Los gases renovables, ingrediente esencial para la descarbonización
El reto de la descarbonización está sobre la mesa de todos los agentes sociales, tanto privados como públicos, colectivos e individuales. En este escenario, donde buscamos tener cero emisiones en 2050, según los ODS de la ONU, la búsqueda de alternativas limpias a los combustibles fósiles es fundamental y en ese camino están trabajando las compañías energéticas.
Cada día estamos más familiarizados con los conceptos del sector energético como, por ejemplo, el gas renovable. Se trata, en concreto, de una energía verde con balance nulo de emisiones y, además, totalmente intercambiable por el gas natural, razón por la que permite distribuirse a través de la infraestructura gasista que ya tenemos y, por supuesto, emplearse con las mismas aplicaciones energéticas actuales: hogares, industrias, comercios o la movilidad sostenible, entre otras cosas.
La producción de gases renovables está alineada con REPowerEU, el plan europeo para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y avanzar, de este modo, hacia una transición verde más sostenible y justa.
España, tercer país con más potencial en biogás
Dentro de este plan, también el biometano juega un papel clave para ir sustituyendo el uso del gas natural en los próximos años. Una energía en la que el mercado español es bastante fuerte, según datos de la CE, quien destaca que España es el tercer país con más potencial de desarrollo de biogás en Europa, con capacidad para alcanzar un potencial de generación de 137 TWh anuales. Este dato, unido al resto de gases renovables, podría llegar a cubrir el 57% de la demanda total de gas en el medio plazo.
En esta línea, empresas como Naturgy están apostando por el desarrollo de nuevas energías que permitan a nuestro país aprovechar la calidad y las inversiones realizadas de las redes de suministro de gas actuales, ya que el gas renovable, como citábamos al principio, puede ir por los mismos canales de distribución y eso es, sin duda, un importante ahorro de costes para usuarios, empresas y país en su conjunto.
Por eso, Naturgy trabaja con una cartera de proyectos de conexión de plantas de biometano a sus redes que supondrá la inyección de cerca de 6 TWh/año. De este modo, la compañía liderará el desarrollo en España del gas renovable, uno de los grandes ejes de la descarbonización a corto y medio plazo.
La planta de biometano
Recientemente, además, la compañía anunció la adaptación de la planta de biometano instalada en la explotación ganadera de Porgaporcs, en el municipio leridano de Vila-Sana, para inyectar gas renovable en la red de distribución del grupo en 2023. Naturgy, para ello, invertirá 1,5 millones de euros en este proyecto para avanzar en su objetivo de que en 2050 todo el gas que circule por sus redes de distribución sea de origen renovable.
La planta de biometano será la tercera que Naturgy ponga en operación comercial en España y la segunda de la compañía ubicada en Cataluña. A partir del próximo verano de 2023, esta instalación inyectará 11,8 GWh/año de biometano en la red de distribución de gas, equivalente al consumo anual de 3.150 hogares.
La generación y consumo de este gas renovable evitará la emisión a la atmósfera de más de 2.450 toneladas equivalentes de CO2/año, lo que equivale a plantar más de 4.900 árboles.
Con esta nueva planta, la compañía española dará un paso más en su apuesta por la transición energética, la producción de energía a nivel local y la economía circular, ya que aportará un gas limpio al sistema energético y contribuirá a la gestión sostenible de los residuos agroganaderos de esta granja leridana.
Casi 5,4 millones de puntos de suministro de gas
La red de distribución de gas de Naturgy está totalmente preparada para poder distribuir gases renovables, un vector clave para el cumplimiento de los objetivos de descarbonización, gracias a las inversiones realizadas en los últimos años. Cabe destacar la capacidad de la compañía para llevar a cabo este tipo de proyectos, gracias su amplio conocimiento del sector del gas natural y a la fortaleza y capilaridad de sus redes, lo que la ha convertido en la compañía líder en el sector de la distribución de gas en España.
A través de su filial Nedgia, la empresa cuenta con casi 5,4 millones de puntos de suministro de gas natural en 1.150 municipios del país. Su principal activo son los más de 55.500 kilómetros de redes que permiten hacer llegar hoy, de forma segura y eficiente, el suministro energético de gas natural y también la distribución de gas renovable, así como de hidrógeno en el futuro.
