La derogación de la reforma laboral fractura aún más al Gobierno: sin acuerdo tras dos horas de reunión

PSOE y Podemos han salido sin acuerdo de la reunión de crisis que han mantenido este lunes por la tarde para acercar posiciones respecto a quién debe liderar la negociación de la reforma laboral. Los participantes socialistas califican el encuentro como “un reencuentro para regenerar la confianza entre ambos” y hablan de tono “constructivo” entre los representantes de los dos partidos. Pero Podemos rebaja ese tono constructivo al mínimo. Dice que «será necesario seguir negociando, porque no hay un acuerdo». Pero el tiempo se acaba. Bruselas exige cumplir los acuerdos.

La cita la exigió el pasado viernes la Secretaría General de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, al considerar que la vicepresidenta primera Nadia Calviño había pasado por encima de la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz. Entonces los morados hablaron de “intromisión”. Horas más tarde Pedro Sánchez, desde Bruselas, negaba esa intromisión y hablaba de “colaboración y cooperación”.

Socialistas y podemitas han estado reunidos algo menos de dos horas en el número 36 de la Carrera de San Jerónimo, lugar donde se encuentran los despachos del PSOE en el Congreso, para buscar una solución a la mayor crisis que ha vivido la coalición desde que echase a andar hace 19 meses. Es en lo poco en lo que coinciden los representantes de ambas formaciones, en que la tensión de estos días no se había vivido hasta ahora.

Buena muestra de que la reunión no ha ido bien es la falta de un comunicado conjunto para dar a conocer el detalle de la cita. De hecho no ha habido ni comunicado. Un breve «constructiva» de Adriana Lastra por los pasillos del Congreso ya entrada la noche y dos mensajes de WhatsApp (PSOE) y Telegram (Podemos) con apenas tres líneas para dar sus posiciones -ligeramente distintas- del asunto.

Duelo Calviño-Díaz

Todo empezó la noche del pasado jueves. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, recibió un correo electrónico desde el Ministerio de Economía convocándola a una reunión sobre la reforma laboral. Hasta entonces ,ella era la máxima responsable de la negociación en el seno del Gobierno. Desde ese momento, y en cumplimiento de lo que dice el BOE, Calviño pasaba a liderar la coordinación interministerial. El problema está en la concepción que tienen ambas de la reforma. Una quiere tocar lo mínimo, la otra derogarla por completo.

Díaz se enfadó tanto que rápidamente se comunicó con Ione Belarra. A la secretaria general de Podemos le pidió hacer de portavoz de ese malestar. Y la ministra de Derechos Sociales, adicta al tuit, doce horas más tarde anunciaba que pedían la reunión de la mesa de seguimiento del acuerdo de coalición al PSOE por un tema «muy grave». Ellos lo tachaban de intromisión. De aquel berrinche la reunión de hoy que, lejos de haber zanjado el asunto, parece haberlo perpetuado. Y que sea ya un quiste en la coalición.