La agricultura hortofrutícula levantina en jaque por la subida de caudales mínimos del Tajo en Aranjuez
La subida de caudales mínimos del Tajo en Aranjuez está poniendo en jaque la agricultura hortofrutícula levantina. Así lo denuncia el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS) que ha alzado la voz ante los temores que despierta las consecuencias del incremento de los caudales ecológicos de la nueva planificación hidrológica del Tajo. Consideran que las autoridades ponen en peligro la continuidad del trasvase hacia el Levante y, por tanto, los puestos de trabajo de 106.000 personas y la continuidad de un sector que genera al PIB nacional 3.000 millones de euros.
El presidente del citado sindicato, Lucas Jiménez, ha presentado un informe técnico sobre las consecuencias del aumento en 2,5 metros cúbicos por segundo (metros cúbicos por segundo) de caudales a su paso por Aranjuez, contemplado en el Esquema Provisional de Temas Importantes del nuevo plan del Tajo que prepara la Confederación Hidrográfica. Actualmente, y desde hace décadas, el caudal mínimo de Aranjuez es de 6 metros cúbicos. Así, los desembalses desde los pantanos de Entrepeñas y Buendía para mejorar el caudal mínimo del río en Aranjuez restarían 78 hectómetros cúbicos a los trasvases hacia la cuenca del Segura, o lo que es lo mismo, supondrían un descenso del 21% del agua destinada al riego y un 18% menos de agua para consumo urbano.
Esta reducción será mayor si se acepta la petición de Madrid de 60 hectómetros para atender la demanda de la población. Si se aprueba, el recorte del Trasvase oscilaría entre el 35% y el 38%, con envíos nulos durante seis años a la agricultura levantina. En el caso de Aranjuez, los desembalses aumentarían de los 365 hectómetros actuales a los 443, “aumentado la insolidaridad con la zona más seca de España”.
Lucas Jiménez hace hincapié en que los regantes deberán seguir pagando el mismo peaje por el uso del trasvase aunque llegue menos agua, además de compensar la caída de los caudales del Tajo con agua desalada, de mucha peor calidad y mucho más cara. Además, destaca que el sector de la agricultura y la alimentación ha mostrado su fortaleza como uno de los pilares económicos y laborales en la actual crisis sanitaria, por lo que no entiende los intentos que hay para debilitarlo.
Entre otras medidas para dar solución al llamado ‘Conflicto del Agua’, el presidente del sindicato de regantes pide a los municipios ribereños al Tajo, especialmente a Aranjuez, y a las comunidades autónomas de Madrid y Castilla-La Mancha un plan de depuración como el realizado en la Región de Murcia hace dos décadas, lo que permitiría, según sus cálculos, destinar a caudales ecológicos hasta 500 hectómetros anuales de aguas depuradas.
Este año va a ser clave para la pervivencia del Trasvase Tajo-Segura. Tras más de cuarenta años de funcionamiento, esta infraestructura hidráulica ha generado una productiva agricultura en las provincias de Murcia, Alicante y Almería, la llamada ‘Huerta de España’, ya proveen el 71% de las exportaciones nacionales de hortalizas y el 25% de las frutas, con importantes exportaciones al resto de Europa.
Críticas al Ministerio
Sin embargo, el acueducto es cuestionada por motivos territoriales, políticos, medioambientales, etc. Ahora, el Ministerio para la Transición Ecológica, en manos de Teresa Ribera (PSOE), también lo pone en entredicho, pese a la oposición del Gobiernos regiones de Murcia y Valencia, y la ambigüedad del Ministerio de Agricultura.
Se olvida, según el Sindicato de Regantes, que los trasvases son un recurso unitario, de solidaridad interterritorial, y uno de los mayores elementos vertebradores de un país subordinado al interés general, según recoge la propia Ley de Aguas y la Constitución Española en su espíritu. “Además, los trasvases cumplen un papel esencial en la gestión hídrica de España. No se puede regionalizar este recurso básico para la vida. El agua no es de los territorios, ni de las comunidades autónomas, ni de sus presidentes, ni de las confederaciones hidrográficas. Es un recurso esencial que se debe gestionar atendiendo a criterios técnicos y de interés general”, defiende Jiménez.
Embalses llenos
Además, este año precisamente se da la circunstancia de que gracias a la pluviometría hay agua más que suficiente en la gran mayoría de cuencas hidrográficas peninsulares. Tras el temporal Filomena, el posterior deshielo y las borrascas de las últimas semanas, la cuenca del Tajo dispone de un 40% más de agua.
En la misma línea, los embalses gestionados madrileños han iniciado marzo por encima del 84% de su capacidad, superando en más de 15 puntos la media de los últimos años. Y es que todos los expertos en gestión hídrica coinciden en que va a ser un buen año en cuanto a garantía y disponibilidad de agua.
Por ello, los agricultores levantinos creen que el Ministerio que dirige Teresa Rivera no tiene ninguna razón técnica de peso para cercenar los envíos de agua a través del Acueducto Tajo-Segura, cuestionando su continuidad presente y futura, comprometiendo así su viabilidad económica. A día de hoy, están pendientes de trasvasar 99 hectómetros cúbicos que no se han realizado debido a las obras en el embalse de la Bujeda, en Guadalajara.