España paga a Marruecos un 57% más que a los agricultores españoles por sus fresas

España importó de Marruecos alrededor de 5,47 toneladas de fresas el año pasado y pagó por ellas 18,12 millones de euros, según los datos que ofrece el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Es decir, en términos medios, el país pagó por kilogramo alrededor de 3,31 euros por esta fruta marroquí. Sin embargo, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el «precio en la posición más próxima al agricultor» de la fresa en la temporada 2022/2023, la última ya finalizada, fue de 2,139 euros por kilogramo. Por tanto, el producto llegado del país africano sale un 56,81% más caro que el cosechado en territorio español.

Así, Marruecos percibe más por esta fruta que los agricultores españoles, pese a que la calidad ha sido cuestionada en numerosas ocasiones. Y no es para menos. La última partida de fresas con hepatitis llegadas desde el país vecino fue el pasado 20 de abril. Ésta fue la tercera alerta de 2024.

En este caso se dio una circunstancia diferencial, y es que esa partida fue retirada cuando ya había pasado la frontera y ya estaba en España, camino del mercado.

La fresa de Marruecos se dirigía hacia su destino final cuando una de las muestras tomadas previamente en el control fronterizo dio positivo y obligó a las autoridades a paralizar esa partida de frutas, la tercera encontrada con el mismo patógeno en apenas mes y medio.

Las fresas de Marruecos

El 6 de marzo, una alerta sanitaria retumbó en España. Así, los españoles supieron que una partida de fresas procedentes de Marruecos contenía microorganismos patógenos correspondientes al virus de la hepatitis A, según informó el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) después de analizar una partida importada desde Marruecos el pasado 19 de febrero.

Tras ello, tal y como adelantó este periódico, los agricultores pidieron a Pedro Sánchez estar presentes, al igual que representantes de los consumidores, en las inspecciones de los alimentos importados del extranjero, especialmente los que provienen «del norte de África».

De hecho, Unión de Uniones, la segunda organización de agricultores más representativa de España, advirtió a este periódico que era «muy posible que hayan entrado más fresas con hepatitis» en el país. Tenían razón. Otras dos alertas se han conocido hasta el momento.

Según analistas consultados por OKDIARIO, la fresa con hepatitis «puede ser una señal de que algunas de las importaciones de frutas de Marruecos han pasado por un proceso de riego con presencia de aguas fecales». Por tanto, el problema se deriva de los cultivos de origen y de las condiciones de la producción.

La asociación de agricultores ya advirtió de que «no se analiza todo lo que entra por los puertos» de nuestro país, mientras que «los agricultores españoles producen en condiciones de salubridad». Por ello, una de las exigencias del sector ha sido estar presentes en las inspecciones, además de incrementarlas, para evitar que vuelvan a ocurrir sucesos similares.

Con todo, y pese a ser más caras, España no ha parado de aumentar sus importaciones de fresas marroquíes. En febrero, las compras a Marruecos de esta fruta se dispararon un 48,17%.

Los españoles han reaccionado

No obstante, las quejas y protestas de los agricultores parece que han surtido efecto. En marzo, España importó menos de la mitad de fresas del país africano que en el mismo mes del 2023, desde los 1,7 millones de kilogramos hasta los 733.000 kilogramos.

Las reiteradas alarmas y las manifestaciones agrícolas han calado en el sentir general de los españoles. Así, el 82% de los consumidores españoles prioriza la compra de producto nacional en origen, según un estudio de Aldi.

De hecho, este informe revela que el 88% de los consumidores piensa que «los supermercados deberían de ofrecer más información al respecto» sobre la procedencia de los alimentos. Por tanto, España ha visto con preocupación los casos de fresas en mal estado y ha acabado reaccionando.