Bancos centrales

Ms. Lagarde; ¿seguro que ha ganado la flexibilidad?

La presidenta del BCE, Christine Lagarde.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde.

De acuerdo a nuestro mandato, el BCE está dispuesto a hacer lo que sea necesario para preservar el euro. Y créanme, será suficiente” Mario Draghi

Espero, pero nunca esperes. Uno de los peores sentimientos del mundo es tener que dudar de algo que creías que era incuestionable. La decepción es sólo la acción de tu cerebro al reajustarse a la realidad después de descubrir que las cosas no son como creías que eran, dicho lo cual; ¡hoy estoy realmente enfadada! No tanto por mi condición de anarcocapitalista y economista liberal declarada, sino más bien por mis fuertes convicciones libertarias, arraigadas en mí como persona más allá de lo profesional. ¿Cúal es el motivo? Que la mediocridad y el camino fácil suelen vencer al camino digno, lo cual me enerva y desencanta profundamente, porque aparte de predecir el futuro, ¡deben dejarnos crearlo!

La semana pasada en ésta, mi tribuna de opinión, ya les advertía acerca de mis fundadas sospechas con respecto a ciertas encrucijadas de nuestros queridísimos Bancos Centrales. ¿Serán capaces esta vez de seguir el camino recto? Les decía… ¿O acaso dejarán fluir la inflación fomentando deuda y especulación contra orden y ahorro? Es realmente obvio que papá Estado está perversamente legitimado y estructuralmente orientado hacia su propio beneficio y no hacia el bien común, por lo que no es de extrañar que una semana después de mi última tribuna, la señora Lagarde nos haya dado una rápida respuesta a mis planteadas dudas.

Y ciertamente, mi razonada sospecha hacia la permisividad no se ha hecho esperar. ¡El BCE se carga 20 años de rigor en pro de la inflación! algo que presuponía hace una escasa semana y que hoy me garantiza que es tan fuerte el chantaje de Mr. Market, que los Estados harán uso efectivo de la única forma que tienen para saldar sus dichosas cuentas; ¡la inflación! Ay ay ay… Esa horrible sensación de acontecer que algo o alguien se acabe convirtiendo en todo lo que dijo que nunca sería.

Ms. Lagarde daba un golpe de autoridad a los mercados demostrando que aquellos que llegamos a esperar el renacer de la dama de hierro en su figura, podemos esperar sentados para acabar viendo a un halcón convertido en la más ávida de sus palomas. Y yo me planteo, ¿en manos de quién queda la diplomacia de la señora Lagarde? Pues ¡en manos de los mercados! Pero estos señores no son mis mercados, son los mercados especulativos, los que jamás serán libres y sí intervenidos a golpe de autoritarismo, demostrando el ansia que tiene el venenoso poder de ostentar siempre más poder. ¿A esto le llaman libre mercado? A mí me resulta imposible ¡no soy hipócrita!

Pasar del histórico y claro mandato del BCE con un objetivo de inflación cercano, pero por debajo del 2%, a un objetivo a medio plazo del 2% con posibilidad de superarlo, es lo mismo que darse la licencia de hacer literalmente lo que les dé la gana

Fíjense cuán sutil y perverso, a la vez que macabro, es el mensaje del BCE; “Ha ganado la flexibilidad” dice Lagarde, tras modificar 20 años de rigor en pro de un virtuosismo renovado de tecnócratas que se acaban de destrozar de facto la estabilidad del euro. Y no crean que el cambio histórico del BCE es endeble, puesto que a simple vista lo parece. Pasar del histórico y claro mandato del BCE con un objetivo de inflación cercano, pero por debajo del 2%, a un objetivo a medio plazo del 2% con posibilidad de superarlo, es lo mismo que darse la licencia de hacer literalmente lo que les dé la gana.

Lo que Lagarde llama flexibilidad, yo le llamo cinismo en estado puro. El BCE presionado por la inflación ha capitulado lanzando un dardo envenenado, porque a partir de ahora la estructura perfectamente diseñada por el propio BCE para dar estabilidad, orden y seriedad al euro, acaba de romperse ante la fragilidad del intervencionismo. El pragmatismo alemán influenciado por la herencia del marco, parece haberse fragmentado de facto y es que la gran virtud del euro respecto del USD, radicaba precisamente en la rigidez del modelo, el cual dejaba muy claro el objetivo de inflación, limitando los mecanismos de expansión monetaria en pro de que las economías se espabilaran en diseñar modelos económicos y empresariales más eficientes, aunque ello precisara de arduos sacrificios.

Lejos quedan los tiempos en los que las expectativas de inflación marcaban la agenda del BCE, que ya dio el paso hacia su propia autodestrucción con las míticas palabras del ex presidente del BCE Mr. Mario Draghi; – “whatever it takes”, de un lejano 26 de julio de 2012. En efecto, como dijo Draghi, ¡fue suficiente! Pero no para terminar con la crisis, más bien para sentar las bases de un diabólico plan que ha terminado por finiquitar la función del mecanismo común hacia una forma de poder que beneficia de manera clara al ‘establishment’, sin que nadie y repito, ¡NADIE! pueda controlar, supervisar o prohibir, más allá de ellos mismos. Y eso, dicho por quien tiene el poder sobre el dinero, es mucho decir señores.

Y con el pretexto de la Ley del péndulo, el BCE anuncia que si hemos podido vivir varios años con una inflación sustancialmente por debajo del 2%, ahora deberían compensar esta etapa con cierta permisividad, lo que sugiere barra libre de liquidez durante un periodo ilimitado de tiempo, ¡ole, ole y ole! algo que por supuesto gustará y no poco a los mercados. ¿Quién le aprieta el corsé al BCE?, ¿por qué el BCE se apropia potestad para hacer literalmente lo que le sale de las narices?, acaso no está el BCE al servicio de los ciudadanos? Si no se ha cuestionado lo citado anteriormente, tenemos un problema.

Nadie debería estar legitimado para apropiarse de más cuota de poder, así que si hace algunos meses me preguntaba cuál será el legado de la señora Lagarde, hoy lo deja claro: destruir el corsé monetario del euro gracias a las políticas restrictivas de la Unión Europea y condenar el proyecto común dejando al Banco Central Europeo a la merced del mercado especulativo. Y ahora que he compartido con ustedes mi enfado, ¿cómo se sienten?

Gisela Turazzini, Founder CEO, Blackbird Bank.

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