La familia Grifols dejó de comprar acciones de la farmacéutica a través de su patrimonial en 2022

La familia Grifols frenó las compras de títulos de la farmacéutica y dejó de aumentar su participación en la compañía a través de su sociedad inversora Deria SA en 2022. Según los registros de esta sociedad, la familia Grifols fue aumentando su participación en la farmacéutica ahora puesta en entredicho por el informe del fondo bajista Gotham Capital desde el 8,91% que tenía en 2019 hasta el 9,2% que alcanzó a finales de 2021. Sin embargo, esas compras se frenaron ya en 2022, pese a que los títulos protagonizaron una relevante caída en ese ejercicio.

Se da la circunstancia de que la familia independentista catalana empezó también en 2022 a vender grandes cantidades de acciones de Grifols a través de su otra sociedad, Scranton Entreprises HB, con sede en Países Bajos y objeto de las críticas del informe de Gotham Capital, según se ha publicado en otros medios. Scranton tiene el 6,8% de Grifols y ha sido acusada de ser clave en el falseamiento de las cuentas de la compañía.

Según los registros de la sociedad y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la familia Grifols aumentó su peso en la compañía a través de su sociedad inversora Deria SA -en la que participan el presidente de honor de la compañía, Victor Grifols, y sus hermanos Enric, Núria, Albert y Raimon- tanto en 2020 como en 2021.

En 2020, la firma pasó de tener el 8,91% de Grifols al 9,161% del capital. Y en 2021, volvió a incrementar su peso en la farmacéutica hasta el 9,195% actual, prácticamente el 9,2%. Estas compras de títulos pararon drásticamente en 2022 pese a que las acciones de la empresa sufrieron una importante caída en ese primer año.

En 2022, las acciones de Grifols empezaron cotizando por encima de los 16 euros y acabaron el año por debajo de los 11 euros. Además, según explica la sociedad inversora en su memoria, ese año 2022 no recibió ningún dividendo por sus títulos de Grifols, lo que redujo los ingresos de esta patrimonial de 17 millones en 2021 a menos de medio millón de euros en 2022.

El beneficio neto de esta firma inversora también se desplomó en 2022, pasando de más de 16 millones de beneficio en 2021 a pérdidas de casi 150.000 euros al año siguiente. Además, la familia explica en la memoria de la compañía que en 2022 puso 25 millones de acciones de tipo A como prenda a favor de Banco Santander por un préstamo de 250 millones a la sociedad Quadriga Real Estate, una filial inmobiliaria de la polémica Scranton.

De acuerdo con los registros de la CNMV la familia Grifols tampoco habría aumentado su peso en la farmacéutica en 2023, a excepción de las que forman parte del sueldo variable de los directivos a nivel personal. Sólo el vicepresidente y director gerente, Raimon Grifols, realizó una pequeña compra de acciones a título particular el 29 de diciembre, justo después de anunciar la venta del 20% de la filial china Shanghái RAAS a Haier por 1.629 millones de euros.

Raimon Grifols adquirió 5.838 acciones a 15,41 euros por título, por lo que el batacazo que ha sufrido la acción es importante, pese a que la operación permitirá a la farmacéutica cuando se cierre reducir su abultada deuda, de más de 9.000 millones de euros. Este lunes los títulos de Grifols han cerrado a 8,90 euros tras una ligera mejora en la sesión del 0,25%.

Futuro incierto para Grifols

Cada dato que se va conociendo de Grifols añade más incertidumbre a su futuro. La compañía quiso reforzar su posición enviando un hecho relevante a la CNMV este domingo en el que aclaraba que la venta de su filial china sigue adelante y el comprador, Haier, no se ha echado atrás pese a la polémica.

Pero los analistas dudan sobre la firma. La semana pasada la cúpula de la farmacéutica quiso responder públicamente a todas las preguntas de los expertos. Sin embargo, el encuentro no tuvo el efecto esperado y la acción de Grifols se desplomó un 10% después del encuentro con los analistas.

Además, el impacto que ha tenido en el resto de empresas analizadas por el fondo Gotham habla por sí solo. La mayoría de las compañías no ha recuperado el valor bursátil previo al informe del fondo y la única española antes de Grifols, Gowex, ha desaparecido y su fundador acabó admitiendo que había falseado las cuentas.