Crónica de campaña

Alerta: ¡La abstención ronda el 50%!

Alerta: ¡La abstención ronda el 50%!
cronica-campana-carlos-davila-interior

El demóscopo de guardia de este país, más de moda que el propio Ricky Rubio, se entretiene en estos días por lo bajini con un vaticinio tan arriesgado como personal. Dice a quien quiera escucharle, que casi el 50 por ciento de los electores están por quedarse en la piltra de sus domicilios calientes el próximo 10 de noviembre. Suele añadir el sociólogo que sin embargo ni él mismo se cree que la profecía se convierta en esa fecha en tremenda e histórica realidad. En eso, en hacer pronósticos con vocación de apuestas imposibles, coincide con el augur de Sánchez, este Tezanos domesticado que considera a su colega de dedicación, que no de formación porque,  en eso insiste mucho el okupa del CIS, «el Rappel de la política  es sólo un militar sin ningún fundamento técnico».

En el fondo y en la forma es igual lo que opine uno de otro, la diferencia estriba en que el supuesto aficionado, Michavila, ya aventuraba antes del estío que las nuevas elecciones estaban aseguradas, mientras el prócer que un día fue el arúspice de Alfonso Guerra y ahora no se habla con él, aseguraba, con la solemnidad de los paniaguados, que «la repetición sería una irresponsabilidad  que un tío tan serio y sólido como Sánchez nunca se va a permitir».

Quería 140 escaños

Pues se lo ha permitido. Es más: nunca tuvo dudas de que ese era su camino hacia la victoria total. Me cuentan que en la noche del 28 de abril, Sánchez no recibió con gusto las felicitaciones de sus pelotas a los que les decía: «Yo quería 140 escaños».  Se quedó en 123. Más tarde, ya en agosto y antes de fugarse a la casa que le tenemos alquilada los españoles, gratis total, en Doñana, puso en marcha la máquina de propaganda trituradora y ordenó que sus peones, al mando de su gurucillo Redondo, fueran expandiendo la especie de la inevitabilidad de los comicios.

Redondo durante este tiempo ha puesto además mucho de sí mismo, hasta el punto que, recién regresado del veraneo (¡a saber dónde emigró este vidente!) se fue de la ceca a la meca pregonando la buena nueva y asegurando, por su cuenta que el PSOE, llamado por él «el partido alfa» (él utiliza este lenguaje, mal que le pese cercano a Trump) le iba a meter un zurriagazo de muerte al PP, denominado según también por su magín ahora tan peloso, el «partido delta», gamma o yo qué se que letra del alfabeto griego. Y se quedaba tan pancho.

Aunque está agitado el hombre ahora se ocupa de distribuir datos tóxicos aquí, acá o acullá que no se sólo aperciban al personal sobre el peligro cierto de la terrible abstención, sino sobre dos objetivos más: que la gente de izquierda se movilice al grito de que «¡Viene la derecha feroz!», y que este mismo votante se alarme y no cometa la temeridad o la frívola estulticia de seguir apoyando al comunista Iglesias o a su hermano separado Errejón al que los socialistas califican directamente de «Muñeco diabólico».

Un riesgo

Pero en todo caso la abstención es un riesgo cierto. Al español de infantería no le cabe un fideo más en su abrigo electoral. Habla de los políticos y hace dos gestos; o bien endereza sus dedos índice y meñique en señala de gloriosa peineta o más groseramente aún enarbola el dedo medio y envía a los próceres a recoger mismamente caracoles ahora que empezamos el otoño. Por tanto: la abstención, como Teruel, existe, y, de entrada perjudica gravemente la salud de la izquierda, sobre todo del PSOE.

Por eso este fin de semana, y tras el análisis de algunos sondeos, al PSOE de Sánchez no le ha llegado la camisa al cuerpo, no vaya a ser, como se anticipa, que el 10 de noviembre el fantasma de la abstención se  convierta en un león que le rebane la carótida al gobernante más fatuo que haya tenido nunca España desde los tiempos criminales de Fernando VII. En su día Rubalcaba sacó de la perrera al doberman con el que asustó más a sus huestes que a las de enfrente, ahora Sánchez y su cuadrilla abrirán de par en par, ya lo verán, todo el zoológico para que salgan rabiosos las más feroces alimañas.

Lo último en España

Últimas noticias