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Konecta hace un ERE a 600 trabajadores españoles pero ampliará plantilla en Portugal y Sudamérica

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Empresa de telefonía Konecta.
Benjamín Santamaría
  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

La empresa de telecomunicaciones Konecta amplía su plantilla en Portugal y en Sudamérica mientras aplica a 602 trabajadores españoles un expediente de regulación de empleo (ERE), según ha podido conocer OKDIARIO por fuentes cercanas a la compañía. Así, la mercantil está «llevando todas las campañas a Latinoamérica y en España no están gestionando ninguna».

La compañía de contact center informó a los sindicatos sobre su decisión de aplicar un ERE para 602 trabajadores que afectará a los centros de trabajo de la compañía en Madrid, Barcelona, Sevilla, Almendralejo (Extremadura), Avilés (Asturias), Las Palmas, Tenerife y Güeñes (País Vasco).

Según las fuentes consultadas, la empresa ha trasladado las campañas a otros países en los que el coste laboral es más barato.  Así, aunque Konecta sigue recibiendo encargos de España, la compañía contrata en el extranjero para suplir los puestos que pierde con el ERE.

Las mismas fuentes indican que estas circunstancias se dan por el cambio de consejero delegado que ha sufrido la empresa. Así, el nuevo CEO, Nourdine Bihmane, ha decidido hacer una reestructuración en la que salen perdiendo los empleados españoles.

«Recordemos que es una de las empresas más grandes del sector y con un margen de beneficios enorme», ha asegurado el sindicato CGT en un comunicado. Los representantes de los trabajadores afirman que los centros más afectados por el ERE serán los de Madrid y Barcelona.

CGT también acusa al nuevo CEO por los despidos. «La primera medida es la destrucción de puestos de trabajo cuando la plantilla de la multinacional lleva años prestando servicio. CGT no cree que sea necesaria la extinción de puestos de trabajo, ya que año tras año la facturación del grupo Konecta no hace otra cosa que incrementarse, por lo que desde la Confederación General del Trabajo no haremos otra cosa que proponer alternativas al despido», ha resaltado el sindicato.

Además, CGT asegura que la excusa del ERE, que se justifica por medidas productivas, organizativas y técnicas; se utiliza «al no poder esgrimir las económicas, puesto que la realidad de las cuentas anuales de todas estas empresas es de beneficios estratosféricos».

«Desde la CGT emplazamos al resto de agentes sociales a una lucha más activa contra esta destrucción de empleo. No basta con la voluntariedad. Esperamos que el ERE de Konecta sea un revulsivo y un punto de inflexión ante esta situación», han asegurado. La confederación considera que aún se puede revertir esta situación y evitar los despidos de la empresa.

El próximo lunes, el comité de empresa se reúne para negociar las condiciones del ERE, aunque los empleados esperan que no se sobrepasen algunos límites como despedir a aquellos que tienen más de 55 años.

El ERE de Konecta

La compañía tuvo la intención de despedir a la parte de su plantilla que trabajaba para la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) «sin indemnización y sin posibilidad de solicitar la prestación de desempleo», según afirmaron las mismas fuentes en octubre.

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José Luis Escrivá, ex ministro de Seguridad Social, junto a su sucesora, Elma Sáiz.

Los empleados ofrecieron sus servicios durante 10 años a la TGSS. El departamento de Konecta sirvió como contact center a la institución. Sin embargo, el organismo dependiente del Ministerio de InclusiónSeguridad Social y Migraciones decidió internalizar la asistencia telefónica y prescindir de la empresa desde el pasado 6 de octubre.

Konecta interpretó que los empleados eran responsabilidad de la TGSS, según las fuentes. La empresa, «amparándose en el artículo 20 del convenio colectivo», sostuvo que la Tesorería debía haber asumido a esos trabajadores al haber contraído el servicio que ellos prestaban hasta ese momento a través de una contrata. Es decir, que la TGSS se debería haber subrogado como empleador.

Los empleados afectados se concentraron, con un 84% de seguimiento, a las puertas del organismo que dirigía entonces José Luis Escrivá. Tras las protestas, la compañía accedió a negociar un ERTE para los indefinidos, 146 personas. En cambio, los 51 empleados con un contrato fijo-discontinuo fueron suspendidos.

Ahora, cinco meses después, la empresa va a aplicar un ERE que va a afectar a muchos más trabajadores, algo que deja el ERTE de octubre en una anécdota. 602 trabajadores pueden acabar en la calle en los próximos meses mientras Konecta amplía su plantilla en el extranjero.

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