El último día de «reflexión» de Sánchez: ‘footing’ por los jardines de Moncloa y desconectado del PSOE

En el palacio presidencial, sigue aislado de sus ministros y la cúpula socialista: sólo ha hablado con su jefe de Gabinete

Sánchez reflexión
Sánchez corriendo por los jardines de Moncloa en 2021.

Pedro Sánchez sigue enclaustrado en el palacio de la Moncloa, aislado de sus ministros, con sus responsabilidades de gobierno aparcadas desde el miércoles por la noche y desconectado de su partido. Este domingo, según han indicado a OKDIARIO fuentes de su círculo de Moncloa, Sánchez sólo salió del edificio presidencial para hacer footing por los jardines que forman parte de este complejo palaciego y, por tanto, totalmente protegido del exterior.

Sánchez salió a correr a media mañana este domingo en su último día de reflexión. Y, tras esa breve pausa al aire libre, pero dentro del complejo de la Moncloa, volvió a entrar en el edificio para seguir su particular encierro con su familia. Su aislamiento ha llegado a tal punto que ha dado días libres a miembros de su equipo de seguridad, escoltas que habitualmente integran los turnos de protección del presidente en su actividad cotidiana.

Sánchez estaba seguro de que no le iban a hacer falta porque, a tenor de este dato, queda claro que tenía totalmente decidido qué iba a hacer durante los cinco días de desconexión que se autoasignó el pasado miércoles, cuando lanzó su sorpresiva «carta a la ciudadanía» anunciando que se está pensando si seguir en el poder o dimitir. Este lunes vence el plazo. Mientras tanto, Sánchez consume estas últimas horas ajustado al guión que se marcó: ningún contacto ni con el resto de miembros del Gobierno ni con dirigentes del PSOE. Ha decidido blindarse personalmente para evitar que haya ruido de fondo, voces de su entorno político que puedan interferir en la decisión que va a comunicar este lunes.

Las fuentes de Moncloa consultadas por OKDIARIO confirmaron que ese aislamiento que Sánchez en su último día de reflexión se ha autoimpuesto lo está cumpliendo a rajatabla. Gobierno aparcado, desconectado del partido y ajeno al teléfono. Al menos hasta poco antes de las 19.00 horas de este domingo, momento en el que se ha producido la conversación entre este periódico y el entorno del presidente.

Más allá de su familia, «este domingo sólo ha hablado con Óscar López», han precisado estas fuentes a OKDIARIO. Óscar López es su escudero en Moncloa, su director de Gabinete, sanchista de confianza que, en el pasado, fue portavoz parlamentario del PSOE y secretario general de los socialistas de Castilla y León. Repescado por Sánchez, Óscar López ocupó la vacante que dejó Iván Redondo cuando éste perdió el favor de su jefe tras ejercer durante años como influyente asesor.

Su jefe de gabinete

Óscar López tiene una cercanía política y personal con Pedro Sánchez. Lo ha demostrado en estos cinco días sin precedentes que está viviendo España con la Presidencia del Gobierno. Pero esa cercanía no supone influencia alguna en el aparato del partido, del que López hace tiempo que quedó al margen. Así que su contacto con Sánchez no es interpretable como una línea directa con el PSOE, que este sábado protagonizó el acto de exaltación del líder igualmente sin precedentes en la democracia española y en los países del concierto occidental.

Mientras tanto, el sanchismo sigue aguardando la comparecencia de Sánchez de este lunes. La espera continúa en una atmósfera de schock entre los cuadros de mando del PSOE, dominados por los afines al secretario general. Él, durante años, se ha encargado de erradicar las voces no sólo críticas hacia él sino aquellas que no interpretaba como suficientemente comprometidas con sus deseos.

El barón aragonés Javier Lambán y algún aislado dirigente provincial del partido se cuentan entre las escasísimas voces independientes que le quedan a un PSOE que Sánchez ha moldeado a la medida de su personal plan de ruta. Ni siquiera el castellanomanchego Emiliano García-Page se ha resistido al aquelarre que desplegaron este sábado los más fieles sanchistas, con una desatada María Jesús Montero al frente. Ahora, los afines a Pedro Sánchez aguantan la respiración mientras él agota las últimas horas de sus cinco días de «reflexión».

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