ERC recula: ya no descarta pactar con el PSC y dice que lo dejará en manos de sus bases

Ni una semana ha mantenido la cúpula de ERC la palabra dada en la noche electoral de las catalanas. Cerradas las urnas, el presidente en funciones de la Generalitat y fracasado candidato a la reelección, Pere Aragonés, aseguró con rotundidad y sin matiz alguno que su partido se iba a «la oposición», sin dar margen de pacto alguno con el vencedor PSC de Salvador Illa y alejados de sus contrincantes en el caladero del voto independentista, el partido Junts que lidera el prófugo Carles Puigdemont. Este viernes, sin embargo, sólo cinco días después de que los catalanes se pronunciaran en las urnas, ERC recula y ya no da por imposible un pacto con el PSC, siquiera de investidura, que impida un bloqueo que llevaría a la repetición electoral. Unas nuevas elecciones son vistas con temor por una buena parte de Esquerra, hundida en las urnas.

La debacle ha generado un seísmo en las filas de ERC, con Pere Aragonés en retirada –ha dicho que deja la primera línea de la política, que se va tras el fracaso–, Marta Rovira no quiere seguir como secretaria general –no se presentará a la reelección para este cargo–, y el ex vicepresidente de la Generalitat, condenado y luego indultado Oriol Junqueras trata de sortear la crisis para salvar su liderazgo en medio del enfrentamiento que se ha desatado en el seno de su partido. Además, otra de las caras visibles de Esquerra, el viceconsejero en funciones de Estrategia y Comunicación de la Generalitat, Sergi Sabrià, ha dicho que dejará la política cuando se forme el nuevo Gobierno catalán.

Con este espinoso telón de fondo, este viernes ERC ha emitido un comunicado en el que dice que serán los afiliados del partido los que decidan qué hacer en cuanto a los pactos. Dice que es la mejor opción, ante los «complejos resultados» que han dejado las elecciones catalanas, con un vencedor en minoría (Illa) y un segundo, Puigdemont, que desafía con presentarse a la investidura y del que depende el Gobierno de Sánchez.

Marta Rovira ha sido la elegida para coordinar las negociaciones que se abren ahora sobre la investidura del nuevo presidente de la Generalitat. Pero esa coordinación queda supeditada a lo que digan las bases de ERC cuando se les convoque para votar y decir qué prefieren entre las opciones posibles. La opinión de las bases de ERC se recogerá a través de una votación por vía electrónica.

Puigdemont llama a un pacto de las fuerzas independentistas para intentar ser investido, pese a haber quedado segundo en las urnas y con el agregado de las fuerzas independentistas a la baja, sin sumar mayoría en el Parlament. Illa, por su parte, busca un pacto «de izquierdas» que le permita convertirse en el nuevo presidente de la Generalitat, para lo que le es imprescindible la Esquerra Republicana de Cataluña.

Hundimiento electoral

El del pasado domingo fue un resultado electoral contundente para ERC, demoledor. Se ha convertido en partido segundón dentro del caladero del separatismo catalán. Ha obtenido un respaldo electoral del 13,68%, ocho puntos menos que Junts. Esquerra pasa a tener así 20 diputados, 13 menos que hace tres años.

Junts, por su parte, ha conseguido 102.000 votos más que en los comicios de 2021. Roza el 22% de apoyo electoral, frente al 20% de hace tres años. Los 673.000 votos que ha recibido en las urnas este domingo le otorgan 35 escaños en el nuevo Parlament de Cataluña, tres más de los que tiene ahora.

En cualquier caso, Junts -y mucho más ERC- quedan muy por detrás del PSC encabezado por Salvador Illa. Vencedor de las elecciones de este domingo, los socialistas han cosechado 868.000 votos, 213.000 más que hace tres años. Con un respaldo electoral que ronda el 28%, el PSC ha conseguido 42 escaños, nueve más de los que obtuvo en las elecciones catalanas de 2021.