Casado afea a Sánchez las «fiestas del afecto»: «¿Tanto le cuesta celebrar la Navidad en un país cristiano?»

España encara unas Navidades distintas. Muy distintas, quizá por primera vez desde la Guerra Civil. El coronavirus ataca de lleno una celebración que siempre conlleva un incremento de lo que se ha dado en llamar el «contacto social», y que no es otra cosa que el reagrupamiento de las familias, muchas de ellas separadas por la distancia durante meses. De ahí que, con la cursilería que le caracteriza, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya utilizado su comparecencia en el Congreso para solicitar a los españoles que reduzcan los contactos durante unas fiestas que «más allá de las creencias de cada cual, las Navidades tienen un significado en nuestra cultura, son las fiestas del afecto», ha proclamado.

La reducción de la Navidad a unas «fiestas del afecto» no ha pasado desapercibida en el Hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo, donde sus señorías han celebrado este miércoles el primer debate sobre el segundo estado de alarma. El líder de la oposición, Pablo Casado, se lo ha afeado al dirigente socialista nada más tomar la palabra para contestar a su intervención: «¿Tanto les cuesta celebrar las Navidades, que es el nacimiento de Jesús, en un país cristiano, en una civilización occidental, que podemos reivindicar estas fiestas históricamente sin ningún problema?».

Y no se ha quedado ahí Casado. «También usted felicita por Twitter a otras confesiones religiosas. Creo que en España hay que felicitar la Navidad sin problemas», ha dicho recordando cómo es habitual que el presidente del Gobierno felicite el Ramadán a los musulmanes, pero nunca ha escrito una sola línea en sus redes sociales sobre las fiestas que celebran el Nacimiento de Jesús o la Pasión de Cristo en Semana Santa.

Deseo a todos los musulmanes de España un muy feliz Eid el Fitr. Que el mes de Ramadán que acaba de concluir os traiga, nos traiga a todos, mucha paz. ¡Eid Mubarak!

— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) June 15, 2018

Destapando el doble rasero que Sánchez tiene con los distintos credos religiosos, donde el catolicismo sale siempre malparado. Así ha arrancado Casado una intervención sin papeles que se ha convertido en una completa moción de censura al Gobierno de coalición. «Usted viene aquí a dar cuentas de un estado de alarma de un país en el que han muerto 70.000 españoles por la pandemia. Una cifra que ni siquiera se han dignado a reconocer», ha espetado Casado a Sánchez.

Nada se ha dejado en el tintero el líder del PP. Desde la gestión de la caótica gestión de la pandemia, a los pactos con los gestores del legado político de ETA, de los posibles indultos a Junqueras y sus secuaces al golpe que PSOE y Podemos pretenden perpetrar contra la independencia judicial. Casado ha acusado a Sánchez de querer concentrar todos los poderes del Estado y -dirigiéndose a los bolivarianos de Podemos que le acompañan en el Ejecutivo de coalición- ha citado a Bolívar para advertir de que «un gobierno que aglutina todos los poderes en un país genera un país de esclavos».

En su intervención, el presidente del Gobierno ha avisado de que si la evolución de la pandemia empeora en los próximos días, propondrá a las comunidades autónomas endurecer el plan para la Navidad aprobado hace unas semanas. «No podemos relajarnos, no podemos bajar la guardia», ha insistido Sánchez en su primera comparecencia para hacer balance del segundo estado de alarma.