Camps: «Siguieron con la causa de los trajes mientras justificaban unas obras gratis en casa de Bono»

Francisco Camps Eduardo Zaplana
Francisco Camps y Eduardo Zaplana conversan amistosamente.

Sobre la corrupción, que llevó al PP a la oposición tras un acuerdo político entre PSPV, Compromís y Unidas Podemos, el ex presidente Francisco Camps quiere destacar la campaña feroz que desataron contra su persona, según él, “por un hipotético regalo de cuatro trajes”, un supuesto delito del que quedó exonerado judicialmente pasado el tiempo.

“Tengo que destacar que, desde el asunto de mis trajes en 2010, han sido desarchivadas 200 causas del PP en la Comunidad Valenciana. Todas ellas por iniciativa de la izquierda. Llevo peleando 10 años y siguen sin encontrar nada contra mí”, enfatiza Camps.

Zaplana: “Todos esos con dramas personales, familiares y vidas destruidas. No creía en las manos negras, pero algunas debe haber”.

Camps: “Querían destruirnos y lo lograron. En una rueda de prensa un periodista me preguntó: ‘¿Tiene miedo a que le detengan?’ Y le contesté. ‘Si estuviéramos en Francia o Alemania le diría que no, pero estando en España le tengo que contestar, que sí’. Y no me equivocaba”, insiste Camps.

Y pone como ejemplo el caso de la Fómula 1, por el que se abrieron cinco piezas judiciales de las que ya se han archivado cuatro. De las denuncias presentadas por el PSPV-PSOE, tan sólo queda una por tentativa de prevaricación de la que la Fiscalía Anticorrupción también pide su archivo, según el ex presidente.

Camps pone como agravio comparativo la manera en que los tribunales resolvieron una denuncia contra José Bono, que supuestamente había obtenido un favor de un constructor, y la manera como afrontó su caso de los trajes.

Camps: “Sobre Bono archivaron la denuncia alegando que se trataba del regalo de un amigo y que, por tanto, no existía delito, pero sobre el asunto de los trajes, unos meses después, se negaron a archivar la causa. Justificaban unas obras gratis mientras a mí me perseguían por los dichosos trajes. Una contradicción: para los jueces y los medios, Álvaro Pérez era mi amigo, pero esa supuesta amistad no servía para archivar la causa como habían hecho con Bono”, aclara el ex presidente valenciano.

Y Zaplana le apoya: “Yo he podido discrepar contigo, pero cuando alguien me ha preguntado sobre ti: ‘¿Pero es honrado?’, siempre he contestado: ‘Sí. Seguro que sí. Se ve y se nota’.

Camps: “Cuando me archivaron mi última causa dije en una entrevista: ‘Que se sepa que Bono y yo nos hemos dedicado a lo mismo toda la vida, pero yo no tengo ninguna Hípica y cuatro viviendas’. Cómo es posible que él tenga todo ese patrimonio y yo, nada a mi nombre. El caso de Bono es paradigmático. Sin haber tenido una diferencia de sueldo, yo no tengo nada a mi nombre y él va a caballo. Tampoco tengo sociedades en la República Dominicana. A mí me archivan la causa de los trajes, pero es la primera vez en la historia de España en la que la Fiscalía recurre en un TSJ el archivo de una causa a un presidente autonómico”.

Solución al conflicto lingüístico

Y ambos ex presidentes insisten en todo ese aluvión de demandas judiciales sólo buscaban enlodazar los logros conseguidos durante su gestión política y económica.

Camps: “Cuando dejé la Generalitat la deuda con el Estado era de cero euros. Toda la deuda estaba contraída con las entidades privadas y era negociable. Nos han fastidiado la vida, pero hemos vivido momentos que no podemos olvidar. Como cuando gané las elecciones”.

Zaplana: “Las agencias de calificación nos calificaban siempre de manera extremadamente positiva en el mayor nivel de prestigio, no como ahora”.

Camps: “En cambio, hoy nos encontramos con una izquierda valenciana que reivindica el autogobierno, pero que debe al Estado 45.000 millones. Es una paradoja: ¿cómo se puede ser autónomo con esa deuda? En estos momentos la Generalitat con esa deuda ya no es independiente, porque le debe todo ese dinero a un gobierno socialista que le hace las transferencias. Ha perdido la libertad de hacer una política diferente”.

Zaplana: “Toda la vida aquí ha existido una política reivindicativa de autogobierno. Se ha dicho que la izquierda creía en el autogobierno. Pero ahora es la izquierda del PSPV y todos los barones socialistas de España quienes están cuestionando la autonomía financiera de otras comunidades. Dicen que todos deben ser iguales. Por tanto, el ámbito para poder hacer una política distinta y beneficiar la innovación ha desaparecido”.

Camps: “Ahora piden al Estado que armonice el sistema fiscal a todas las comunidades autónomas. Como se hizo con la LOAPA, la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico”.

Zaplana: “Como han visto que nosotros gestionamos mejor dicen: ‘Oiga, armonicen ustedes’. Con los socialistas siempre sucede lo mismo”.

Camps: “No es la lacra de 45.000. No es una economía lastrada por millones. Es una economía de dependencia absoluta del Estado porque le deben el dinero al Estado. Si yo le debo el dinero a los bancos negocio, negocio con ellos. Si debo dinero al Estado, es el mismo que me da autonomía para tomar decisiones. Por tanto, he perdido mi autogobierno”.

Zaplana: “Pero también hay que destacar que no sólo superamos la gestión económica. En la Comunidad Valenciana existía un conflicto lingüístico y nosotros lo superamos”.

Camps: “Efectivamente, el conflicto lingüístico era aquí algo capital y nosotros lo resolvimos. Con Puig ha vuelto a reaparecer”.

OKDIARIO: “Pero ustedes fueron criticados por ejecutar una política de despilfarro”.

Camps: “Esa es otra de las grandes mentiras de la izquierda. Nuestros logros están ahí y se pueden ver. Por ejemplo, el aeropuerto de Valencia se había quedado pequeño. La gente protestaba por la proximidad a sus viviendas. Entonces, buscamos la opción de Castellón, que concentra una buena parte del turismo de la Comunidad. Era un aeropuerto complementario unido por una autovía gratis. Ampliamos también el aeropuerto del Altet en Alicante. Todo para aportar desarrollo a nuestra primera industria del turismo. Eso sí, al final, nos faltó la tercera infraestructura -además de autovía y AVE- porque ganó la izquierda y la frustró: el trasvase. Eran las tres grandes infraestructuras. Después, se añadiría el puerto en mi época. Si comparamos lo que costó el aeropuerto de Castellón con el de Ciudad Real, nos encontramos con más de mil millones de diferencia”.

Con el desarrollo del Plan de Infraestructuras Culturales (PIC), entre 1996-2010), el Gobierno de Camps destinó 168 millones de euros para construir, rehabilitar, ampliar y equipar 481 infraestructuras culturales en 308 municipios. Las actuaciones afectaron a 219 centros culturales, 107 casas de la música, 46 auditorios, 53 teatros, 35 museos y 21 bibliotecas. Además, multiplicó la creación de colegios.

“La Comunidad en mi época era la que más gastaba en Sanidad, un 40%, y en Educación, un 26%. Eso supuso: 400 colegios, 21 Juzgados y 500 kilómetros de carreteras, entre otras actuaciones. Una inversión de seis millones de euros al día, un colegio a la semana, una depuradora al mes, un centro de salud al mes, un hospital al año y 5 kilómetros de carretera al mes”, sentencia.

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