El Gobierno ha permitido una docena de vuelos a la semana desde Brasil pese a la cepa
El Gobierno ha anunciado este martes que restringirá los vuelos procedentes de Brasil y Sudáfrica durante las dos próximas semanas, ante las nuevas variantes de coronavirus detectadas en los dos países. Se trata de una medida que venía siendo reclamada con insistencia desde hace días por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Sin embargo, hasta ahora, y pese a las dudas que genera la cepa brasileña, el Ejecutivo había hecho oídos sordos. En este tiempo, hasta una docena de vuelos han estado llegando cada semana a España, en concreto, al aeropuerto de Barajas.
Según ha informado la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, la medida entrará en vigor a las 9.00 horas del miércoles y se prolongará, en principio, hasta el próximo 17 de febrero. Se podría ampliar en función de la situación epidemiológica.
A partir de este miércoles, sólo se permitirán los vuelos con ciudadanos españoles y andorranos o residentes en ambos países, así como con pasajeros en tránsito de un país que no forme parte del espacio Schengen y cuya escala en suelo español sea inferior a 24 horas y sin abandonar la zona de tránsito del aeropuerto.
Moncloa ha destacado que se trata de una «acción decidida» del Gobierno para proteger la salud de los ciudadanos. Desde Sanidad Exterior explican que hasta ahora ya se estaba comprobando la acreditación de una PCR negativa a la totalidad de los viajes procedentes de Brasil. De forma complementaria, explican estas fuentes, a los pasajeros se les realizaba un test a su llegada a España, debido a que el protocolo sanitario permite que la PCR se realice incluso tres días antes de volar.
Sin embargo, el Ejecutivo se ha resistido hasta ahora a tomar medidas más drásticas, pese a la indudable incertidumbre que provoca esta cepa.
Las investigaciones en marcha han vuelto a provocar la alerta sobre esta variante, bautizada como P.1, y surgida en la Amazonia brasileña. Se la vincula con los casos disparados en Manaos, capital del estado del Amazonas, y se estudia su peligrosidad, así como su posible capacidad de escapar al efecto de la vacuna. Brasil se encuentra actualmente desbordado por la pandemia.
El 9 de enero
La existencia de esta variante se dio a conocer ya el pasado 9 de enero, cuando fue detectada en las muestras de cuatro pasajeros llegados a Tokio tras permanecer una temporada por el Amazonas. Presenta varios tipos de mutaciones, algunas de las cuales se asocian a un mayor poder de contagio. En la actualidad, aún se estudia su impacto en la gravedad de la enfermedad, su ‘escape’ a las vacunas y también su poder de reinfección. En este sentido, recientemente se conoció el caso de una persona que contrajo el virus en marzo y que se volvió a contagiar con la nueva variante pese a tener anticuerpos. Los investigadores apuntan a que la cepa brasileña podría ser aún más transmisible, y también más peligrosa, que la británica o sudafricana.
El Gobierno ha tardado semanas en reaccionar, aunque la cepa ya está en circulación por varios países. Lo mismo ocurrió con la variante británica, que se propaga sin control por todo el territorio español y que podría ser dominante a finales de marzo, según admitió el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón. Sólo unos días de avisar sobre su impacto en España, el mismo Simón había considerado que sería «marginal».
Los hechos del Gobierno contrastan sin embargo con las advertencias de sus investigadores. El informe ‘Circulación de VOC B.1.1.7 y otras variantes de SARSCoV-2 de interés para la salud pública en España’, publicado el pasado 20 de enero, ya destacaba el aumento de la incidencia en Brasil y se avisaba de que «en estos momentos se está estudiando el efecto de esta variante sobre la transmisibilidad y la capacidad de neutralización de los anticuerpos». En ese mismo informe ya se recomendaba «restringir los viajes a zonas donde circule de forma importante una variante de interés e implementar medidas de control reforzadas para los viajeros procedentes de esas áreas».
La aparición de las nuevas cepas ha demostrado, una vez más, la tardanza del Gobierno en reaccionar a la crisis. El Ejecutivo, como publicó OKDIARIO, incluso rectificó su informe sobre las variantes en apenas unos días destacando que la cepa británica podría agravar la enfermedad, tras sostener justamente lo contrario.
Y no puede decirse que el Gobierno de Pedro Sánchez no estuviese advertido. Un informe firmado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CSIC) y el Instituto de Biomedicina de Valencia -‘Una perspectiva genómica de la pandemia: lecciones en salud pública’- concluía ya en octubre que «el cierre de fronteras a países con alta incidencia es relevante para evitar la importación simultánea y múltiple del virus». En este contexto, avisaba que, en España, «el cierre tardío no impidió la expansión interna» de los linajes que acabaron siendo dominantes y provocando un elevadísimo número de contagios (SEC8). Un aviso que bien podría haberse aplicado para evitar la preocupante propagación de las nuevas cepas del virus.