¿Se atreverá la CNMV a forzar una opa sobre Indra?
Oughourlian quiere sacudirse las pérdidas de Prisa con Indra: pide dividir en dos el grupo español
Los independientes de Indra se despiden del grupo denunciando concertación entre la Sepi y el presidente de Prisa
Indra se dispara más de un 4% en Bolsa mientras se intensifican los rumores sobre una posible escisión
La CNMV, la policía de la Bolsa, se va a enfrentar a una auténtica prueba de fuego, quizá la mayor de su historia, y mira que la CNMV tiene una historia nefasta con casi todos sus presidentes. Hablamos de Indra, por la concertación más que evidente entre su principal accionista, la Sepi, el dueño de Prisa -el fondo Amber- y SAPA, la empresa del presidente de la Real Sociedad (que también está en la ecuación).
La Ley dice que, cuando haya concertación entre accionistas que superan el 30% de capital conjuntamente, hay que lanzar una opa por el 100%. Es el caso de Indra, donde Sepi tiene el 25,16%, Amber el 5,12% (oficialmente, porque tiene permiso para llegar al 9,99% y no tiene que comunicarlo, por esas normas tan estupendas que tenemos en España) y SAPA, el 5%.
La cuestión, claro está, es si actúan concertadamente. Y ahí el presidente de Prisa y de Amber, el francés de origen armenio Joseph Oughourlian, ha proporcionado bastantes pruebas de que así es. Primero, forzó en la junta de accionistas de junio la salida de todos los consejeros independientes de la empresa introduciendo un punto fuera del orden del día… que recibió el voto favorable del holding público y de la empresa vasca. Los consejeros defenestrados se despidieron precisamente denunciando la concertación de Sepi y el presidente de Prisa.
Pelotazo a la vista
Y la semana pasada dio más argumentos. Oughourlian, un bocachancla de órdago, no tuvo mejor ocurrencia que soltar que pretende dividir Indra en dos -las áreas de defensa y de tecnología civil- y vender la segunda, Minsait. Incluso dio una valoración, hasta 2.000 millones… cuando el conjunto de Indra no llega a 1.800 millones en Bolsa. Vamos, lo que se dice un pelotazo. Lo dijo antes del cierre de la Bolsa, lo que disparó la cotización, pero le dio lo mismo. Y la CNMV no dijo ni pío, por cierto.
Si esta operación cuenta con el apoyo de los otros dos accionistas significativos, la concertación será palmaria; y es lo que piensa el mercado, por eso sigue subiendo en Bolsa. Pero aquí topamos con los precedentes: la CNMV jamás ha forzado una opa por concertación, ni siquiera en otros casos escandalosos como los de FCC o, más recientemente (en 2021), Codere.
Un exconsejero de Indra está convencido de que, esta vez, el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, no tiene más remedio que obligar a lanzar la opa. «Es demasiado evidente la concertación y no puede obviarla», asegura. En juego no sólo está la valentía de Buenaventura, sino la propia credibilidad de un órgano supuestamente independiente del Gobierno. Una credibilidad ya bastante baqueteada, pero que se recuperaría con una decisión de este calibre.
Precedentes nefastos
Y decimos que está bastante baqueteada porque los anteriores presidentes han tomado decisiones más que discutibles, si no directamente ilegales. La más escandalosa fue la ‘operación parqué’ por la que la UDEF investigó una presunta trama de corrupción en la que incluyó la decisión Manuel Conthe de cerrar preventivamente la firma Vetusta Wealth Management (posteriormente reconoció que no había ninguna irregularidad que motivara su cierre, pero el daño ya estaba hecho). Esta investigación fue archivada al no encontrar suficientes indicios de cohecho. Y ahora la hija de Conthe preside el FROB. Tan ricamente.
Pero en la época más reciente de Sebastián Albella, también se acumularon los escándalos: el agravio entre el Banco Popular (donde no limitó las posiciones bajistas) y Liberbank (donde sí las prohibió); el famoso tuit de Ana Botín anunciando la refinanciación que salvaba a DIA de la quiebra con el mercado abierto y que quedó sin sanción; la ocultación de la sanción a Josep Borrell por sus tejemanejes en Abengoa; o la opa de Abanca sobre Liberbank en 2019, a cuyas condiciones dio su visto bueno a priori pero que luego rechazó una vez lanzada, lo que obligó a Juan Carlos Escotet a renunciar a la operación.
La jugada de Indra
Volviendo a Indra, todo el mundillo sabe -y así se lo hemos contado en OKDIARIO- qué hay detrás del asalto de Amber. Este fondo pierde hasta la camisa con su inversión en la quebrada Prisa (como todos los que se han metido en esa máquina de destruir capital) y, por eso, ha buscado otros accionistas que pongan pasta en una ampliación. Eso no gusta a Moncloa, que necesita tener amarrado su aparato mediático (El País, la Ser) de cara a las elecciones y teme perder el control si entra alguien como Vivendi o Atresmedia.
Oughourlian ha aceptado la petición gubernamental pero, a cambio, ha pedido alguna compensación para sus pérdidas. Y Pedro Sánchez ha pergeñado la operación de Indra con ese fin. Con la Sepi como ejecutor, en la enésima actuación vergonzante de este holding que pagamos todos los españoles (Plus Ultra, Duro Felguera, etc.) y que la ínclita ministra de Hacienda, María Jesús Montero, maneja a su antojo; recuerden cuando le guardaba la presidencia a su protegido, el procesado Vicente Cecilio Fernández.
Esta es la historia, ni más ni menos. Y la CNMV tiene ocasión de darnos esperanzas en que en España todavía queda algo de independencia y Estado de derecho… o de confirmar que es otra institución independiente pervertida por el Gobierno socialista, como la Justicia, el CIS, el INE, el Tribunal de Cuentas o RTVE.