La Xunta salva la fábrica de Sargadelos que cerró por las presiones de Díaz: reiniciará su actividad
La Xunta había pedido al Ministerio de Yolanda Díaz la "máxima flexibilidad" para evitar el cierre


La Xunta de Galicia ha alcanzado un acuerdo con Sargadelos para el reinicio de la actividad productiva en la planta de Cervo, en Lugo, «a la mayor brevedad posible». El administrador único de la empresa, Segismundo García, había tomado la decisión de «cerrar y precintar» la fábrica tras recibir una multa de 5.000 euros de Inspección de Trabajo, bajo el mando del Ministerio que dirige Yolanda Díaz, por 36 supuestas deficiencias. Unas irregularidades que la empresa no puede subsanar en tiempo y forma.
Por su parte, la Xunta había pedido al Ministerio de Yolanda Díaz la «máxima flexibilidad dentro de la legalidad» con Sargadelos, con la esperanza de que se pudiera evitar el cierre de las instalaciones que emplean a 80 personas.
Sin embargo, el Ejecutivo gallego ha tenido que tomar las riendas del asunto para evitar que todos esos empleados se vieran afectados por el cierre. Así, la Consellería de Empleo, Comercio y Emigración se ha comprometido a realizar un estudio de las posibles mejoras en la protección de los trabajadores.
La Xunta salva Sargadelos
En ese sentido, la propia Inspección de Trabajo aseguró en su escrito del 4 de abril que los niveles de exposición de los trabajadores están dentro de los límites legales y las deficiencias advertidas no suponen riesgo inminente para los trabajadores. Además, ha indicado que, «teniendo en cuenta las especiales características del edificio, pueden flexibilizarse, en su caso, los plazos señalados».
De esta forma, la Consellería ofrece a Sargadelos la plena colaboración y sensibilidad para implantar las mejoras precisas para la protección de la salud de los trabajadores. «Si como consecuencia de ello fuera necesario asumir nuevas obras de adecuación de las instalaciones, la Xunta se compromete a apoyar su realización, teniendo en cuenta la especial singularidad de las instalaciones, cualificadas como Bien de Interés Cultural (BIC)», ha sentenciado.
La marca Sargadelos alcanzó su mayor expansión en la década de 1970 bajo la dirección del intelectual Isaac Díaz Pardo. Sin embargo, su origen se remonta a 1806, cuando Antonio Raimundo Ibáñez, Marqués de Sargadelos, fundó esta fábrica de loza en Cervo, aprovechando los yacimientos de caolín de la zona.
Su hijo, José Ibáñez, impulsó la primera época de esplendor de la compañía, estableciendo características distintivas como las piezas de color blanco con esmalte brillante y cremoso.
A lo largo del siglo XIX, la fábrica atravesó periodos de éxito y de crisis. No fue hasta 1968 cuando Díaz Pardo, junto al pintor Luis Seoane, decidió recuperar el legado de Sargadelos, impulsando la construcción de una nueva fábrica en el mismo emplazamiento de la original.
Esta decisión dio pie, no solo a la cerámica de Sargadelos reconocida actualmente, sino también a todo un movimiento artístico que marcaría el contexto cultural gallego del siglo XX.