La confesión de Juan Carlos I a sus íntimos: «No quiero pasar a la historia como un corrupto»
El Rey emérito ha emprendido una cruzada por el temor a acabar catalogado como un mero corrupto en los libros de historia
El ex marido de Corinna y la nueva novia de Juan Carlos I de 49 años, cerebros de la demanda del emérito

En un movimiento inesperado que ha sacudido los cimientos de la Casa del Rey, Juan Carlos I ha iniciado una ofensiva legal sin precedentes contra la princesa alemana Corinna Sayn-Wittgenstein y el ex presidente de Cantabria Miguel Ángel Revilla. Según ha podido saber OKDIARIO en exclusiva de fuentes muy cercanas al entorno más íntimo del monarca, esta estrategia judicial responde a un deseo personal manifestado por el propio Rey emérito: «No quiero pasar a la historia como un corrupto».
En la soledad dorada de su exilio en Abu Dabi, Juan Carlos I ha emprendido una cruzada legal que, según ha podido saber OKDIARIO de fuentes extremadamente cercanas al monarca, nace de un profundo temor existencial: acabar sus días catalogado como un mero corrupto en los libros de historia. El Rey emérito se rebela ahora contra la narrativa que amenaza con reducir su legado a una simple historia de corrupción y escándalos.
Las demandas contra la princesa alemana Corinna Sayn-Wittgenstein y el ex presidente cántabro Miguel Ángel Revilla no son meros caprichos judiciales, sino los últimos cartuchos de un hombre que, a sus 87 años y lejos de su patria, libra una batalla desesperada para que la historia no sentencie en su contra sin escuchar su defensa. Su verdadero miedo no es perder batallas judiciales, sino la guerra definitiva por su lugar en la memoria colectiva de España.
El Rey emérito, quien reside en Abu Dabi desde agosto de 2020, ha emprendido estas acciones legales por su cuenta, sin comunicárselo a la Casa del Rey y asesorado únicamente por un reducido círculo de confianza, tal y como han confirmado a OKDIARIO fuentes de absoluta solvencia. Entre ellos, destacan dos figuras clave: Philip Adkins, ex marido de Corinna, y Laurence Debray, biógrafa francesa que actualmente documenta la vida del monarca y con quien pasa largas temporadas en los Emiratos Árabes Unidos.
La demanda contra Corinna tiene «escasos visos de prosperar»
La demanda contra Corinna se interpondrá en Suiza por «atentar gravemente contra su honor» al pronunciarse sobre la relación personal que mantuvieron. Esta acción legal llega después de que la propia Corinna denunciara al emérito por acoso y difamación en Londres, caso que fue archivado por la justicia británica por falta de competencias.
En paralelo, Juan Carlos I ha demandado a Miguel Ángel Revilla, reclamándole 50.000 euros en un acto de conciliación por presuntamente difamarle en diversos medios de comunicación al referirse a su complicada situación fiscal, que culminó con su exilio. El monarca ha anunciado que el dinero recaudado irá destinado a Cáritas.
Fuentes jurídicas consultadas en exclusiva por OKDIARIO señalan que ambas demandas tienen «escasos visos de prosperar», pero según ha podido confirmar este periódico, el entorno más cercano del Rey emérito interpreta estas acciones como un intento de «restituir su honor», convencido de que nadie defiende su figura ante las declaraciones de terceros. El mensaje implícito que envía Juan Carlos I con estas demandas es claro: aunque resida a miles de kilómetros de España, no está dispuesto a permanecer en silencio.