moreno, su número 2. «Pongo la mano en el fuego por él», dijo, señalando que es de su «absoluta confianza» (están unidos desde 2004).

Sobre esas cuatro reuniones con Moreno que adelantó Aldama, Montero fue tajante: «No puede probar las reuniones, porque no han existido». Negó, además, cualquier contacto de su gente con Aldama y que Moreno hubiese cobrado 25.000 euros por rebajar una deuda del comisionista con la Agencia Tributaria.

Aldama tardó en responder, pero lo hizo la pasada semana a través de Radio Colombia: «Que se ponga pomada, que se va a quemar». Y la pomada llegó en forma de entrevista en eldiario.es, un medio afín, este pasado fin de semana, un entorno seguro elegido por la que la vicepresidenta para admitir abiertamente que, como Aldama había confesado al juez, su mano derecha se había reunido hasta en cuatro ocasiones con el comisionista. Encuentros que tuvieron lugar entre diciembre de 2019 y mayo de 2021.

«Cuatro reuniones»

Así justificó Montero su nueva versión sobre estas reuniones: «Los ministerios del Gobierno se tienen que reunir con empresas. El sector empresarial no puede tener un muro en el Gobierno por miedo a que alguien pueda sacar de contexto determinadas reuniones o determinadas conversaciones porque se quedarían sin ninguna interlocución dentro del Gobierno». Continuó: «Nosotros tenemos que ser un Gobierno abierto a la realidad, a los problemas que tienen los ciudadanos y estamos aquí, por supuesto, para ayudar a las empresas españolas, para ayudar a que puedan competir en otros mercados, para ayudar a que puedan crecer».

Montero, además, restó importancia al hecho demostrado documentalmente ante el juez de que el comisionista tenía el número y la tarjeta de contacto de su número 2: «El teléfono de mi director de gabinete lo tiene hasta el último alcalde de este país».

Pisos, sobres y deudas

La nueva versión de Montero se produjo poco después de que Aldama le avisase de forma muy explícita y gráfica: «Que vaya a una farmacia a comprar pomada para las quemaduras porque se va a quemar», le respondió el pasado jueves a través de una radio colombiana. El presunto comisionista de la red aludía a la presunta implicación en la trama de Carlos Moreno, jefe de gabinete de la titular de Hacienda.

El pasado miércoles, el empresario trasladó al Alto Tribunal: «En el móvil intervenido, en la lista de contactos, podrá comprobarse que Aldama guardaba el siguiente contacto: Carlos Moreno Jef Gab Hacienda PSOE». Además de ello, aportaba una copia de la tarjeta de visita oficial del alto cargo de Montero.

En el documento presentado por el comisionista de la red, según la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, puede leerse: «A través de este contacto se mantuvieron varias conversaciones de WhatsApp entre Aldama y Moreno. En ellas, Moreno solicitó de Aldama que le facilitara oportunidades de inmuebles, toda vez que quería adquirir uno con su pareja, comenzando una relación de interés. Finalmente, la vivienda adquirida por Moreno no fue facilitada por Aldama».

Según informó el empresario, este alto cargo de Hacienda habría mediado para evitar el embargo de Pilot Real Estate SL, una empresa vinculada a Aldama. Koldo García, ayudante del que fuera ministro de Fomento y ex número 3 del PSOE, José Luis Ábalos, tuvo tres encuentros según la agenda de Aldama. Tras ello, en 2020, la empresa desapareció de la lista de deudores, un año después tenía una deuda de más de 2 millones, y pasó a 1,3 millones en 2022.