Aznar insiste en que no fundará un partido pero advierte: «España también es nuestra tarea»

José María Aznar, ha dado portazo este jueves a los rumores que apuntan a que podría estar pensando en fundar un nuevo partido, tras su salida de la presidencia de honor del PP.

El expresidente del Gobierno, que ha clausurado el acto ‘Ideas para la Sociedad Española’, organizado por FAES, ha defendido que su sitio está en esta Fundación, desde donde, ha dicho, trabajará para abordar los retos actuales y futuros del país.

«España es tarea de todos no solo de algunos. España es nuestra tarea y queremos hacer nuestra tarea bien, desde nuestro sitio. Ahí vamos a permanecer, ahí nos van a encontrar», ha asegurado, en presencia, entre otros, de los vicesecretarios Javier Maroto y Andrea Levy y de los exministros Alberto Ruiz-Gallardón y Josep Piqué. 

«Quienes cruzamos el umbral de FAES queremos favorecer unas ideas y unas políticas mejores que otras. Esto es lo que queremos hacer y lo que vamos a hacer”, ha insistido, sin dejar lugar a equívocos.

La renuncia de Aznar a construir su propio proyecto político no implica, en cambio, que prescinda de las críticas a Rajoy. Aunque la expectación para escuchar al expresidente en este foro era máxima, las referencias, siempre veladas, al Gobierno y la actual dirección popular han resultado esta vez más tibias.

En su lugar, el  exdirigente popular se ha limitado a destacar el mérito de FAES para «abrir el centro derecha español a miles de personas hasta entonces alejadas de la política o desengañadas de ella» y «cambiar las políticas equivocadas» que se habían llevado a cabo hasta entonces. «El trabajo dejó su impronta en las principales políticas como la reducción de impuestos», señaló, en la única alusión directa a la política del Ejecutivo.

Aznar ha reconocido el papel de la Fundación para llevar al PP al Gobierno «y hacer que cambiase el país».  «Integramos a muchos para redactar un programa sólido, contrastado y fiel a nuestras ideas, lo respetamos y lo cumplimos», ha añadido. 

«Hacer posible la convivencia»

Aznar ha advertido a los dirigentes actuales del riesgo de «desconexión» con la realidad y de su deber de definir un proyecto de país «y convocar a un número suficiente de españoles dispuestos a llevarla a cabo».

En este sentido, consideró urgente «superar las fragmentaciones electorales que alimentan tantas agendas, tan parciales, divergentes, escasamente nacionales e integradoras». En opinión de Aznar, porque eso «no es la expresión de un estado de ánimo general más sereno y maduro». 

Aznar ha llamado a superar «dilemas falsos» que obligan «a escoger entre disolución o fractura» y que, ha censurado, obligan a prescindir de la soberanía o la ley «porque ofenden o dividen».

«Estamos atrapados en ese falso dilema y debemos liberarnos de él lo antes posible», ha destacado. Aznar ha advertido de que, en ese escenario,  «vamos a tener que trabajar y asumir que al afirmar lo que hace posible la convivencia seremos acusados de hacer imposible la convivencia». 

«No creo que exista moderación alguna en el hecho de cumplir las leyes», ha añadido. 

Gallardón critica la indefinición del PP

Más rotundos sonaron los avisos de Gallardón y de Piqué. Los exministros coincidieron en sus críticas a la indefinición ideológica del PP y a la urgencia de que el partido recupere su proyecto y entre en la «batalla de ideas».

“Pensábamos que la indefinición nos permitiría ampliar nuestra base electoral, se pensaba que se podría sacrificar la proclamación de los principios. Eso lo hemos vivido en España y muy especialmente en el centro derecha”, censuró Gallardón, quien advirtió, además, de que la única manera de volver a conectar con los ciudadanos es “convocarles a un proyecto ideológico”. 

La crisis territorial en Cataluña ha centrado también parte de los análisis. «Cataluña no va a ser independiente, que nadie tenga la más mínima duda», ha avanzado Gallardón. Para ambos exdirigentes, el independentismo está tratando de «hacer de su derrota una justificación histórica».  Para Piqué, la mayor gravedad es que las instituciones catalanas se hayan puesto al servicio de la independencia.