Reestructuración bancaria

Ibercaja descarta a Unicaja y se decanta por salir a Bolsa para mantenerse independiente

José Luis Aguirre y Víctor Iglesias, presidente y CEO de Ibercaja Banco
El presidente y el CEO de Ibercaja Banco
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Ibercaja Banco ha descartado los cantos de sirena de la nueva Unicaja tras la fusión con Liberbank y ha decidido seguir en solitario. Para ello, ha conseguido el permiso del BCE -siempre proclive a que las entidades pequeñas sean absorbidas por las grandes-. La ley le obliga a salir a Bolsa el próximo año, operación que ya está preparando y podría adelantar a 2021 si las condiciones del mercado son favorables.

Como ha venido informando OKDIARIO, la fusión de Unicaja y Liberbank siempre ha contemplado incorporar en el futuro a Ibercaja como tercera pata. Pero los problemas de reparto de poder entre el presidente de la entidad andaluza, Manuel Azuaga, y el de la asturiana, Manuel Menéndez, que estuvieron a punto de dar al traste con la operación, han ahuyentado a la aragonesa.

«Si han tenido esos problemas para ponerse de acuerdo entre dos, y han cerrado en falso la disputa, imagina para repartirse el poder entre tres», señala una fuente del sector. Otra añade que «ahora mismo, Unicaja es el último sitio al que iría Ibercaja».

Las opciones de Ibercaja

El problema es que no tiene muchas más opciones para acometer una operación corporativa. Entre los grandes, solo podría interesarle a BBVA -Santander solo se aviene a estudiar la opción de Bankinter en España, como adelantó en exclusiva OKDIARIO-, pero en ese caso la Fundación Ibercaja (la propietaria del banco) pasaría a ser irrelevante al diluirse en una entidad tan grande.

Lo mismo ocurriría con Sabadell: aunque la dilución sería menor, el banco que preside Josep Oliu siempre exige mandar en todas sus adquisiciones. Queda la opción de Abanca, más similar en tamaño, pero es muy complicada porque quieren pagar una valoración muy baja y, encima, con intercambio de acciones no cotizadas. Para colmo, el BCE no ve con buenos ojos que el venezolano Juan Carlos Escotet tenga más poder en el sistema financiero español.

Ante esta situación, los primeros espadas de Ibercaja, el presidente José Luis Aguirre y el CEO Víctor Iglesias, han optado por seguir en solitario. Para ello, han tenido que convencer al supervisor europeo de su viabilidad; es bien sabido que el BCE es partidario de que los pequeños se fusionen entre sí o con los grandes. Y lo ha conseguido, al igual que el Sabadell, que ha obtenido dos años de ‘vidilla’ para desarrollar su plan estratégico.

«El BCE ya no aprieta tanto como antes para que la gente se fusione. Después de las de CaixaBank-Bankia y Unicaja-Liberbank, cree que ya hay suficiente concentración en España. Y lo que le preocupa es que ninguna entidad pequeña vaya a tener problemas de solvencia y darle un susto como el del Popular», explica una de las fuentes.

Salida a Bolsa… ¿en 2021?

Y tanto Sabadell como Ibercaja le han convencido de que tienen solvencia suficiente para aguantar en solitario sin provocar sustos, al menos a medio plazo. Ahora bien, eso implica que la entidad aragonesa tiene que salir de una vez a Bolsa, después de conseguir dos prórrogas hasta 2022. La Ley de Fundaciones Bancarias (las antiguas cajas) le obliga a reducir su participación por debajo del 50% desde el 88% que detenta en la actualidad.

Para diseñar la operación, ha contratado a Rothschild, que está en fase de prospección del apetito del mercado por esta colocación de acciones. En principio, estaba prevista para el próximo año, pero, dada la fuerte recuperación del sector bancario en Bolsa, las fuentes no descartan que se lleve a cabo incluso antes de fin de año.

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