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El ascenso de Óscar López irrita a Bolaños: lo ve un rival para el control de Ferraz tras el congreso

La llegada de López al ministerio y a Ferraz torpedeará las aspiraciones de Bolaños de convertirse en el sucesor

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Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

El ascenso de Óscar López como ministro para la Transformación Digital y Función Pública, ha caído como un jarro de agua fría sobre Félix Bolaños. El superministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes ya había frenado anteriormente la entrada de López en el Consejo de Ministros. El hasta ahora jefe de Gabinete de Sánchez, que dirigió la campaña de Patxi López en las primarias socialistas contra el ahora presidente del Gobierno, ha trabajado en los últimos meses sin esconderse mucho en promocionar en el medio plazo a Pilar Alegría para ocupar la planta cuarta de Ferraz. Con el adelantamiento del Congreso Federal, previsto para los días 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre, el nombramiento de Óscar López como ministro se convierte en un problema importante para el deseo de Félix Bolaños de copar, de alguna forma, los máximos resortes de poder de Ferraz. El titular de Justicia tiene aspiraciones de relevar a Sánchez.

Bolaños, que a diferencia de López forma parte de la Ejecutiva Federal del partido desde el congreso de Valencia en 2021, está maniobrando ya para colocar a sus afines en puestos de gran importancia en la sede socialista. Aunque Pedro Sánchez tiene voluntad de permanecer en el poder hasta 2030, según explicó él mismo, nadie puede negar que desde hace meses hay movimientos nada soterrados para erigirse en el relevo natural del secretario general. Félix Bolaños, hombre fuerte del Gobierno, nunca ha negado en sus círculos más íntimos su deseo de ser él quien se vislumbre como el heredero de Sánchez. La reflexión fake de cinco días que anunció el presidente, tras la imputación de su esposa Begoña Gómez, avivó las voces dentro del partido que abogan por situar ya a alguien en la línea sucesoria «por lo que pueda ocurrir».

Con Óscar López como ministro para la Transformación Digital y Función Pública, cargo del que tomará posesión formalmente en las próximas horas, nadie discute que el ex secretario de Organización volverá a la Ejecutiva Federal para hacerse cargo de las funciones que tiene atribuidas en el Gobierno. Así ha sido con todos los ministros del ala socialista que tienen carnet de partido. López, pues, volverá a estar en la sala de máquinas del cuartel general del partido para hacer y deshacer a su antojo. Con la ventaja frente a Bolaños de que él ya ha estado en las máximas cuotas de responsabilidad, como número dos de Alfredo Pérez Rubalcaba cuando este era secretario general, lo que le otorga una experiencia a la hora de moverse por las oscuridades de Ferraz 70. Además de que López tiene en su cabeza el impulso de Pilar Alegría, tras su paso casi seguro por el liderazgo del PSOE de Aragón, la enemistad con Bolaños es total.

Hace meses, prácticamente dos años, que Félix Bolaños ha tratado de ganar terreno de poder a Óscar López en el círculo de más confianza del presidente del Gobierno. Los despachos de ambos, hasta ahora, estaban situados muy cerca. Un hecho que aprovechaban tanto el superministro como su director de gabinete para susurrar a la oreja de Sánchez e intentar así imponer sus criterios tratando de influir en las decisiones del máximo mandatario socialista. El ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes ha ganado gran parte de las batallas, colocando a sus afines en puestos claves en el gabinete presidencial.

Pero la cohabitación de Bolaños y López en los últimos meses, según fuentes monclovitas, «se estaba haciendo prácticamente insostenible». De ahí que el nombre del jefe de Gabinete del presidente hubiera sonado con fuerza en las quinielas para ocupar un ministerio en la configuración del nuevo gabinete tras las elecciones del 23 de julio. De esta forma, como hizo anteriormente fulminando a Carmen Calvo e Iván Redondo por sus disputas constantes en el complejo presidencial, Sánchez zanjaba el conflicto interno dándole una salida a su amigo López. Pero Bolaños, en ese momento más escuchado que el jefe de Gabinete, impidió su nombramiento. Hasta esta semana cuando se ha oficializado su salto al Consejo de Ministros.

Los ministros desenfundan los cuchillos

Además de la pugna entre Félix Bolaños y Óscar López por el poder orgánico e institucional, fuentes socialistas bromean también estos días con que «los ministros ya han desenfundado los cuchillos». Nadie pone en cuestión que Sánchez será reelegido a la búlgara. Sin rival alguno. Pero la inminente crisis de Gobierno cuando se produzca la salida de Teresa Ribera para ser comisaria europea, que el presidente pretende aprovechar para dar un impulso a su gabinete como ya hiciera en 2021, ha puesto en alerta a todos los ministros. Algunos de ellos seguirán, otros no y a otros les enviará a competir por liderar el partido en sus respectivas comunidades autónomas. Esto último supondrá una nueva batalla a cara de perro, en un partido cada vez más agrietado, ya que por ejemplo Aragón o Castilla – La Mancha no aceptan a Alegría e Isabel Rodríguez como lideresas. Desde el anuncio del avance del congreso, que se convocará formalmente este sábado con un Comité Federal, todos los ministros han empezado a moverse para no quedarse fuera de la foto de la próxima Ejecutiva Federal.

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