Independentismo en Cataluña

Junqueras sale en libertad 142 días después de la sentencia que le condenó a 4.745 días de cárcel

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Agustín de Grado
  • Agustín de Grado
  • Subdirector y responsable del Área Política en OKDIARIO. Antes jefe de área en ABC, subdirector en La Razón y director de Informativos en Telemadrid.

Oriol Junqueras, condenado a 13 años de cárcel por sedición y malversación de fondos públicos, ya disfruta de la libertad. Ha pasado en prisión 850 de los 4.745 días a los que fue condenado el pasado 14 de octubre como artífice principal del golpe contra la Constitución en Cataluña en 2017. Desde hoy, saldrá de su celda tres días a la semana durante seis horas para ejercer como profesor de Economía en una universidad catalana.

Las cárceles catalanas ya se han abierto para siete de los nueve golpistas condenado por el Tribunal Supremo, sin que el Gobierno de España haya expresado la mayor preocupación por que esta situación se produzca apenas cuatro meses después de la sentencia. A día de hoy, sólo falta que los ex consellers Jordi Turull y Josep Rull accedan a los beneficios penitenciarios que la Conselleria de Justicia está aplicando con el criterio en contra de la Fiscalía.

Junqueras, que también está inhabilitado para el ejercicio de cargo público, ejercerá tres días a la semana, de lunes a viernes, como profesor de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), un centro de carácter semipúblico que está gestionado por dos fundaciones que reciben dinero público de la Generalitat. «Enseñar y aprender», se ha jactado en Twitter tras salir de Lledoners.

Ante el silencio del Gobierno de Pedro Sánchez, el fiscal superior de Cataluña, Francisco Bañeres, ha denunciado que la Generalitat esté concediendo permisos a los golpistas como si de un «tercer grado» encubierto se tratase. «No es frecuente» aplicar el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario a quienes están en la cárcel con penas de hasta 13 años «en un plazo tan corto» de tiempo, afirmó Bañeres la semana pasada.

La Fiscalía considera que flexibilizar la estancia en prisión de los líderes del golpe del 1-O aplicando el excepcional artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario es una forma de eludir los cauces de oposición y recurso que tiene el Ministerio Público contra las decisiones de las Juntas de Tratamiento Penitenciario de las cárceles catalanas. Y ha manifestado que si se consideraba que los internos ya estaban en condiciones de ser puestos en libertad «lo más razonable habría sido un tercer grado».

Sin embargo, Junqueras y sus secuaces están saliendo en libertad sin que les sea aplicado el tercer grado, aquél que alcanzan los presos a los que se considera preparados para la vida en libertad «con aceptación del delito cometido y con compromiso o por lo menos pronóstico de no volverlo a realizar», según recordó Bañeres.

La aceptación de la culpabilidad y el arrepentimiento de los hechos son dos requisitos que no cumplen ninguno de los golpistas agraciados con los beneficios del artículo 100.2. Así, Oriol Junqueras ha insistido en numerosas entrevistas y declaraciones tras ser condenado a 13 años de cárcel que volvería a hacer lo mismo que terminó llevándole a la cárcel. «Nosotros persistiremos siempre», aseguró desde la prisión de Lledoners.

En la misma línea se manifestó la segunda gran condenada por el Tribunal Supremo, la ex presidenta del Parlament Carmen Forcadell, que nada más salir de prisión colgó un tuit con un mensaje inequívoco: «Persistiremos».

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