La economía mediterránea, la más perjudicada por el año perdido para el turismo
Francisco Coll Morales es economista y coordinador del servicio de estudios de Fundación Civismo.
Las últimas previsiones que lanza el Observatorio Regional de BBVA Research para el cuarto trimestre confirman lo que muchos llevamos meses comentando y anunciado. En este sentido, el servicio de estudios de la entidad bancaria ofrece sus pronósticos sobre el impacto de la pandemia en las distintas economías autonómicas.
Unos pronósticos que, tras ser analizados, muestran ese shock asimétrico, el cual, basándonos en el impacto que supone un deterioro tan intenso del sector turístico en el país, muestra cómo las previsiones arrojan un mayor pesimismo en aquellas economías más dependientes de dicho sector.
Así concluye el BBVA Research la actualización de su informe, haciendo referencia a ese mayor deterioro de las economías de la cuenca mediterránea, debido a su elevada dependencia de uno de los sectores más afectados por la pandemia, el turismo.
En este sentido, tampoco podemos olvidarnos de las islas, donde el turismo intensifica su presencia, de esta forma, condicionando la economía balear, o la economía canaria, de una forma desmesurada. Y es que debemos tener en cuenta que hablamos de economías que, en este caso, basan casi la mitad de su PIB en un sector turístico que, a la luz de las previsiones, prevé contraerse de una forma como nunca se había visto.
Así, las previsiones que realiza la patronal turística Exceltur prevé que el sector registre pérdidas de hasta 92.000 millones de euros. Unas perdidas que podrían agravarse, en función del comportamiento de una crisis, en la que no se cuenta con precedentes. A la vez que se desconoce el posible comportamiento que experimentará la pandemia en un futuro, de la naturaleza de esta crisis.
En este sentido, hablaríamos de un deterioro que podría elevar las pérdidas hasta alcanzar los 125.000 millones de euros. En todo caso, la patronal ya habla de un año perdido para el turismo, al prever una caída en los ingresos que, de acuerdo con sus previsiones, se sitúa en el 81%.
Bajo este contexto, las estadísticas que hemos ido analizando, por desgracia, alientan ese pesimismo que por otro lado refleja la patronal turística. Conforme se van lanzando titulares, en los cuales se va registrando la actividad turística en el país, los datos son cada vez más preocupantes.
España tiene una gran dependencia del sector turístico. La cual ha pasado de ser una fortaleza a una gran debilidad en momentos como el actual. En un escenario en el que el PIB se contraerá en 2020 un 11%, tal y como muestra el pronóstico que ofrece el Banco de España, el 57% de esta contracción quedaría justificado por las pérdidas del sector turístico. Es decir, que en la contracción en la que el turismo juega un papel fundamental.
Además, como decía, los titulares a los que hacíamos mención no animan a los miembros del sector, que, como recoge la estadística en su contraste con años anteriores, ya registran descensos en determinados indicadores clave, como puede ser la ocupación hotelera, de hasta el 90%.
Unos descensos que, de seguir en esta línea en los próximos meses hasta acabar el año, dejarían cerca de 40.000 millones de euros que, ante la situación, no estaría generando el sector. Todo ello, con sus consecuentes efectos en la economía, donde, como decíamos, el sector turístico, teniendo en cuenta su contribución, tanto directa como indirecta, soporta cerca del 25% del PIB español, a fecha de 2019.
Además, otro aspecto preocupante y que se está remarcando es la contribución del sector turístico al empleo. En estos momentos, el sector contribuye, de forma directa e indirecta, al empleo con un 14,7% sobre el empleo total. Desde el año 2013, el turismo ha sido el encargado de generar el 20% de todo el empleo nuevo creado a partir de ese año. Todo esto, con una temporalidad que se sitúa en el 32%, preocupa mucho al sector, así como a la población en general.
Cuando hablamos de un sector con tanto peso en la economía, cualquier deterioro que este sufra, inevitablemente, tendrá un impacto en la economía. En este caso, siendo España una de las primeras potencias mundiales. Así como teniendo en cuenta que hablamos de un sector que supone la principal fuente de ingresos por exportación de servicios en el país. Hablamos de un impacto que, como mencionábamos, justifica más del 50% de la contracción prevista para el PIB en este 2020.
Por último, cabría resaltar, la apuesta que ha realizado el Gobierno de España por incentivar el sector turístico con el turista nacional. El objetivo es suplir las pérdidas que se prevén para este año por la no llegada de turistas extranjeros.
Sin embargo, cabe matizar que hablamos de un turismo doméstico que analizado de forma objetiva, ya representa el 90% de la actividad turística que registra el país. Es decir, hablamos de un agregado del 9,8% que, en millones de euros, no llegaría a superar los 4.000 o 5.000 millones de euros.
Todo ello, debido a que, mientras que el extranjero aporta más de 70.000 millones, el doméstico, en la suma, no llega a los 35.000 millones. Siendo el turismo extranjero el que más aporta a este sector; dicho sea de paso, vital para nuestra economía.