Los caseros se pasan al alquiler turístico para evitar la prórroga obligatoria y el tope del precio
El sector inmobiliario insiste en que tanto la medida que limita al 2% la subida del precio del alquiler en los contratos que deban revisarse – impuesta desde abril del año pasado-, como la prórroga de seis meses a los alquileres que terminen antes del 30 de junio, están reduciendo la oferta de forma abrupta. Los caseros están optando por pasarse al alquiler turístico o temporal, puesto que estas medidas del Gobierno sólo afectan a los arrendamientos de vivienda habitual.
«Muchos propietarios están recurriendo al arrendamiento para uso distinto del de vivienda que recoge el artículo 3 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) para poder dar esquinazo a estas medidas», asegura Arantxa Goenaga, socia y abogada de Círculo Legal. La experta señala que el principal objetivo de los caseros es «poder decidir sobre la fecha de finalización del contrato para recuperar la propiedad y aplicar las subidas de precio que se considere oportunas».
La letrada indice en que el alquiler turístico o temporal es legal, pero cada vez es más frecuente encontrar casos «que se amparan en esta figura pero que, en realidad, esconden un alquiler residencial convencional». Este sería uno de los trucos a los que están recurriendo los propietarios que están en desacuerdo con la iniciativa del Gobierno, pero en realidad que no quieren retirar su casa del mercado de alquiler convencional.
Desde la Asociación de Propietarios de Vivienda en Alquiler (ASVAL) explican que la limitación del 2% a las subidas del alquiler sin establecer compensaciones, al igual que el resto de las medidas que sobrerregulan este sector, «genera una gran inseguridad jurídica en el mercado» lo que provoca que los propietarios retiren sus viviendas del mercado del alquiler.
Asval calcula que durante el tiempo que estará en vigor la medida, desde el 2022 y en 2023, cada propietario perderá 2.000 euros de media por vivienda alquilada. Además, María Andreu, directora general de la asociación, recuerda que «más del 75% de los propietarios en España son particulares con una o dos viviendas» a los que también afecta la inflación.
Mercado de alquiler
El sector inmobiliario coincide en que estas medidas están consiguiendo el efecto contrario al deseado. En lugar de favorecer a los más vulnerables, la oferta de viviendas en alquiler se está reduciendo, dejando fuera a estos. En concreto, el número de viviendas en alquiler cayó un 17% el cuarto trimestre del año pasado, en comparación con el mismo trimestre de 2021, según idealista. Mientras que en el tercer trimestre de 2022 la caída de stock fue mucho más abultada: se desplomó un 25%.
Actualmente, una de cada cuatro viviendas en España es de alquiler, pero la oferta disponible en el mercado no cubre la demanda existente. A esto se suma que con el encarecimiento de la vivienda, las hipotecas y la subida del precio de los alimentos, la energía o los combustibles, la compraventa de vivienda se reducirá en 2023; por lo tanto, la otra opción será el alquiler.
Rentabilidad
Otro de los motivos por el que los caseros se pasan al alquiler turístico es la rentabilidad. En 2022, la rentabilidad de vivienda en alquiler aumentó un punto en 2022, lo que situó la media nacional en 5,9%.
Pese al alza, debido a la importante subida de los precios del alquiler, la rentabilidad continúa por debajo de los niveles previos a la pandemia a causa del fuerte incremento del precio de la vivienda.Por el contrario, la rentabilidad del alquiler turístico se ha disparando en los últimos meses debido a los altos precios de los arrendamientos temporales y a la reactivación del turismo en España.