Casado: «Dialogaremos con la Generalitat pero que no sea un monólogo»

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Pablo Casado junto a Paloma Segrelles y Andrea Levy. (Foto: EFE)

«Por supuesto que tenemos que dialogar con la Generalitat, pero no puede ser un monólogo. Como cuando Zapatero dialogaba y dialogaba con nocturnidad y alevosía y cuatro cigarrillos en La Moncloa. Luego ya sabéis… aprobaré lo que venga del Parlament y de esos polvos vienen estos lodos», señala el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado. 

Una pregunta ha bastado para que Casado dijera sin ambages que el Gobierno está dispuesto a mantener conversaciones con Cataluña, «pero también con el resto de comunidades», continúa el popular.

En una conferencia dentro de las jornadas «El cambio a los cien días» que organiza el Club Siglo XXI, Casado ha apostado por recuperar el «seny» frente a la la «fantasía» de los secesionistas.

Pocos dirigentes son capaces de aglomerar en un acto a los votantes de toda la vida con las juventudes populares. Presentado por su amiga, la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy y arropado por el recién casado Javier Maroto, asaltado a cada paso por afiliados preguntándole por su luna de miel y éste contestando que ya se tomó las vacaciones en verano a sabiendas de los días importantes que llegan.

Tampoco quiso perderse el acto la expresidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre que entró sola y se fue en el turno de preguntas. «Cómo han cambiado las cosas. Ni los periodistas se han acercado a preguntar», señalaba un diputado popular en voz baja al observar la entrada de Aguirre. Comienzan los canapés.

Un catalán que vive en Madrid desde los 6 años se atreve a preguntar al dirigente popular sobre la reforma de la Constitución que busca su partido, si Rajoy quiere negociar y si se plantean una nueva financiación para Cataluña.

«Los pactos, con luz y taquígrafos»

Con gesto sorprendido, Casado se ríe. Admite que le ha pillado su público pero contesta: «Claro que se puede hablar. Lo que no se puede es tener el tramo más alto en IRPF de España, estar gravando el impuesto de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones más alto de España, junto con Susana Díaz en Andalucía, y luego permitir que te den todo el presupuesto. Ese no es el problema. Los pactos hay que hacerlos con luz y taquígrafos. Aznar lo hizo así en el Pacto del Majestic ante notario. Se detallaron antes de pactar qué cuestiones se podían abordar».

«Como diría Machado, tras el vivir y el soñar viene el despertar, y es lo que le toca a los catalanes. Despertar de un mal sueño», remarca Casado. Más canapés. 

«Un mal sueño» en el que, a su juicio, se han perdido inversiones y «se ha puesto a Cataluña en el peligro de convertirse en una nueva Grecia pero fuera de la UE», pasando a ser un «estado fallido» que no tendría el aval de la autoridades comunitarias ni del Banco Central Europeo.

Viene aquí la parte donde el dirigente deja entrever qué es lo que su partido propone sobre la reforma constitucional. «No abrirla en canal» – cuenta- sino actualizar y perfeccionar pequeños puntos.

«Reformas como la Ley Electoral, la financiación autonómica, aquí sí que se puede hablar de alguna cuestión que interesa a los catalanes, pero con solidaridad a todas las comunidades y sin asimetrías entre regiones. Recordando que en 2002 se llegó a un acuerdo unánime con todas las comunidades que fue el último pacto que propuso el PP -recalca- precisamente, con nacionalistas vascos, catalanes y socialistas», recalca un Casado que se viene cada vez más arriba con su discurso.

Para dar la puntilla, Casado ha aprovechado también para arremeter contra el lenguaje «pueril y alocado» de Mas en sus últimos mítines que, según el popular, da «pudor y vergüenza ajena» y genera dudas sobre su capacidad para dirigir el Gobierno catalán.

Sobre Podemos: «Los profetas de lo imposible a los apóstoles de la frustración»

Tampoco se olvida de esos «nuevos gestores como Podemos, presente en muchas de estas instituciones, que han pasado de ser los profetas de lo imposible a los apóstoles de la frustración. Finalmente, son un cambio revestido de naftalina y lleno de polvo de los cascotes del muro de Berlín que se les cayó encima», ha denunciado.

Tras hora y media defendiendo la apuesta de su partido en Cataluña, y terminados los canapés, el público se va contento porque, según afirman algunos, «es el voto seguro frente al del miedo. El que quiere unir y no separarnos y sacarnos fuera de Europa».

Casado no tiene dudas de que se trata de una mera «cortina de humo» y una «tapadera» de Artur Mas para ocultar el fracaso de su gestión al frente de la Generalitat.

El popular había señalado por la mañana en rueda de prensa que su partido cotizó «equivocadamente», aunque «de buena fe» por su extesorero Luis Bárcenas, porque pensaron que era lo correcto. Nada de eso para poner el broche a una conferencia entre amigos. 

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