La estantería del supermercado que no debes perder de vista: es clave si quieres ahorrar un dineral en tu compra
La estantería del supermercado que debes tener en cuenta si quieres ahorrar
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A pocos días de la Navidad, seguro que todos somos muy conscientes de cómo han subido los precios en los supermercados, especialmente de los productos más frescos. De este modo y tras pasar por caja, siempre se sale con esa sensación de que hemos gastado más de lo previsto. Por este motivo, lo normal es buscar trucos que ayuden a estirar el presupuesto sin renunciar a lo imprescindible. Con esto en mente, cada vez son más personas las que comparan folletos, cambian de supermercado en función del producto que necesiten, o prueban nuevas marcas, pero aun así muchos siguen sintiendo que no es suficiente. Por eso cada pequeño gesto importa, y entender cómo funcionan los lineales puede marcar una diferencia real en la factura final.
Por eso se está hablando tanto de pequeños gestos que, sumados, pueden marcar la diferencia en el ticket final. Lo curioso es que una buena parte del ahorro no tiene que ver tanto con dejar de comprar, sino con comprar de otra manera: elegir el momento adecuado, saber en qué pasillo buscar y, sobre todo, entender cómo juegan los supermercados con la colocación de sus productos. No es algo casual; detrás hay estudios de comportamiento y marketing que influyen directamente en lo que metemos en la cesta. Y en este escenario, los expertos en consumo llevan semanas repitiendo una idea que muchos pasan por alto: hay una estantería concreta que conviene vigilar, un punto clave dentro del supermercado que puede ayudarte a ahorrar sin esfuerzo y sin renunciar a la calidad de tu compra. Lo único que debes hacer es fijarte bien donde miras cuando vayas a hacer la compra.
La hora a la que debes ir al supermercado para ahorrar
Aunque parezca un detalle menor, el momento elegido para hacer la compra tiene un impacto directo en el precio final. Las recomendaciones que circulan entre especialistas en consumo señalan claramente dos ventanas que suelen dar muy buen resultado: las tardes y noches de los sábados. En ese tramo final de la semana, muchos supermercados aplican rebajas de última hora en productos frescos como carne, pescado, frutas o verduras para evitar que se queden sin vender antes del cierre.
En determinados hipermercados ocurre algo parecido los domingos, cuando el establecimiento necesita liberar espacio y reducir excedentes antes de arrancar de nuevo la semana. No siempre coincide en todas las cadenas, pero quienes están atentos a este patrón suelen encontrar ofertas que no aparecen en otros horarios. De este modo basta con esperar un poco e ir al supermercado a última hora y podrás ver que mucho producto fresco, como bandejas de carne, de pescado y fruta suelen venderse con etiquetas especiales en las que se indica la rebaja.
Comprar en esos momentos no sólo permite conseguir buenos precios, sino que también obliga, de forma natural, a planificar mejor. Así se acaba comprando lo que realmente se necesita y no tanto lo que entra por los ojos, porque la decisión se centra en aprovechar descuentos concretos.
La estantería que debes vigilar si quieres ahorrar de verdad
Más allá del día y la hora, el gran truco para gastar menos está en prestar atención a cómo están ordenados los productos en las estanterías. Los especialistas lo explican desde hace años: la balda que queda justo a la altura de los ojos está reservada casi siempre para los artículos más caros, para las marcas que pagan por visibilidad y para aquellos productos que interesa vender más rápido. Es la zona premium del lineal, esa en la que tu mirada se fija de forma automática.
El ahorro real empieza cuando rompes ese gesto instintivo y miras arriba o abajo. Tanto en las baldas superiores como en las inferiores suelen colocarse opciones más económicas, marcas blancas menos visibles y alternativas igual de buenas pero sin campañas de marketing detrás. Es lo que muchos consumidores descubren cuando, por curiosidad, se agachan o levantan la vista: el mismo producto, o uno prácticamente equivalente, cuesta varios euros menos simplemente por estar fuera de la línea de visión principal.
Este mapa invisible que diseñan los supermercados no es casual. Todo está dispuesto para que gastes un poco más sin darte cuenta. Por eso, la planificación juega un papel fundamental: saber qué vas a comprar antes de entrar evita que caigas en la trampa de las estanterías que buscan captar tu atención con envases llamativos o colocaciones estratégicas.
Entonces, la clave está en el consejo de los expertos, y que es algo tan sencillo como mirar más allá de lo que se coloca en el centro de la estantería. Un hábito que aunque no lo parece, puede suponer un ahorro considerable a lo largo de todo el mes. No requiere tiempo, no es una técnica complicada y, sin embargo, marca una diferencia real en el bolsillo.