Proyectos activos
En 2019, a través del proyecto LIFE Methamorphosis (Lérida) financiado con fondos europeos, Naturgy ya testó el biometano producido en esta planta en vehículos a gas y, un año después, el biometano generado se llevó hasta Zaragoza para su uso en el transporte urbano de esta ciudad.
La primera planta de biometano que la compañía puso en operación está en la estación depuradora de aguas residuales de Bens (La Coruña), y la segunda instalación, Elena, ubicada en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), fue la primera en inyectar a la red de gas de España gas renovable procedente de vertedero.
Con estos proyectos, Naturgy se sitúa a la vanguardia en innovación en el desarrollo de este importante vector energético, que contribuirá de forma significativa a la descarbonización de la economía española en los próximos años.
Energías alternativas y apoyo institucional
El estudio ‘El biogás y el biometano como palanca clave en la descarbonización de la economía española’, elaborado por PWC y el CIEMAT, y publicado por Fundación Naturgy, destaca que, efectivamente, los gases de origen renovable forman parte de la solución para alcanzar la neutralidad climática en 2050, pero no establece unos objetivos de producción y consumo acordes con otros países de nuestro entorno. Por eso, este análisis, aboga por establecer objetivos vinculantes y más ambiciosos para aprovechar el potencial real de este gas en España.
La Hoja de Ruta del Biogás plantea multiplicar por 3,8 su producción hasta 2030, superando los 10,4 TWh, y prevé que ese mismo año al menos un 1% del gas consumido a través de la red de gas natural sea biometano, mientras que «la cuota impuesta estimada para el biometano en países líderes a nivel europeo es alrededor de 10% del consumo final de gas para el año 2030, o incluso del 20% en el caso de Alemania», explicó Oscar Barrero, socio líder del Sector Energía de PwC.
Sin embargo, el potencial del biometano en España es mucho mayor. El IDAE lo calcula en 34 TWh/año, tres veces más que el objetivo de producción del PNIEC 2021-2030, y otros informes recientes, que incluyen el cálculo de los cultivos energéticos, elevan este potencial a los 137 TWh/año, lo que significa multiplicar por más de 10 veces el objetivo de producción del PNIEC.
Por su parte, Mercedes Ballesteros Perdices, directora del departamento de Energía del CIEMAT, relató que «considerando el máximo potencial posible de producción de biogás, se podría llegar a sustituir hasta el 32% de la demanda nacional de gas natural en 2021 con una reducción de la huella de carbono asociada al sector gasista de entre un 20-56%».
Los expertos que han elaborado el estudio sostienen que, según se está observando en otros países europeos que son líderes en la producción de biogás y biometano, «el apoyo institucional es primordial para poder facilitar y apoyar el progreso de esta tecnología y aprovechar sus ventajas energéticas y ambientales, ya que su uso puede expandirse apoyándose en la infraestructura existente, lo cual puede favorecer además un despliegue rápido y competitivo».
La necesidad de un marco normativo y fiscal
Además de establecer objetivos vinculantes y mucho más ambiciosos, los expertos concluyen que otra de las claves para el desarrollo de estos gases renovables en nuestro país radica en el desarrollo definitivo de un sistema de garantías de origen para los gases renovables, la digitalización de las redes de gas para permitir reducir las necesidades de upgrading del biogás, y la simplificación de los procedimientos administrativos para la construcción de las plantas.
El mismo estudio concluye, además, que es necesario que se establezcan «mecanismos de apoyo y de un marco normativo y fiscal que regule las aplicaciones no eléctricas del biogás, que se centren en la financiación de los costes de inyección, la compensación del valor de los derechos de emisión y en garantizar la venta a un precio resultante de una subasta competitiva».
Con todas estas medidas, creen que «se podrá conseguir que el uso del biogás sea una solución esencial en la reducción de la dependencia energética de la Unión Europea hacia el exterior, así como en la gestión y aprovechamiento de residuos, pero también en la reducción de emisiones».