En 2019

Más de 50.000 trabajadores de la industria han sido despedidos o se les ha suspendido el contrato

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Cadena de montaje automovilística (Foto: Getty)

La crisis del empleo en la industria es un hecho innegable, sobre todo teniendo en cuenta que, a pesar de que no es el mayor sector de la economía española (algo que ostentan los servicios), sí que es el más afectado por los despidos colectivos y por las suspensiones de contratos, lo que es un reflejo de la parálisis en la producción que se ha producido durante el año pasado en las fábricas nacionales.

Según los datos de regulación de empleo al cierre de 2019, que elabora el Ministerio de Trabajo, más de 50.000 personas (concretamente 52.175) se vieron inmersos en un ERE. De hecho la mayoría han sufrido despidos colectivos o suspensiones del contrato laboral (concretamente 50.893).

Los despedidos de su puesto de trabajo han sido 9.036 trabajadores, una cifra un 62,7% superior a la registrada en 2018, lo que indica que los problemas laborales en las fábricas han crecido de forma exponencial. Sin embargo, por el momento, las suspensiones de contratos son las que imperan: se registraron 41.857, un 9,1% más que un año antes.

Menos industrias están apostando por reducciones de jornada, que sólo afectaron en el ejercicio pasado a 1.282 empleados, un 20,6% más que un año antes.

Aunque la cifra de despedidos en EREs en el sector aún está lejos de la registradas durante lo peor de la crisis (llegaron a afectar a 36.497 personas en 2009), lo cierto es que en un año ha dado un fuerte salto, pasando de 5.554 afectados en 2018 a 9.036. Lo mismo ha ocurrido con las suspensiones de contratos, que fueron 38.383 hace dos años y que el pasado ejercicio ascendieron a 41.857 en el sector industrial.

La muestra de que la producción industrial no está en su mejor momento son los datos del último trimestre de 2019, los últimos disponibles, ya que apenas creció un 0,1% en comparación con el avance del 1,1% del tercero y del 1,7% del segundo, lo que evidencia que la desaceleración en las fábricas es un hecho.

La confianza industrial, de hecho, tiene un saldo neto del -5,2% enero, un porcentaje similar al del cuarto trimestre de 2019 y más elevado que el 2% registrado entre julio y septiembre, lo que indica que la percepción sobre el futuro de las fábricas no es demasiado buena.

La industria española ha seguido perdiendo importancia en la economía en los últimos años. La riqueza que generan las fábricas ya solo equivale al 16% del Producto Interior Bruto (PIB) nacional, frente al 18,7% que aportaba en el año 2000, hace dos décadas.

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