Los empresarios que han pagado a Juan Carlos I la regularización renuncian a cobrar en 2 años

Juan Carlos I
Carlos Cuesta

El Rey emérito, Juan Carlos I, disfrutará de dos años de tranquilidad ante sus prestamistas tras la regularización fiscal de 4,4 millones de euros. Un grupo de empresarios le ha prestado el dinero para poder afrontar el pago de la declaración complementaria ante Hacienda. El importe del dinero se lo han prestado a cinco años; con una carencia de dos años iniciales en los que Don Juan Carlos no tendrá que devolver el dinero; y a un tipo de interés del 3%.

Se trata de las condiciones del préstamo que le han concedido un grupo de empresarios al Rey emérito para que pueda hacer frente a la última regularización fiscal. No son una condiciones duras, pero tampoco son inusuales en este tipo de préstamos basados en relaciones de amistad o cercanía. Lo cierto, de hecho, es que esas condiciones deben existir y figurar en un contrato -como el que recoge estas pautas- porque, en caso contrario, Hacienda puede considerar el préstamo como una donación encubierta e iniciar otra actuación en paralelo.

Las condiciones definidas, además, tienen que ser aceptadas como habituales bajo criterios de mercado. Es decir, que los intereses tienen que ser normales y los plazos de devolución también. Todo ello, de nuevo, para que no pueda ser considerado un préstamo fraudulento.

Las fuentes consultadas por OKDIARIO, que han tenido acceso al contrato, han señalado que el préstamo, en principio, cumple con esas exigencias y que, por lo tanto, no debería ser considerado como una donación encubierta.

La regularización de Juan Carlos I no ha sido todo lo fácil que pudiera parecer. Ponerse al día con Hacienda y pagar de golpe 4,4 millones de euros le ha costado a Juan Carlos I más de lo que se podía pensar. Por primera vez varios empresarios a los que el monarca pidió ayuda para pagar el dinero que debía a la Agencia Tributaria se negaron a prestarle los fondos, tal y como ha publicado este diario. Otros, simplemente, le dijeron que no les era posible. Pero es cierto que la mayoría contribuyó, lo que ha permitido al ex monarca afrontar el pago.

Tras los primeros contactos con la Agencia Tributaria para realizar la primera regularización –670.000 euros– el ex monarca asumió que resolver este segundo pago a Hacienda iba a ser mucho más complicado y la dificultad estaba estrictamente en el dinero. Fuentes consultadas por este diario aseguran que el Rey emérito «no tiene esa cantidad de dinero en efectivo para responder de esa deuda y ha tenido que recurrir a amigos y empresarios para poder satisfacerla». Traducido: los 4,4 millones que acaba de pagar el Rey al Fisco los ha conseguido a través de préstamos de terceros.

Las mismas fuentes detallan que no es lo mismo no tener capital para afrontar una deuda que no poder disponer de él o no poder aflorarlo por su ubicación, origen o custodia. Sea cual sea la motivación por la que el Rey emérito no ha podido usar sus propios fondos para pagar lo debido a Hacienda, lo cierto es que este periódico ha sabido que por primera vez ha habido empresarios a los que  Juan Carlos I ha recurrido para recolectar los casi 4,4 millones que se han negado a hacer aportaciones.

Préstamos de terceras personas

Fuentes cercanas a Juan Carlos I aseguran a este diario que ha sido complicado reunir el montante de la última regularización y que si ha podido afrontarla ha sido gracias a esos préstamos de personas cercanas a él.

La regularización se ha llevado a cabo para cumplir con las exigencias fiscales que afectan a una serie de pagos en especie sin declarar que superan los 8 millones de euros. Por ello, el Rey emérito ha tenido que regularizar en los últimos días su situación con la Agencia Tributaria desembolsando 4.395.901,96 euros.

Estas cuentas corresponderían a una serie de vuelos privados disfrutados por el ex monarca y que habrían sido pagados por su primo Álvaro de Orleans, titular de la fundación en cuyos estatutos estuvo presente el ex monarca hasta hace unos meses. Y ese es el meollo, que el uso de esos vuelos durante su etapa como parte de la Fundación Zagatka es lo que le obliga a «la presentación de autoliquidaciones complementarias que se corresponde con las rentas derivadas» de gastos de viajes sufragados por la citada fundación.

El Rey emérito debería haber pagado las obligaciones tributarias correspondientes a estos vuelos, considerados como pago en especie, ya que él fue quien los disfrutó. Algunas fuentes aseguran que este nuevo pago, el segundo desde que el Rey emérito abonara más de 670.000 euros en diciembre por otra regularización fiscal, se debe al deseo del ex monarca y sus abogados de evitar un proceso penal y de pretender volver a nuestro país. Pero esa segunda premisa sigue siendo de muy difícil cumplimiento.

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