INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Microsoft se distancia de OpenAI en público para evitar las sanciones antimonopolio de Europa y EEUU

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

Microsoft acaba de dejar vacante su puesto de observador en la junta de OpenAI porque, dicen, tienen «plena confianza en lo que está haciendo la empresa de inteligencia artificial» y ya han pasado las turbulencias. Pero se ha producido una fatal coincidencia, y es que la Comisión Federal de Comercio -FTC por sus siglas en inglés- justo está investigando los vínculos entre Microsoft y OpenAI, y si existe una posición de monopolio gestionada por ambas.

Es el último malabarismo empresarial de Microsoft. Tratar de dominar una compañía y el salto tecnológico de la inteligencia artificial, pero sin que parezca que lo gestionan directamente.

La abrupta renuncia de Microsoft a su puesto de observador en la junta directiva de OpenAI, que adelantó Financial Times, coincide con la investigación que lleva a cabo la FTC, que se suma a la que tiene abierta la Comisión Europea contra el gigante tecnológico. Cuando Bruselas inició su investigación, Microsoft se apresuró a lanzar un comunicado diciendo que no poseen «ninguna parte de OpenAI» y que «solamente tiene derecho a participar en el reparto de beneficios».

Más allá de lo difícil que resulta comprender que si no tienes nada -aunque sea por ser socio capitalista de la compañía-, te den beneficios, lo cierto es que la otra parte del comunicado de Microsoft era menos clara: «nuestro acuerdo y la información sobre el mismo sigue siendo confidencial». Lo que ambas compañías traten o no es casi una cuestión de fe, y eso es lo que molesta tanto a la Comisión Europea como a la Comisión Federal de Comercio.

Apple, que tiene también muy buena relación con OpenAI, ha dicho que no tiene intención de asumir «ningún papel en la junta directiva» de la empresa de inteligencia artificial, y así se evita las investigaciones que ahora pesan sobre su competidor.

¿Por qué se apartan de OpenAI?

Microsoft ha invertido 13.000 millones de dólares en el fabricante del chatbot con inteligencia artificial más famoso del mundo, pero efectivamente no posee parte alguna de OpenAI. Participa del reparto de beneficios en tanto que financia determinados proyectos. El resto, como decíamos, es una cuestión confidencial.

Ahora se retira de la junta a la que accedió tras el escándalo en el que, cuando quiso nombrar a la directiva de OpenAI, le dimitieron en bloque los responsables de la inteligencia artificial. Aquello se saldó con la vuelta de todo el mundo a su puesto y con Microsoft de oyente de cuanto allí ocurriera, más allá de las suposiciones.

Como ya contamos en OKDIARIO, se apartan por las investigaciones, pero evitar los vínculos va a ser mucho más complicado, especialmente para Microsoft, que basa buena parte del crecimiento de su nueva tecnología en la implementación de la inteligencia artificial que desarrolla OpenAI.

Fuentes de la compañía creadora de ChatGPT hablan de relaciones más allá de los beneficios: «Empresas conjuntas, proyectos financiados con patentes compartidas…». «Va a ser difícil», apuntan, «que no se establezca una relación clara» a pesar de la salida de la junta directiva.

Además, lo que están haciendo, para tratar de evitar comportamientos monopolísticos, es que «la interacción cambie de lado». No serán Microsoft o Apple quienes pidan explicaciones, sino que, «a modo de startup», será OpenAI quien organice reuniones periódicas con socios, entre los que incluirá a Thrive Capital o a Khosla Ventures, para que no sean solo las dos grandes tecnológicas estadounidenses las que acudan.

La nueva directora financiera de la OpenAI, Sarah Friar -que viene de Nextdoor-, es la primera que está estableciendo «controles que permitan explicar la relación con Apple y Microsoft» desde un punto de vista de «socios interesados». Que no estén ninguna en la junta directiva es uno de los consejos de la propia Friar.

Preocupación en Bruselas

La Comisión Europea sigue estudiando la asociación entre Microsoft y OpenAI en medio de grandes preocupaciones sobre la competencia en el espacio de la inteligencia artificial.

El año pasado, Microsoft aceptó el puesto de observador en la junta directiva luego del caos que se produjo cuando el director ejecutivo, Sam Altman, fue despedido y luego recontratado días después. «Esta posición proporcionó información sobre las actividades de la junta sin comprometer su independencia», escribió el asesor general adjunto de Microsoft, Keith Dolliver, en una carta a OpenAI.

Dolliver continuó diciendo que desde entonces «hemos sido testigos de un progreso significativo por parte de la junta recién formada y confiamos en la dirección de la compañía» y, por lo tanto, el papel de Microsoft en la junta ya no era «necesario».

Sin embargo, en junio, la Comisión Europea ya aseguró que estaba explorando la posibilidad de abrir una investigación antimonopolio entre Microsoft y OpenAI. La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos también ha estado examinando las inversiones realizadas por megaempresas tecnológicas en compañías emergentes de inteligencia artificial generativa por considerar que, de facto, son propietarias de esas empresas.

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