Crisis energética

La que se avecina: los españoles pagaremos de golpe en marzo un subidón del 265% en la factura del gas

La que se avecina: los españoles pagaremos de golpe en marzo un subidón del 265% en la factura del gas
Subidón del gas.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Con todo el lío de los probables cortes del gas si Rusia cierra el grifo y con el famoso tope al gas en el precio de la luz, la ciudadanía se ha olvidado de que el Gobierno también ha intervenido la factura del gas de los hogares. Pero se trata de un simple diferimiento, no de una rebaja real: lo que no pagamos hoy, lo pagaremos en marzo (si no se sigue prorrogando) de forma retroactiva, porque el precio actual es muy inferior al de mercado. Entonces vendrá un ‘palo’ de los gordos, que se sumará al precio del gas en invierno, seguramente disparado si no se ha solucionado para entonces la guerra en Ucrania.

El ‘palo’ proviene de la diferencia entre la subida que ha permitido la medida adoptada por Teresa Ribera, en torno a un 80% en la parte variable de la tarifa del gas desde octubre, y la revalorización real del gas en el mismo período, que ha sido del 345%. Es decir, los consumidores tendrían que asumir de golpe y porrazo una diferencia del 265%, ya que las empresas gasistas tienen reconocido por Ley el derecho a percibirlo.

Para suavizar este impacto, ese déficit podría prorratearse en varios meses, como se hizo con los ajustes del recibo de la luz en el último cambio normativo. Pero, en todo caso, en esos meses los consumidores tendrán que asumir un sobrecoste importante sobre un precio del gas que todo indica que será todavía más alto que el actual.

Fuentes del sector aventuran que Pedro Sánchez también podría tirar por la calle de en medio y mantener el límite actual indefinidamente (lo ha prorrogado ya cuatro veces). Eso trasladaría el problema al próximo Gobierno, presumiblemente del PP, que tendría que asumir el coste ante el electorado de cobrarle ese déficit. O bien crear un déficit de tarifa y titulizarlo, como se hizo con el sistema eléctrico.

Asimismo, otras fuentes señalan que el Ejecutivo podía haber aprovechado el verano, cuando el consumo se reduce mucho y los recibos son más bajos, para ir enjugando esta diferencia con suplementos en la factura. Pero ha dejado pasar la oportunidad.

18 meses de intervención del gas

Esta intervención se adoptó en un Real Decreto-ley en septiembre del año pasado, cuando el Gobierno empezó a darse cuenta de la ineficacia de sus primeras medidas para frenar la escalada de la luz. Entonces decidió ser más radical con el gas e intervenir directamente la tarifa de último recurso (TUR), la que tienen la mayoría de los ciudadanos. Para ello, congeló la parte fija de la tarifa y puso un tope del 35% a la subida de la parte variable, la que está ligada al precio del gas en el mercado.

Como entonces comenzó el subidón de la materia prima, Ribera consideró que ese 35% seguía permitiendo un fuerte incremento de la factura, así que en enero redujo ese límite al 15%, que es donde sigue actualmente. Ese tope es el que ha originado el déficit por el que deben ser compensadas las gasistas.

En marzo aprobó otro Real Decreto-ley de medidas por la guerra de Ucrania en el que extendía el tope del 15% hasta julio. Finalmente, el 25 de junio el Gobierno anunció que lo alargaba de nuevo a las revisiones trimestrales de la tarifa de octubre y enero de 2023, lo que significa que estará vigente hasta marzo del próximo año y que el mercado acumulará una intervención de 18 meses.

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