Salida a Bolsa

Ibercaja sólo venderá acciones a institucionales para evitar el riesgo de otro caso Bankia o Popular

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Víctor Iglesias, consejero delegado de Ibercaja Banco.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La próxima salida a Bolsa de Ibercaja Banco -prevista para 2022, aunque podría adelantarse antes de fin de año- se dirigirá exclusivamente a inversores institucionales (fondos de inversión y pensiones, bancos, aseguradoras o grandes patrimonios). De esta forma, la entidad aragonesa quiere evitar el riesgo de que en el futuro pueda sufrir problemas judiciales como ocurrió con la salida a Bolsa de Bankia en 2011 o la ampliación de capital de Banco Popular en 2016.

En aquellas operaciones, las entidades colocaron masivamente las acciones a los clientes minoristas de su red de oficinas ante el poco interés despertado entre los profesionales, precisamente porque eran más conscientes de sus problemas de solvencia. Cuanto éstos se materializaron, los accionistas de ambos bancos perdieron todo el dinero invertido, lo que dio pie a un arbitraje en el caso de Bankia y a numerosos procesos judiciales en los dos, que aún siguen generando sentencias y una instrucción penal en la Audiencia Nacional.

Aunque Ibercaja presume de una solvencia a prueba de bombas, no quiere arriesgarse a que le ocurra lo mismo en el futuro (Bankia y Popular también anunciaron sus colocaciones con el argumento de una elevada solvencia). Además, la gran diferencia con aquellos casos es que la entidad que dirige Víctor Iglesias no necesita vender acciones a sus clientes: el banco de inversión que coordina la operación, Rothschild, asegura que hay demanda institucional de sobra para colocar el 34% del capital sin necesidad de recurrir a la red.

Como informó OKDIARIO, Ibercaja ha descartado los cantos de sirena para unirse a la fusión de UnicajaLiberbank, y ha optado por la salida a Bolsa como fórmula para cumplir la Ley de Fundaciones Bancarias, que obliga a la Fundación a reducir su participación por debajo del 50%. Dado que la antigua caja de ahorros posee el 88% del capital, deberá colocar más del 33%. Para ello, consiguió prorrogar el plazo en varias ocasiones hasta el próximo año.

Visto bueno del BCE

Para acometer esta operación, la entidad ha logrado convencer al BCE de que puede seguir en solitario sin necesidad de fusionarse, algo que ha conseguido también Banco Sabadell, como adelantó este medio.

Fuentes del sector explican que «el BCE ya no aprieta tanto como antes para que la gente se fusione. Después de las de CaixaBank-Bankia y Unicaja-Liberbank, cree que ya hay suficiente concentración en España. Y lo que le preocupa es que ninguna entidad pequeña vaya a tener problemas de solvencia y darle un susto como el del Popular». Y tampoco quiere posibles problemas con accionistas minoristas, de ahí que apoye la decisión de Ibercaja de una colocación puramente institucional.

En principio, la operación estaba prevista para el próximo año, pero, dada la fuerte recuperación del sector bancario en Bolsa, las fuentes no descartan que se lleve a cabo incluso antes de fin de año. Ibercaja tiene un patrimonio neto (valor en libros) de unos 3.300 millones; si alcanzara una valoración en Bolsa de esta cifra -Unicaja, por ejemplo, cotiza a 0,5 veces el valor en libros aproximadamente-, la colocación estaría valorada cerca de 1.100 millones.

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