Un informe de la Guardia Civil descarta que los 8 detenidos sean los asesinos de Barbate

Un informe de la Guardia Civil sobre el asesinato de los dos guardias civiles en Barbate arrollados por una narcolancha revela que la embarcación intervenida no es la que impactó con la patrullera de los agentes y que es posible descartar la participación de los actuales investigados. Lo ha hecho constar en un documento al que ha tenido acceso OKDIARIO que ya ha sido remitido este martes al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Barbate (Cádiz) que lidera la investigación sobre los hechos. De este modo, los agentes determinan que los detenidos por lo sucedido en Barbate, que permanecen en prisión provisional desde que fueron arrestados, no son los autores del asesinato.

Un equipo de investigación formado por los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Cádiz y de la Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central Operativa determina que la patrullera oficial de la Guardia Civil no es la narcolancha intervenida en febrero en la playa La Hacienda, de La Línea de la Concepción (Cádiz).

«Consecuentemente, es posible descartar la participación de los actualmente investigados en la perpetración de los delitos de asesinato y atentado agravado objeto de las presentes pesquisas, sin que ello afecte a la presunta comisión de un delito de contrabando», explican los agentes sobre los detenidos en Barbate.

Esta es la conclusión que se desprende de un informe sobre la tragedia de Barbate en el que los investigadores de la Guardia Civil han estudiado las nuevas grabaciones aportadas a la causa por la defensa de los narcos, que han defendido su inocencia ante el tribunal. El equipo de investigación también se ha centrado en la reconstrucción de los movimientos efectuados por la narcolancha que embiste a la patrullera de la Guardia Civil y determina que esta embarcación contaba con cuatro motores, una antena e iba tripulada por al menos tres personas. Según el informe policial, esta narcolancha lanzó seis ofensivas contra los agentes, siendo la última mortal para dos de ellos.

La investigación de la Guardia Civil también se ha centrado en el estudio de las cámaras de seguridad del Puerto de Barbate. Estas imágenes reflejan que ese día en el puerto había seis embarcaciones de alta velocidad, pero que tan sólo una de ellas contaba con cuatro motores y una única antena de color negro. Esta narcolancha estuvo en el agua hasta las 19:05 horas del día que ocurrieron los hechos y al hacerse de noche se perdió su rastro.

La grabación clave ha sido el vídeo aportado por el investigado y detenido José Antonio González Cazorla. Este narco, al que se le atribuía presuntamente el asesinato, dijo haber grabado la embestida en un vídeo de 3 minutos y 33 segundos. «Este vídeo, por tanto, despejaría las dudas sobre la teoría alcanzada tras el informe de reconstrucción de movimientos efectuados por la narcolancha que embistió a la patrullera permitiendo concluir que efectivamente, sólo una embarcación de alta velocidad de cuatro motores y una antena, ocupada por al menos tres tripulantes habría llevado a cabo la ofensiva contra los agentes», señala el informe de la Guardia Civil.

Las hélices

El laboratorio de criminalística de la Guardia Civil también ha analizado los uniformes que llevaban los agentes que sufrieron la embestida de la narcolancha y su correspondencia con los cortes de las hélices de las embarcaciones. En concreto, los agentes han tratado de determinar si los daños presentes en el traje de submarinista puedan corresponderse con cortes afilados producidos con las hélices intervenidas y localizar si las fibras incrustadas sobre las hélices remitidas pudieran tener un origen común.

Las conclusiones extraídas por los agentes de criminalística señalan que en el traje de submarinista se localizan numerosas roturas, cuyas características morfológicas son propias de cortes producidos por objetos instrumentos afilados de al menos un filo. «No se han encontrado sobre las hélices intervenidas fibras compatibles con las fibras que forman parte del traje de submarinista», explican los investigadores. Y prosiguen: «No es posible establecer una relación directa entre las roturas localizadas sobre el traje y las hélices remitidas».

Estos demoledores informes aportados a la investigación evidencian que los detenidos en febrero en Barbate no son los autores del asesinato de los agentes que murieron en acto de servicio. De este modo, se produce un vuelco a la investigación y aún no se han encontrado a los autores de los asesinos de Miguel Ángel González y David Pérez.