Morera Vallejo: «La sociedad no valora al empresario que arriesga todo para generar riqueza y puestos de trabajo»

Antonio Morera Vallejo es presidente de Grupo Morera & Vallejo y de la compañía MIC Insurance

Morera Vallejo: «Tenemos soluciones aseguradoras para dar tranquilidad absoluta al constructor y promotor inmobiliario»

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Antonio Morera Vallejo es presidente de Grupo Morera & Vallejo y de la compañía MIC Insurance. @Cortesía

Hablar de Antonio Morera Vallejo es hablar de emprendimiento. Es decir, es hablar de iniciativas para llevar a cabo proyectos, negocios o actividades, especialmente nuevas, y que implican cierto grado de dificultad o riesgo. Esa es la definición, y es también la frase que mejor resume la vida profesional de este empresario andaluz, nacido en Chucena (Huelva), y que ha vivido en Sevilla prácticamente toda su vida.

Morera Vallejo es presidente de Grupo Morera & Vallejo y de la compañía MIC Insurance, y tiene a sus espaldas casi 60 años dedicado al seguro. Ahora, que es momento de parar el balón, ordenar y reflexionar sobre el futuro de su estructura empresarial, habla sobre los valores actuales de la juventud en cuanto a la conciencia laboral y social, en relación con el emprendimiento.

Grupo Morera & Vallejo es actualmente el primer grupo asegurador de capital exclusivamente andaluz por volumen de negocio. ¿Cómo empezó su aventura emprendedora?

Siempre he tenido inquietud por crear, por solucionar problemas y ver oportunidades donde otros sólo ven obstáculos. Empecé en el mundo de los seguros, un sector muy tradicional, pero que necesitaba innovación. Aprendí muchísimo en la compañía de seguros Mapfre, donde fui el ejecutivo más joven, con 18 años era Director de Andalucía Occidental de Mapfre Industrial y después me enamoré de la figura del corredor de seguros, como profesional independiente que busca para los clientes soluciones personalizadas y fundé Morera & Vallejo Correduría de Seguros. Con esfuerzo, constancia y una visión clara, fui construyendo lo que hoy es el Grupo Morera & Vallejo.

Se habla mucho de que ha sido un empresario hecho a sí mismo desde cero. ¿Usted cómo se definiría personalmente y profesionalmente?

Me defino como una persona valiente que un día decidió que todo se puede conseguir. Creo firmemente que con convicción y con la actitud correcta, todo se puede lograr. La formación se les supone a todos los nuevos emprendedores, como se le supone el valor a un soldado y es la actitud la que resulta clave. Hay que poner todos los medios, todas las ganas, todo lo que eres, porque ese es tu proyecto. Si no entiendes eso estás condenado a fracasar antes o después.

Esa convicción de que tu proyecto es el mejor no significa que las dificultades no vayan a aparecer en un momento determinado. Lo hacen y suelen requerir esfuerzos importantes para ser salvadas. Con la ilusión intacta del primer día y con una actitud positiva, lo que parecía imposible se convierte en realidad.

Sin una mirada capaz de asumir la sorpresa como fundamental, sin la capacidad necesaria para motivarse al ver parte de la realidad, no es posible emprender. Cualquier cosa que cuenta alguien que te rodea debe ser motivo de inquietud empresarial porque en todo lo que ocurre hay una posibilidad de negocio.

¿Qué cualidades hay que tener para lograr todo eso?

Hay que ser muy trabajador. El esfuerzo es fundamental, y también la fuerza de voluntad y la perseverancia como motores que canalizan las horas de dedicación. Luego hay que tener capacidad para ilusionarse, mucha empatía y no ser egoísta, porque en cuanto asumes la responsabilidad de tener una o varias empresas, ya tienes a tus espaldas que tus decisiones, acertadas o erróneas, son parte del destino de numerosas familias.

De todas formas, para mí toda esta vida de trabajo y dedicación no ha supuesto ningún sacrificio ni renuncia, para mí ha sido la felicidad de la vida que he querido, porque la ilusión y la satisfacción de los logros alcanzados, de las metas conseguidas, me han dado la plenitud de sentirme bien con la forma de hacer las cosas.

Para un empresario con su experiencia, que ha vivido etapas económicas muy diferentes en España. ¿Cómo valora el momento actual desde la perspectiva social y de generación de riqueza?

Si algo he aprendido en estos años es que es imprescindible llevarse bien con la situación que se vive en cada momento. Si en un momento determinado no se puede correr, no se corre; y no se puede buscar el éxito de forma permanente porque las situaciones son cambiantes y, en muchas ocasiones, impiden cualquier movimiento… por bueno que sea. Y eso me lleva a pensar que, tal vez, el mejor de los consejos que puedo dar a otros es que hay que ofrecer la espalda a la frustración, porque puede convertirse en miedo y el miedo bloquea e impide aspirar a algo mejor.

Dicho esto, la situación actual política es verdad que muchas veces nos lleva a la desilusión y desinterés, falta generosidad, y verdadero compromiso por generar riqueza, impulsando los puestos de trabajo. La gente joven se enfrenta a una situación de total desesperanza.

¿Qué necesita la juventud para recuperar la ilusión por ser emprendedor?

Se necesitan oportunidades, hay que cambiar muchos planteamientos para incentivar a las empresas para generar vías de inserción laboral para los jóvenes. Y falta más cultura emprendedora, más apoyo real desde las instituciones y también desde la educación. Hoy en día la juventud es impaciente, vivimos en la era de la inmediatez, pero los proyectos sólidos se construyen con el tiempo. Se habla mucho de tener ideas brillantes, pero el verdadero emprendedor es el que ejecuta, el que insiste cuando otros abandonan. Además, hay que tener humildad para aprender, y liderazgo para rodearse de gente mejor que uno mismo.

¿Cómo puede fomentarse la cultura emprendedora? ¿Cree que la sociedad actual pone en valor la figura del empresario?

La verdad es que veo con mucha frecuencia que se cuestiona la figura del empresario y se critica cualquier actuación. Creo que no se hace justicia, incluso que está infravalorado. Es absurdo que un empresario tenga que pedir perdón si triunfa cuando, en realidad, ese éxito se convierte en generación de puestos de trabajo y riqueza para todos.

Y esto lo están viviendo los jóvenes como un freno a la hora de mirarse en ese espejo para querer alcanzar ese estatus. Es necesario que se sea justo con el que desarrolla una capacidad de esfuerzo con el conjunto de la sociedad y con los que asumen riegos (que incluyen su propio patrimonio) para ayudar al progreso colectivo.

Y por eso es bastante injusto que al cometer un error, se juzgue y se crucifique a la persona, sin conocer la dificultad que conlleva la contribución a la economía social y la creación de puestos de trabajo desde la responsabilidad y el compromiso absoluto del empresario vocacional.

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