El ‘escoltagate’ destrozará el Gobierno ultraizquierdista
Pedro Sánchez ha sido advertido de que a sus socios de Gobierno, Podemos, les estallará un escándalo aún mayor del ‘Escoltagate’ apenas llegados al poder. José Manuel Calvente ha escrito una carta confidencial a miembros muy distinguidos del partido de Iglesias, casi todos llegados desde el comunismo, en la que sugiere que obran en sus poder documentos que no solo abundan en el abuso de los sobresueldos revelado por este periódico, sino que refieren las mil y una trampas que Iglesias, apoyado primero por el anterior secretario de Organización, Íñigo Errejón, y ahora por el “chico de las rascas”, como llaman los antiguos de Podemos a Alberto Rodríguez, han venido realizando en las sucesivas primarias que ha convocado Iglesias, incluida aquella consulta en la que pidió supuestamente a las bases que aprobaran o denegarán la adquisición del chalet de Galapagar. Algunos de los receptores de la mencionada carta le han pedido a Calvente (también a Mónica Carmina que respalda la misiva) que les ofrezca pruebas concluyentes de la denuncia que pretende formular. Uno de estos dirigentes confiesa al cronista: «Desde luego, algo debe tener muy importante porque cuando el río suena, agua lleva».
Pedro Calvente administra sus tiempos y lo más probable es que se reserve sus iniciativas para el caso de que por fin Podemos llegue al Gobierno. Dice este confidente. «Si es así, caerá no sólo Iglesias, sino también el propio Sánchez». Fuentes socialistas por otro lado sugieren que en la entrevista que los dos socios, Sánchez e Iglesias, mantuvieron el jueves en Moncloa, tuvo que haber una reflexión por cómo puede afectar al futuro Gobierno bipartito este escándalo, que ya se compara, con toda exactitud, o con el de Filesa protagonizado por el PSOE en los años ochenta del pasado siglo, o con la Gürtel que, a la postre, terminó con la carrera política de Mariano Rajoy. El antiguo dirigente de Podemos que, hasta fecha muy reciente tuvo responsabilidades directas en la Fundación del partido, no tiene la menor información sobre las acusaciones de acoso sexual que la actual dirección ha volcado sobre los muñidores del escándalo. «Primera noticia», asegura enfáticamente al cronista.
Así las cosas, lo más probable es que en los próximos días el escándalo llegue a los tribunales. ¿Cuándo? Pues eso lo decidirán las dos personas que han puesto negro sobre blanco las irregularidades que observaron en la auditoría que Rodríguez, con mano de hierro, abortó por orden directa de la pareja Iglesias-Montero. Esta decisión, en opinión del interlocutor del cronista, sólo ha servido para expulsar a los denunciantes, pero ha llegado «definitivamente tarde», me dicen. Y es que en lo que todos los críticos a Iglesias y Montero coinciden es en que la «eliminación de todos los controles internos puede haber favorecido la comisión de delitos que, en su momento, y con toda seguridad, llegarán a los tribunales». El mismo comunicante afirma: “El sistema caudillista que implantó Iglesias ha saltado con estas denuncias por los aires”.
La pregunta de ahora mismo es ésta: las sucesivas entregas del escándalo, ¿van a impedir que el pacto entre Sánchez e Iglesias se haga realidad? Pues por ahora esta interrogante sólo guarda una respuesta y es la que el gurucillo Redondo va impartiendo en todos los círculos donde estos días se deja ver: “El pacto no tiene marcha atrás”. Pero el temor dentro del PSOE sanchista e incluso entre los diputados de Podemos existe claramente perfilado. No se sabe exactamente cuánta documentación, aparte de la conocida hasta ahora, acumula en su poder Calvente, pero, como hemos escrito líneas arriba, tampoco nadie cree que haya gastado todos sus cartuchos. Por lo demás, el ataque o la maniobra de distracción que ha puesto en marcha el dúo Iglesias-Montero para descalificar a los denunciantes, ya ha tenido poco recorrido porque, como indica el interlocutor de este cronista: “Vamos a suponer que el acoso sea cierto, ¿eso tapa las presuntas irregularidades en la administración financiera del partido?” “¿Eso disimula los posibles pucherazos que la dirección ha perpetrado en todas las primarias?” Realmente no. Falta que por una vez la Justicia marche rápida y tome cartas en el asunto. No puede ser que el Iglesias que vino a regenerar la vida política contra una “casta” corrupta, sea gran protagonismo de la nueva corrupción. Y que, además, nos siga dando clases.