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Las letras del Tesoro se convierten en el mejor activo de inversión sin riesgo

La rentabilidad de los títulos a un año alcanza el 3%, muy por encima de lo que ofrecen los bancos

El Tesoro coloca 4.893 millones en letras a 6 y 12 meses a los tipos más altos de la última década

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Álvaro López Barceló, nuevo director general del Tesoro y Política Financiera.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El Tesoro colocó este martes 4.000 millones en letras a un año y tuvo que pagar para ello un interés de casi el 3% (el 2,998%, para ser exactos), el tipo más alto desde agosto de 2012. No hay ninguna otra inversión sin riesgo que ofrezca esta rentabilidad, que es fruto del despilfarro del Gobierno de Pedro Sánchez, lo que ofrece una gran oportunidad para el inversor conservador.

Como ha venido informando OKDIARIO, los bancos se están resistiendo a pagar a sus clientes por los depósitos -salvo entidades extranjeras y neobancos digitales- a pesar de que los tipos oficiales del BCE ya han alcanzado el 2,5% y seguirán subiendo en los próximos meses. En cambio, prefieren colocar fondos garantizados, que le suponen menor coste y atan al cliente durante más tiempo.

Por tanto, la opción de las letras del Tesoro es imbatible con un rendimiento del 3%. Es cierto que aún siguen lejos de la inflación, pero también lo es que ni siquiera los activos de riesgo ofrecen una rentabilidad mayor hoy por hoy. Y no hay inversión más segura, puesto que cuenta con la garantía del Estado.

Un elemento negativo es la mala experiencia de los inversores con la deuda pública en 2022, ya que fue el activo que más dinero perdió por culpa de las subidas de los tipos oficiales: cuando los intereses suben, los precios de las letras y bonos bajan (se mueven a la inversa), con la consiguiente pérdida para sus tenedores.

Ahora bien, estamos hablando de títulos a corto plazo, donde esas fluctuaciones de precio son más pequeñas. Y si se mantienen hasta el vencimiento (un año o incluso se puede invertir a 6 meses, donde la rentabilidad es del 2,6%), se cobra el cupón y el Estado devuelve todo el dinero invertido inicialmente sin que afecten las fluctuaciones del precio.

Además, la inversión en deuda pública es la más sencilla que existe, porque se puede comprar directamente en la web del Tesoro sin necesidad de más trámites y con unas comisiones bajísimas, del 0,15%. También se puede hacer desde cualquier banco, con una comisión un poco más alta pero que sigue dejando una rentabilidad sin competencia.

Además, la inversión mínima es de sólo 1.000 euros, por lo que está al alcance de todas las carteras. Con el añadido de la liquidez inmediata: las letras se pueden vender en cualquier momento y recuperar la inversión sin penalización, al contrario que los depósitos bancarios.

Esta elevada rentabilidad de las letras a corto plazo es consecuencia no sólo de la subida de tipos del BCE, sino sobre todo de la necesidad del Gobierno de pagar un alto interés a los inversores para que le compren su ingente deuda pública: está en máximo histórico, por encima de 1,5 billones de euros,  a pesar de la recaudación récord de impuestos gracias a la inflación. Y más ahora que el BCE ha comenzado a reducir sus compras de deuda pública, que habían permitido una barra libre para el despilfarro de Sánchez durante la pandemia.

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