El Círculo Catalán de Negocios pide hundir la economía española para que la UE reconozca la independencia
Cuanto peor, mejor. Mientras las grandes empresas huyen de Cataluña, despavoridas ante el movimiento revolucionario puesto en marcha desde la Generalitat, un puñado de empresarios próximos a Puigdemont le animan a «apretar el botón nuclear»: le piden que consume cuanto antes su desafío secesionista para que quiebre la economía española y la Unión Europea se vea obligada a reconocer la independencia de Cataluña.
Esta es la opción que defiende públicamente David Fernández, vicepresidente del Cercle Català de Negocis (CCN), una asociación formada por algunas decenas de empresarios independentistas, que el presidente Carles Puigdemont ha utilizado con frecuencia para demostrar que cuenta con el respaldo del tejido empresarial.
A través de la red social Twitter, Fernández ha pedido a Puigdemont que «apriete el botón nuclear» y levante la suspensión de la declaración de independencia. A su juicio, esto provocaría que se dispare la prima de riesgo española hasta que el pago de los intereses resulte inasumible. La consecuencia de todo ello, añade el vicepresidente del Cercle Català, es que la Unión Europea se vería obligada a rescatar al Estado español y reconocer la independencia de Cataluña.
David Fernández argumenta esta estrategia suicida con las siguientes palabras: «El botón nuclear de la independencia es la deuda y la prima de riesgo española. La prima de riesgo es el precio que un Estado ha de pagar para obtener financiación. En los países inestables, o que se prevé que pueden dejar de pagar su deuda, la prima de riesgo se dispara. Por tanto, un país como España con una deuda y una prima de riesgo elevadas es carne de rescate y de una grave crisis».
«Apretar el botón nuclear»
El vicepresidente del Cercle Català de Negocis añade las siguientes reflexiones: «España tiene una deuda pública del 14o% del PIB, sin tener en cuenta las drogas, el juego y la prostitución que Montoro incluye en el cálculo. Hace muchos meses que el Banco Central Europeo (BCE) es el único comprador de deuda española. La burbuja es tan grande que nadie se atreve a comprar. El Banco Central Europeo (BCE) no puede maquillar la quiebra de España sin Cataluña. ¡El riesgo de ruptura de la UE es enorme! Tenemos que dejar de ser una molestia para pasar a ser un problema ineludible cuanto antes».
Y a continuación, expone la estrategia para hundir la economía española y consumar el desafío secesionista. Se trata de la carta que el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, guarda en la manga desde hace meses en forma de chantaje al Gobierno español: si el Ejecutivo de Rajoy no accede a negociar el proceso de independencia, la Generalitat la declarará unilateralmente y se desentenderá de sus más de 75.000 millones de euros de deuda pública.
De este modo, la hipotética República catalana nacería sin ninguna carga ante los mercados financieros, mientras que el resto de españoles tendrían que hacerse cargo del pago de los 75.000 millones de euros de deuda de la Generalitat (que está avalada por el Estado español).
Según el vicepresidente del Cercle Català de Negocis, este sería el detonante que provocaría la quiebra del Estado español y que obligaría a las autoridades de la Unión Europea a asumir el papel de «mediador internacional» para consumar la independencia de Cataluña de forma pactada.
David Fernández lo expone con las siguientes palabras: «La Unión Europea es responsable negligente por haber permitido [llegar a esta situación], y Cataluña es parte de la solución si nos apoyan. Si no, ¡adiós UE! ¿Cómo mostramos que España es el problema? Muy fácil: proclamando la independencia solemnemente para hacer que la prima de riesgo se dispare. Entonces, intervención directa de la UE en España, Cataluña independiente y negociación para el reparto de activos y pasivos con mediación».
El número 2 del Cercle Català de Negocis concluye con la siguiente proclama: «Estos días hemos aprendido que España ya no controla Cataluña (recordad que no iba a haber urnas, ni papeletas, ni sobres, ni referéndum…). Hemos aprendido que el Gobierno español ha perdido la autoridad sobre Cataluña. Si somos firmes y creíbles, el mundo nos escucha. Si no, nos mean en la cara (sic). La Unión Europea se mueve si se siente amenazada; si no, se desentiende de todo. Estos días hemos aprendido que juntos somos imparables y tenemos la sartén por el mango».
Esta es la realidad paralela en la que se mueven los independentistas. Mientras Cataluña sufre la más grave fuga de empresas de las últimas décadas, provocada por la decisión de la Generalitat de quebrar el orden constitucional, los empresarios que llevan años asesorando a Puigdemont le engañan haciéndole creer que tiene la capacidad de quebrar la economía española y de llevar a la Unión Europea al borde del abismo.
Los dirigentes del Cercle Català de Negocis forman una camarilla que ha permitido a Carles Puigdemont presentarse como un líder respaldado por el mundo de las finanzas. El pasado 1 de octubre, el CCN emitió un comunicado en el que señalaba que los resultados del referéndum ilegal del 1-O «son válidos y legitiman al Parlament para proclamar de forma solemne la independencia de Cataluña en forma de República».
Mientras tanto, los bancos y las multinacionales salen corriendo de Cataluña, para evitar el limbo legal en el que se encontrarían si la Generalitat declara unilateralmente la independencia y es apartada de la Unión Europea.