Francia: el apoyo fiscal de emergencia protege la economía a costa de aumentar el déficit

Bernhard Bartels es analista principal para Francia de Scope.

Francia: el apoyo fiscal de emergencia protege la economía a costa de aumentar el déficit

Francia ha aumentado el apoyo económico a los hogares, empresas e industrias al inyectar a 110.000 millones de euros de 45.000 millones para hacer frente a la ralentización económica acentuada por el Covid-19. Sin embargo, ha debilitado las perspectivas fiscales del país de cara al medio plazo, según Scope Ratings.

Desde Scope habíamos pronosticado una disminución del 6,3% en el crecimiento del PIB de Francia (AA/estable) en 2020, suponiendo que se desbloqueara, de forma gradual, el parón del país desde mediados de abril. Sin embargo, la ampliación de las medidas de confinamiento hasta el 11 de mayo empujará a la economía a una mayor recesión en 2020.

Con la extensión de las medidas de confinamiento, el PIB real podría reducirse hasta un 10% en 2020, incluyendo más riesgos a la baja relacionados con una liberación muy gradual de las medidas adoptadas. La ampliación de las medidas de apoyo del Gobierno es importante para hacer frente a la crisis sanitaria y garantizar la preservación del tejido económico del país.

Así, el Gobierno ha aumentado su paquete de estímulos de emergencia a la economía, incrementando el apoyo fiscal directo de 45.000 a 110.000 millones de euros (o el 4,5% del PIB), lo que lo convierte en uno de los mayores programas de apoyo de Europa. El paquete incluye 24.000 millones de euros para el plan de desempleo a corto plazo («chômage partiel»), más de 33.000 millones de euros en impuestos de sociedades diferidos (algunos sectores muy afectados serán totalmente exonerados) y 7.000 millones de euros en gastos relacionados con la salud, entre otras áreas.

Estas medidas, además de los 300.000 millones de euros (12,4% del PIB) en préstamos garantizados por el Gobierno y otras medidas de apoyo anunciadas a nivel europeo, proporcionarán un apoyo imprescindible a la economía, limitando las insolvencias, ayudando a las empresas a retener su capital humano y proporcionando ingresos a los hogares con recursos limitados. El plan de desempleo a corto plazo ya ha demostrado su eficacia con casi nueve millones de trabajadores (alrededor de un tercio del empleo total) de más de 732.000 empresas registradas.

Estas medidas extraordinarias son cruciales a corto plazo para que Francia pueda resistir la recesión. Sin embargo, esperamos ver un debilitamiento significativo de las finanzas públicas a medio plazo.

El plan de desempleo temporal podría requerir de un gasto fiscal adicional dependiendo de la duración del bloqueo. Nuestro escenario base prevé que, con nueve millones de beneficiarios durante tres meses y una tasa de reemplazo promedio del 70% se asumirá un coste fiscal de alrededor de 36.000 millones de euros. Cada semana adicional de desempleo temporal añadiría unos 3.000 millones de euros al déficit público.

Por ello, prevemos que el déficit se amplíe, al menos, al 8% del PIB y que la deuda pública aumente por encima del 115% del PIB en 2020, como resultado de la contracción del PIB nominal, la disminución de los ingresos fiscales y el aumento del gasto público. Esto provocará un deterioro de los fundamentales fiscales de Francia a medio plazo, con una proyección de la deuda sobre el PIB que se mantendrá por encima del 110% hasta 2024.

Por muy significativo que sea esto, varios factores mitigan las implicaciones para la sostenibilidad de la deuda pública de Francia.

Francia entró en la crisis con una base económica más robusta, en comparación con otros países de la zona euro, como Alemania. El desempleo estaba en descenso al haber caído a su nivel más bajo desde la crisis financiera mundial. Las reformas habían mejorado el potencial de crecimiento del país y la economía estaba demostrando su resistencia al empeoramiento del contexto económico internacional antes del brote de Covid-19. Al mismo tiempo, el apoyo sustancial proporcionado por el BCE permitirá a Francia refinanciar su deuda pública a muy bajo coste, reduciendo en gran medida los riesgos de refinanciación a medio plazo.

Estos factores podrían respaldar la calificación “AA” de Francia si la crisis sanitaria se contiene gradualmente para este verano, el Gobierno despliega su paquete fiscal de manera eficaz y establece bases sólidas para una recuperación económica sostenible.

Bernhard Bartels es analista principal para Francia de Scope.

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