La ANC planea presionar a Caixabank, Naturgy o Agbar tras controlar la Cámara de Comercio de Barcelona

Canadell
El nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell.
Carlos Cuesta

Mientras ERC negocia con el PSOE cesiones, la ANC -y su tutor permanente, PDeCAT- han dado un paso de gigante en la penetración y control del mundo empresarial catalán. Su hombre en la sombra, Joan Canadell, cofundador y expresidente de la asociación empresarial separatista Círculo Catalán de Negocios (Cercle Català de Negocis, CCN), es el nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona y, a través de la Cámara tiene acceso para presionar o influir en empresas como Abertis, Agbar,  CaixaBank, Cellnex Telecom, Naturgy o Cisco BT, que son algunos de sus socios de honor institucionales.

El nombre de Cercle Català de Negocis permite a Canadell dar una apariencia más profesional a su asociación. Pero lo cierto es que su candidatura -Eines de País- ha sido impulsada a pie de calle por la Asamblea Nacional Catalana. Y la ANC es la misma asociación que mantuvo un papel protagonista y activo en el impulso y plasmación del golpe de estado del 1-O y cuyo presidente -Jordi Sànchez- está siendo juzgado en el TS por ese mismo motivo.

El ascenso de Canadell, además, ha sido propiciado por una salida repentina de escena de otro posible candidato, el presidente de BonPreu, Joan Font, que se hizo a un lado ante la fuerza de la candidatura de Canadell. Font no era el candidato elegido en primer término por la ANC.

La Cámara de Comercio de Barcelona es toda una vía de acceso al mundo empresarial catalán. Incluido al más potente. Entre sus socios institucionales de honor figura todo el elenco de grandes empresas catalanas.

Abertis Infraestructuras, S.A., figura en categoría de “Socio Institucional de Honor de la Cambra Oficial de Comerç, Indústria, Serveis i Navegació de Barcelona». En la misma posición se encuentra Agbar – Societat General d’Aigües de Barcelona, y la propia CaixaBank, Cellnex Telecom o Cisco BT.
Y otras empresas como Deloitte, Naturgy, Saba Infraestructuras, SEAT o El Consorci de Barcelona Zona Franca también figuran en la categoría de “Socio Institucional de Honor de la Cambra Oficial de Comerç, Indústria, Serveis i Navegació de Barcelona”.

Influencia y fondos públicos

Porque lo cierto es que la Cámara de Barcelona es todo un centro de relaciones e influencia, con acceso a fondos públicos y con capacidad para influir a gran nivel en un mundo empresarial que, hasta ahora, aunque contaba con clara penetración separatista, había evitado el desembarco institucional y formal de los dos partidos implicados en el golpe del 1-O.

Ahora se rompe esa delgada línea roja y “por supuesto, que esta penetración tendrá consecuencias. Consecuencias y planteamientos de asalto a más instituciones empresariales”, señala un empresario catalán.

Un empresario catalán señala que «por supuesto que esta penetración tendrá consecuencias»

De este modo, la candidatura impulsada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), se hace con uno de los órganos de mayor penetración en la empresa catalana. Y se hace con ese control para cuatro años, porque también ha pactado ya el relevo a los dos años: se hará por medio de la vicepresidencia de la Cámara Mónica Roca, que sustituirá a Canadell pasados dos años gracias a un pacto interno cerrado. El acuerdo se ha explicado por la conveniencia de que se equipare el periodo de presidencia entre hombres y mujeres.

ANC controlará, además, gracias a este triunfo, la formación del consejo ejecutivo y vicepresidencias. La Cámara, órgano que había resistido el asalto separatista, cae de este modo. Y lo hace a manos de Torra y Puigdemont, ni siquiera de ERC.

La asociación de Canadell saltó a la prensa nacional cuando en plena fuga de las grandes empresas de Cataluña, despavoridas ante el movimiento revolucionario puesto en marcha desde la Generalitat con motivo del 1-O, animó a Puigdemont a «apretar el botón nuclear»: le pidieron que consumara cuanto antes su desafío secesionista para que quebrase la economía española y la Unión Europea se viese obligada a reconocer la independencia de Cataluña.

El encargado de lanzar este mensaje fue David Fernández, vicepresidente del Cercle Català de Negocis de Canadell, asociación formada por algunas decenas de empresarios independentistas en aquella época pero que no ha dejado de crecer gracias al apoyo prestado a ellos por PDeCAT y el propio Carles Puigdemont. El fugado ex president, de hecho, ha utilizado con frecuencia esta organización para demostrar que cuenta con respaldo en el tejido empresarial.

A través de la red social Twitter, Fernández pidió en aquella época a Puigdemont que «apriete el botón nuclear» y que levantase la suspensión de la declaración de independencia. A su juicio, esto provocaría que se disparase la prima de riesgo española hasta que el pago de los intereses resultase inasumible. La consecuencia de todo ello, añadía el vicepresidente del Cercle Català, sería que la Unión Europea se vería obligada a rescatar al Estado español y reconocer la independencia de Cataluña.

David Fernández argumenta esta estrategia suicida con las siguientes palabras: «El botón nuclear de la independencia es la deuda y la prima de riesgo española. La prima de riesgo es el precio que un Estado ha de pagar para obtener financiación. En los países inestables, o que se prevé que pueden dejar de pagar su deuda, la prima de riesgo se dispara. Por tanto, un país como España con una deuda y una prima de riesgo elevadas es carne de rescate y de una grave crisis».

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