Villaseca abandona Gas Natural Fenosa tras un año «extremadamente duro»

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Villaseca abandona Gas Natural Fenosa tras un año "extremadamente duro"
María Villardón

El CEO saliente de Gas Natural Fenosa, Rafael Villaseca, se despide de la cúpula directiva de la compañía presentando las cuentas de 2017. Reconoce, sin pudor, que “ha sido un año extremadamente duro por el negocio eléctrico en España”, no obstante, señala que se siente “orgulloso y satisfecho” porque “se ha cumplido con el beneficio neto”, aunque “ha costado mucho”.

Los que llegan y los que se van estaban compartiendo la misma mesa. Villaseca abandona Gas Natural Fenosa y deja el timón de mando a Francisco Reynés, recién nombrado presidente ejecutivo. No obstante, a pesar de la bicefalia directiva, el desglose de los datos de 2017 ha corrido a cargo de Villaseca. «Llevo 13 años de CEO, me parece más que razonable que se piense en un cambio tras una etapa muy larga», ha comentado con respecto a su salida de la cotizada.

Gas Natural Fenosa ha ganado 1.360 millones de euros en 2017, lo que supone un 1% más que en 2016, cuando sus ganancias sumaron 1.347 millones. El Ebitda alcanzó los 3.915 millones de euros, con un descenso del 16,1% respecto a 2016.

Villaseca ha explicado que “el recurrente este 2017 ha sido de 4.300 millones de euros, igual al de 2016, pero ha habido sucesos extraordinarios en el año que desvirtúan las cifras”.

La venta de inmuebles, los costes del bono social del Gobierno y la hidraulicidad muy alta “son plusvalías de 2016 que había que descontar”, ha concluido. Por lo tanto, señala, el año pasado el Ebitda se ha mantenido “estable en 2017, aunque las condiciones hidráulicas han sido nuevamente altas, a lo que hay que sumar los desastres naturales en América Latina”.

“Me siento satisfecho con los resultados, pero ha sido un año complicado”, ha expresado. Sin embargo, ha sacado pecho por lo conseguido: “El objetivo comprometido era cumplir el beneficio neto, aunque los hechos que se han dado han sido extraordinariamente negativos”.

El Ebitda de la actividad de electricidad en España fue de 302 millones de euros, lo que supone una caída del 57,8%. Villaseca ha señalado que dicha disminución viene de la mano del negocio de la electricidad en España “cuya evolución se vio afectada por factores climatológicos y una contracción de la producción hidráulica para Gas Natural Fenosa del 71,4%”.

Villaseca ha explicado que en nuestro país ha habido en 2017 «mayores costes de generación con una mayor producción térmica», un hecho, ha explicado que hizo que se «desequilibrara el mercado» y «subieran los costes del pool y los operadores no consiguieron trasladar este aumento al cliente final del mercado liberalizado».

Ha señalado que «la presión competitiva» a lo largo del año hizo que las compañías sostuvieran «los costes del pool» y que en noviembre el mercado terminara rompiéndose «lo que supuso un problema». Un hecho que hizo elevarse el precio de la factura de la electricidad. 

A tenor de las palabras del CEO saliente, este 2018 se vislumbra «mucho mejor por la marcha de los mercados».  

No se ha citado a Álvaro Nadal, ministro de Energía en ningún momento, pero el real decreto del Gobierno, el bono social y los nuevos ajustes que ha anunciado por la supuesta «sobrerretribución del sector» han estado planeado durante buena parte de la intervención. «El negocio eléctrico en España ha tenido un mal comportamiento», ha concluido Villaseca.

En la última comisión en el Congreso, Nadal anunciaba que pediría el apoyo de los grupos políticos para que el coste del desmantelamiento de las centrales nucleares corra a cargo de las compañías propietarias. Con respecto a la legislación sobre la energía nuclear, el exCEO señala que «cambiar las reglas del juego es peligroso porque crea gran inseguridad jurídica». 

Otro de los puntos calientes entre Energía y las compañías del sector es el real decreto, aun en borrador, con el que Nada quiere endurecer los requisitos para el cierre de las centrales térmicas. Villaseca explica que uno de los problema es «la necesidad de una inversión fuerte en la desulfuración» para que las plantas sigan generando energía térmica.

Y para hacer estas inversiones, ha señalado, son «necesarias dos cosas: que sean rentables y la necesaria seguridad jurídica de que, al menos, la regla no va a cambiar en 10 años». Por tanto, «además de la óptima medioambiental, las empresas tenemos que ver si las inversiones crean valor para los accionistas». 

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