Carmena gana la batalla judicial a Vodafone por la tasa que tumbó la fusión con ONO
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha ganado la batalla judicial que le ha enfrentado con la operadora de telecomunicaciones Vodafone, por la tasa impuesta por el Ayuntamiento a la compañía por el uso de infraestructuras de dominio público municipal. Este gravamen ha sido la causa de la congelación sine die de la fusión societaria de Vodafone con ONO, según ha admitido el consejero delegado de la operadora en España, Antonio Coimbra.
Tras la imposición de la tasa por parte del consistorio madrileño, Vodafone presentó una “incidencia de nulidad” ante el Tribunal Supremo, por considerar que la sentencia dictada por este mismo órgano defendiendo el gravamen municipal suponía una “vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva», por no plantear cuestión prejudicial alguna ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
Sin embargo, la Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo ha desestimado la petición de Vodafone, señalando que la sentencia no incurre en ninguno de los defectos que determinarían su nulidad.
Según los cálculos de la operadora, el impacto económico de esta tasa en las cuentas del grupo podría alcanzar los 700 millones de euros si se extendiera a nivel nacional, algo que puede ocurrir a tenor de la sentencia del Supremo avalando el gravamen madrileño. Sin embargo, ciñéndose sólo al coste fiscal en la capital, el importe a pagar sería de 40 millones de euros, una cifra que la compañía considera «insaumible»
Tras la congelación de la fusión, la operadora ha decidido mantener las sociedades Vodafone España (especializada en servicios de telefonía móvil) y Vodafone Ono (centrada en servicios de acceso a Internet por fibra óptica y telefónica fija). Además, ha creado una nueva sociedad denominada Vodafone Servicios, que será la encargada de facturar y de “poner a disposición de los clientes los servicios de comunicaciones prestados por Vodafone Ono y Vodafone España”.
La operadora ha señalado recientemente que ha decidido llevar a cabo varios cambios en su estructura societaria con el objetivo adaptarla a su estrategia de negocio, enfocada en la convergencia, y remarcó que estas modificaciones no afectarán ni a las relaciones con los clientes ni a las condiciones de los empleados.
De momento, los clientes permanecen a la espera de noticias por parte de la compañía, pues tan sólo recibieron una carta informando de que iba a producirse la fusión, sin ningún tipo de comunicación adicional, ni siquiera informando de la paralización de la operación con ONO. La fusión se ha paralizado a pesar de que Vodafone disponía de todos los permisos y autorizaciones necesarios, incluido el visto bueno de la Comisión Europea, y después de poner encima de la mesa 7.200 millones de euros.
El culebrón de la fusión ha desembocado en que la operadora británica utilizara una agresiva política comercial para robarle clientes a su propia filial. Tal como avanzó OKDIARIO, personal comercial de Vodafone está recomendando a los antiguos clientes de ONO que finalicen sus contratos y que los renueven directamente con la nueva matriz, lo que supone desmantelar ONO en proceso de integración.
La estrategia de Vodafone es aprovechar los traslados de domicilio de los usuarios. Cuando el cliente de ONO se pone en contacto con la operadora matriz el departamento de atención al cliente le recomienda que se dé de baja en ONO, pagando la penalización correspondiente, y que contrate los servicios de Vodafone que, en realidad, son los mismos y se ofrecen con la misma infraestructura.