Pánico por el aviso de un experto sobre el cambio en la edad de jubilación: «Lo que viene…»

Cada vez que se pronuncia la palabra jubilación en una conversación, suele aparecer una mezcla de deseo y preocupación. Para muchos, representa el momento soñado de descansar después de toda una vida de trabajo. Para otros, especialmente los más jóvenes, empieza a convertirse en un deseo que parece alejarse año tras año. Y es que si bien antes se tenía la certeza de que la edad de jubilación se fijaba en los 65 años, ahora dicha edad ha quedado desdibujada y de hecho, podría ser mucho mayor en breve, según ha alertado Gonzalo Bernardos.

Uno de los economistas más conocidos del país, Gonzalo Bernardos, al que podemos ver en programas como LaSexta Xplica, ha explicado lo que podría pasar en breve con la edad de jubilación. De hecho, una de sus más recientes intervenciones ha sido clara al respecto y lo ha sentenciado con un  «Preparaos para lo que viene». Y lo que viene, según él, es una subida progresiva e inevitable de la edad legal para dejar de trabajar si nos fijamos en lo que ya ha comenzado a aplicarse en otros países de la Unión Europea como Dinamarca.

Actualmente, en España se puede acceder a la jubilación ordinaria a los 66 años y 6 meses, salvo que se hayan cotizado 38 años y 3 meses o más, en cuyo caso se puede seguir haciéndolo a los 65 años. Sin embargo, los cambios que se avecinan (y que ya están ocurriendo en la mencionada Dinamarca) dibujan un futuro en el que cumplir los 70 antes de dejar de trabajar podría dejar de ser una excepción para convertirse en norma.

Advertencia de un experto sobre la edad de jubilación

Las palabras del famoso economista Gonzalo Bernardos cobran más peso si miramos lo que está ocurriendo en otros países europeos. Dinamarca, por ejemplo, ha dado un paso histórico al aprobar una medida que retrasará la edad de jubilación hasta los 70 años a partir de 2040. Un movimiento que forma parte de una transformación que afecta al conjunto de Europa, donde los sistemas públicos de pensiones se encuentran bajo una presión creciente.

El problema es estructural. La población envejece, vivimos más años y, al mismo tiempo, nacen menos niños. El equilibrio que sostenía los sistemas de pensiones (en los que los trabajadores en activo financian las pensiones de los jubilados)  se tambalea. Cada vez hay menos cotizantes por cada persona retirada, lo que pone en peligro la sostenibilidad del modelo tal como lo conocemos. Y eso nos lleva a una situación en la que no queda otro remedio que alargar la edad antes de que se produzca la jubilación

«Seguiremos su ejemplo, más tarde o más temprano»

Según ha explicado Bernardos, España no va a ser una excepción a la hora de alargar la edad de jubilación, sino parte de una tendencia generalizada en Europa. «Nosotros seguiremos su ejemplo, más tarde o más temprano», afirma. Su visión se basa en datos que ya no pueden ignorarse: una esperanza de vida que supera los 83 años, una natalidad en mínimos históricos y una deuda pública que limita la capacidad de aumentar las pensiones vía presupuestos.

Esto no significa necesariamente que las reformas se vayan a aplicar de forma inmediata. Pero el camino parece trazado, y lo que hoy nos parece impensable, trabajar hasta los 69 o incluso 70 años, podría ser la norma dentro de dos décadas. De ahí la advertencia del famoso economista: no para alarmar, sino para invitar a la sociedad a prepararse mental y económicamente para una realidad que se aproxima con fuerza.

Cómo llegar a la jubilación más allá de lo económico

La advertencia de Bernardos no se limita al ámbito económico. Su mensaje, en el fondo, toca una fibra más profunda: ¿cómo imaginamos el final de nuestra vida laboral? ¿Estamos dispuestos a aceptar que trabajaremos más años?, ¿Podremos hacerlo en función del tipo de empleo que tengamos? .

De hecho, la cuestión, no es sólo cuándo nos jubilaremos, sino cómo llegaremos a esa edad. Con qué salud, con qué calidad de vida, y con qué estabilidad económica. No basta con decir que viviremos más si esos años adicionales se traducen en enfermedades crónicas, precariedad o dependencia. Por eso, el debate sobre la edad de jubilación debe incluir también cuestiones como la prevención sanitaria, empleo de calidad, conciliación y apoyo al ahorro personal a lo largo de la vida laboral.

El reto de las próximas generaciones

Lo que Gonzalo Bernardos plantea es más que una predicción: es un reto intergeneracional. Las generaciones actuales y futuras tendrán que afrontar un escenario diferente al de sus padres o abuelos, en el que el retiro no será automático ni garantizado a una edad concreta. Por eso, cada vez gana más fuerza la idea de diversificar las fuentes de ingreso en la vejez, fomentando planes de pensiones privados, ahorro voluntario e incluso modelos de envejecimiento activo que permitan compatibilizar trabajo y jubilación parcial.