Los bancos españoles deben 171.000 millones de euros al BCE: un 27% más que hace un año

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Estatua del euro en la sede del Banco Central Europeo (Foto: REUTERS).

Las entidades financieras españolas deben al Banco Central Europeo (BCE) 171.710 millones de euros, una cantidad que se ha mantenido estable en los últimos tres meses. Esta cifra refleja la petición de dinero que han realizado los bancos (en términos brutos) a través de las operaciones regulares de financiación del eurosistema.

Así lo reflejan los datos provisionales publicados por el Banco de España, unas cifras que ponen de manifiesto la elevada dependencia que tiene el sistema financiero español de la red de asistencia del organismo monetario. Estos 171.710 millones de euros implican un crecimiento del 27,4% en el dinero solicitado por las entidades españolas respecto a septiembre de 2016.

Esta tendencia está en línea con la del resto de la eurozona, donde la apelación bruta al organismo presidido por Mario Draghi alcanzó en septiembre los 772.407 millones de euros, un 0,2% menos que el mes anterior, aunque un 45,98% más que el mismo periodo de un año antes. Las peticiones de los bancos residentes en España al BCE supone un 22,2% del total del eurosistema.

En cuanto al programa de compra de activos (por el cual el banco central adquiere deuda pública y privada en el mercado secundario), la cantidad asciende a 282.667 millones de euros al cierre de septiembre, un 2,38% más que en el mes anterior.

Esta cifra se ha incrementado un 50% en los últimos doce meses año, reflejando el impacto del incremento en el volumen de compras de mensuales activos realizadas por el BCE, en el contexto del programa de expansión cuantitativa (QE) del instituto emisor.

En el conjunto del Eurosistema, el importe agregado de las compras de activos alcanzó en septiembre un total de 2,2 billones de euros, un 2,56% más que el mes anterior. España se lleva el 12,85% del total.

La retirada de estímulos se retrasa

Este programa de compra de activos concluye el 31 de diciembre de 2017, pero el BCE va a ampliar su duración de seis a nueve meses más, tal como avanzó OKDIARIO. Esta prórroga irá acompañada de una reducción del volumen máximo de dinero que emplea el BCE en la adquisición de los títulos de deuda, que en la actualidad es de 60.000 millones.

Según informa Reuters citando fuentes del organismo monetario este aplazamiento se anunciará tras la reunión del consejo de gobierno del BCE que tendrá lugar el próximo 26 de octubre.

La excusa que va a utilizar el organismo que preside Mario Draghi para ampliar su plan de estímulos (basado en medidas no convencionales) es doble: por un lado la fortaleza del euro respecto al dólar afecta a las exportaciones europeas –haciendo especial daño a Alemania–; y por otra parte que el índice general de precios de la eurozona (el IPC) todavía está lejos del objetivo del BCE y que le obligará a retomar la ortodoxia monetaria cuando la inflación alcance el 2%.

Precisamente el banco central ha revisado a la baja sus previsiones de inflación de 2018 hasta el 1,2%, y en 2019 espera que la tasa sea del 1,5%. Es decir, que con los datos en la mano y, si se cumplen estas estimaciones, la primera subida de tipos de interés en la eurozona de la última década tendrá que esperar, al menos, dos años más.

El programa de compra de activos del BCE (el citado QE) ha permitido a los países europeos elevar su endeudamiento a menor coste, retrasando las necesarias reformas que es necesario aprobar en las etapas de crecimiento para reducir los déficits estructurales, que se traducen en unos gastos públicos mayores que los ingresos de forma recurrente. España es un ejemplo de ello, ya que a pesar de crecer por encima del 3% no es capaz de cuadrar sus cuentas públicas y la deuda roza el 100% del PIB.

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