Hay vida más allá de la Bolsa: cómo invertir en el Mercado Alternativo de Renta Fija
Durante el periodo más acusado de la crisis financiera, las entidades incrementaron los requisitos para conseguir financiación. Consecuencia de ello, algunas empresas no pudieron obtener la financiación deseada para iniciar o proseguir su actividad. Para intentar abrir nuevos espacios de financiación a estas compañías, se decidió emprender el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF).
Se trata de un mercado en el cual empresas medianas y pequeñas (pero especialmente las primeras) pueden emitir deuda y, de esta forma, financiar sus inversiones. Ahora bien, no todas las empresas pueden entrar en este mercado. Solamente aquéllas que presentan unas cuentas que se consideren solventes reciben la autorización para operar.
Alguno de los puntos por los cuales destaca este mercado son los siguientes:
- Rentabilidad atractiva: aunque las empresas que operan en este mercado están sujetas a una serie de requisitos, se trata de una inversión de más riesgo que, por ejemplo, la deuda pública o un depósito. Por lo tanto, el tipo de interés también es más elevado. Normalmente, se sitúa a unos parámetros parecidos al coste de financiación vía entidad financiera, entre el 7% y el 8%.
- Necesidad de un rating mínimo: con la finalidad de asegurar las inversiones, solamente se permite la entrada en el mercado a aquellas compañías que reciben una calificación aceptable por parte de las agencias de rating. Ésta se sitúa en BB.
- Presenta una estructura de Sistema Multilateral de Negociación: dado que no es un mercado oficial, sino alternativo, presenta una forma parecida al del Mercado Alternativo Bursátil (MAB), que no pasa precisamente por su mejor momento.
- Mayor flexibilidad: los requisitos para acceder a este mercado alternativo son menos rigurosos que en uno oficial, por lo que presenta una mayor facilidad de actuación y permite ahorrar costes.
- Los destinatarios son inversores cualificados: para operar en este mercado, hay que disponer de una serie de conocimientos financieros expertos que no están al alcance de cualquier inversor.
- Vencimientos a largo plazo: las emisiones pueden tener una duración de hasta cinco años.
- Bajos ratios de endeudamiento: las compañías que quieren operar en el MARF deben de presentar una proporción de la deuda respecto su ebitda inferior a cuatro. Se quiere asegurar, así, que no entran en el mercado empresas muy endeudadas.
- Predominancia de las medianas empresas: otro de los requisitos para entrar en el MARF es presentar unas ventas superiores a 50 millones de euros. Así pues, operan empresas de un tamaño considerable y con una cierta posición en su mercado.