Inversión

Parar, templar y mandar

Toreros.
Toreros.

«Lo mejor es salir de la vida como de una fiesta, ni sediento ni bebido». Aristóteles

Sinceramente tengo que decirles que no soy muy aficionado al llamado arte del toreo, aunque sí tengo un profundo respeto por sus partidarios y, ¡cómo no!, por aquellos que no lo son.

Ahora bien, cuando hoy me disponía a escribir en este blog sobre cómo veo la situación económica y financiera global y, en consecuencia, la estrategia de inversión genérica que quizás sea las más aconsejable seguir en estos instantes, me ha venido a la mente mi abuelo Nicolás. Era una persona especialmente bondadosa  y gran amante de la tauromaquia que siendo mozo y no tan mozo fue incluso mulillero.

Y yo creo que lo he recordado pues, siendo niño y una tarde que había toros en aquella tele de blanco y negro de mis abuelos, me explicó qué era aquello de los tres tiempos de la lidia que tan perfectamente resumía la técnica del toreo del diestro sevillano Juan Belmonte: “parar, templar y mandar”.

Gráfico: EvoluCión del índice de Bolsa estadounidense S&P 500en el último año. Fuente: Tradingview.com



Tras un gran arranque de año, que ha permitido paliar en parte el mal sabor de boca que nos dejaba 2018, tanto los mercados de bolsa (sobre todo los estadounidenses) como los mercados de deuda corporativa han conseguido situarse en niveles próximos a los del tercer trimestre del pasado ejercicio,   a pesar que desde entonces la situación macroeconómica y de beneficios empresariales no es similar a la que había entonces pues ambas se han deteriorado algo.

Como señalaba la pasada semana; la esperanza de que la economía mundial no entre en una recesión en los próximos meses, que los principales bancos centrales del mundo confirmen la ralentización del proceso de normalización de sus políticas monetarias, o la proximidad a un acuerdo entre USA y China que eviten una «guerra comercial total», han permitido un excelente comportamiento de los mercados de capitales como hacía tiempo que no veíamos. 

Sin embargo, es muy posible que estos tres factores ya estén, en gran parte, descontados en el precio de muchos activos financieros y, por lo tanto, quizás debamos utilizar ese dicho de “comprar con el rumor y vender con la noticia”. Es decir, creo que llegado este momento conviene parar, templar y mandar con el fin de adaptar nuestras carteras al ritmo que deseamos y llevarlas al lugar en el que nos sintamos realmente más cómodos para las próximas semanas.

En consecuencia, valoraría lo siguiente:

  1. Parar. Tras el rebote habido en los mercados de capitales sería aconsejable, al menos en el corto plazo, consolidar parte de los beneficios logrados este año y, por tanto, reducir el riesgo global de las carteras en fondos de inversión. Insisto una semana más; la liquidez es un activo más.
  2. Templar: Ajustar las carteras al verdadero perfil de riesgo de cada uno, a su plazo de la inversión y, por supuesto, a la realidad económica mundial que, como decía Aristóteles, aconseja no salir bebido. Quizás, y ahora sí, sea el momento justo (y no en diciembre pasado) para reajustar las velas de nuestras inversiones y patrimonios financieros.
  3. Mandar: Apostar, sobre todo, por la calidad a la hora de invertir en mercados de deuda y bolsa. En este sentido, en una cartera genérica y destinada a inversores dispuestos a asumir riesgos la parte “core” o central podría estar formada por buenos fondos de bolsa global orientados a empresas de dividendo… pero junto con este tipo de productos no olviden determinados fondos de bolsa europea de gestión activa y filosofía “value”, fondos de bolsa emergente que sobreponderen determinados mercados asiáticos y algunos fondos temáticos. 

De mi añorado abuelo también aprendí otras palabras y expresiones. Por ejemplo, me enseñó que en el argot taurino se dice que cuando un toro ya ha sido toreado previamente, antes de salir a la plaza, su lidia –el día de la corrida– es peligrosa porque la probabilidad de enganchar al matador aumenta considerablemente. A este tipo de toros se les llama resabiaos.

Tras las últimas subidas en los mercados de deuda y bolsa hay algún toro resabiao (lo de toro es por la imagen que, en el mundo financiero, se da a un mercado alcista; mientras que el oso representa al bajista) y, por lo tanto, complicado y peligroso para el bolsillo de los ahorradores, aunque de la impresión que, gracias a la acción de los Bancos Centrales, no lo son.

Parar, templar y mandar… no lo olviden pues no vaya a ser que, como al emperador romano Julio César, los famosos idus de marzo nos jueguen alguna mala pasada. 

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