Colau se quita la careta con el referéndum: «Queremos que los catalanes decidan su futuro republicano»
No ejerce de alcaldesa, pues está de baja por maternidad, pero sí ha presidido el pleno. Ada Colau, primera edil de Barcelona, ha tomado postura claramente a favor del referéndum ilegal de independencia. Este viernes, los miembros de su grupo han rechazado una moción presentada por el PP para que el Ayuntamiento de la capital catalana no apoye ni proporcione medios o personal para el 1-O. Y el alcalde en funciones, Gerardo Pisarello lo ha dejado claro en su argumentación: «Queremos que el pueblo de Cataluña pueda decidir de manera libre un futuro republicano, un futuro democrático».
Así, el pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha rechazado la propuesta del PP, que ha sido votada a favor por los populares, Ciudadanos y el PSC, y ha recibido el rechazo de los de BComú, el grupo Demòcrata, ERC, la CUP y el concejal no adscrito.
Pisarello, alcalde accidental, ha rechazado apoyar la propuesta —que se ha votado nominalmente— porque implicaría una «criminalización preventiva» del referéndum, ya que el Govern todavía no ha explicado sus detalles, y ha avisado de que seguirán trabajando sin fecha de caducidad por un referéndum acordado, que sería posible «con voluntad política», según él.
Ha asegurado incluso que el Gobierno central del PP juega a la carta del anticatalanismo para evitar hablar de sus casos de corrupción, y ha añadido: «Queremos que el pueblo de Cataluña pueda decidir de manera libre un futuro republicano, un futuro democrático, que llegará, y le aseguro que no lo pararéis», ha dicho en un pleno presidido por Colau, que sigue de permiso de maternidad.
El segundo teniente de alcalde y líder del PSC, Jaume Collboni, ha asegurado que existe una guerra de banderas generada por la Generalitat y el Gobierno central, y ha aseverado que la actitud del Ejecutivo del PP ha contribuido al conflicto: «No hay solución contra las leyes y tampoco hay solución solo con la ley».
«Esto ya no es una consulta»
El presidente del grupo municipal del PP, Alberto Fernández, ha pedido a Colau que se pronuncie sobre el referéndum del 1 de octubre: «Esto ya no es una consulta como el 9N, sino que se plantea como un referéndum vinculante», y ha avisado al PSC de que, si BComú facilita su celebración, debería abandonar el Gobierno municipal.
La líder de Cs, Carina Mejías, ha reclamado a Colau que deje de ser «el oxígeno que recibe el independentismo», y ha ironizado con que el Govern no tiene censo ni mayoría social y que sólo ha recibido desplantes a nivel internacional, y ha lamentado que la alcaldesa no ha aprovechado la oportunidad para darle un disgusto al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Exigencias a Colau
El portavoz del grupo Demòcrata, Joaquim Forn, ha advertido a la alcaldesa de que, una vez el Govern presente el 4 de julio los detalles del referéndum, le exigirá su máximo compromiso para que los barceloneses puedan votar, y la ha avisado: «Se han acabado las ambigüedades. O se está a favor de la democracia y del derecho a decidir, o del inmovilismo».
El líder municipal republicano, Alfred Bosch, ha criticado que el PP trata de sabotear una votación, tratando de que los barceloneses no puedan ir a las urnas, negándoles la capacidad de decidir y demostrando que su opinión no le interesa, algo que considera que los ciudadanos no entienden: «No hacen un boicot a la independencia, sino a la democracia. Se hacen un autoboicot».
Maria José Lecha (CUP) ha asegurado que el 1 de octubre habrá urnas y que el resultado de la votación se ejecutará al día siguiente: «El Estado español ya tiene fecha de caducidad», ha dicho, y ha sostenido que lo que se plantea es una batalla entre el régimen y el pueblo, y ha pedido a Colau que expulse a los socialistas del Gobierno municipal si mantienen su rechazo al referéndum.
Por su lado, el concejal no adscrito, Gerard Ardanuy (Demòcrates) ha pedido al Gobierno municipal que se implique a fondo con el referéndum e impulse las medidas necesarias para llevarlo a cabo y pida la participación de la ciudadanía en el proceso.
En concreto, han apoyado la propuesta tres ediles del PP, cuatro del PSC, cuatro de Cs —cuenta con cinco pero Paco Sierra no estaba presente—, sumando 11, mientras que han votado en contra los 11 de BComú, nueve del grupo Demòcrata, cinco de ERC, dos de la CUP —todavía no cuenta con sustituto para el ex edil Josep Garganté— y el de Ardanuy, con 28 en contra.