Calviño dice que la recuperación ha comenzado con los indicadores hundiéndose con cifras de dos dígitos
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La vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, sorprendía este miércoles en el Congreso de los Diputados afirmando que «la recuperación económica ya se ha iniciado». Sin embargo, los propios indicadores de su Ministerio revelan que las caídas siguen siendo de más de dos dígitos, aunque el mes más fuerte de desplome -el peor del confinamiento- fue abril.
En mayo el desplome del consumo de energía eléctrica fue del 13%, frente al retroceso del 17% de abril, lo que indica que la recesión continúa. El indicador de confianza industrial tuvo un saldo neto del -29,5% también en mayo, frente al -30.7% registrado en abril. Es decir, que la industria sigue de capa caída y muy por debajo de los niveles de actividad normales. De hecho, las principales industrias del automóvil están intentando recuperar la normalidad durante este mes de junio, aunque muchas de ellas tendrán que reorientar su estrategia en el futuro debido a que las previsiones apuntan a que caerá la demanda para un sector principalmente exportador.
Tampoco la demanda de coches en el interior ayuda. En mayo la matriculación de vehículos se hundió un 72,5%, frente al retroceso del 96,5% de abril. Una ligera mejoría que en realidad sigue reflejando que las ventas están en caída libre con respecto a 2019. No es que los datos de mayo ayuden a solventar las malas cifras de abril sino que las caídas interanuales se van acumulando y hacen prever que el segundo trimestre de 2020 será el peor de toda la historia reciente para el Producto Interior Bruto.
La confianza del consumidor en el quinto mes del año apenas tampoco da ninguna alegría. De hecho sigue teniendo un saldo negativo. Si en abril se situaba en el -29,2%, en mayo apenas varió esta tendencia (-28,8%).
Los datos de paro registrado interanuales muestran una tendencia muy similar. De hecho, en mayo creció más que en abril. Avanzó un 25,2% el desempleo en las listas del antiguo Inem, frente al avance del 21,1% de abril. El hundimiento del empleo también fue mayor en el quinto mes del año que en el cuarto: retrocedió un 4,6% en mayo en comparación el desplome de 4% de abril. Aunque el Ejecutivo está utilizando en sus declaraciones públicas cifras que nunca se utilizaban antes para evaluar el mercado laboral -comparar la afiliación del primer día del mes con el último y no la media- para justificar que la economía va mejor de lo que en realidad va.
Aún falta por conocer cómo evolucionaron en mayo las ventas de las grandes empresas o del comercio al por menor. Sin embargo, en abril se hundieron un 32,7% y un 28,9% respectivamente, lo que indica una recesión en la demanda interna no vista ni en la crisis de 2008, que se ha producido además en un corto lapso de tiempo.
Las medidas impulsadas por el Gobierno han tratado de evitar con los ERTE y los avales, además, efectos colaterales que los empresarios advierten que se verán con mayor claridad tras el verano. Por ejemplo, la banca ya ha advertido que no se podrán dar créditos a empresas que puedan caer y, por otro lado, el colectivo de los autónomos pronostica una EPA desastrosa tras la temporada estival. Sin olvidar el difícil estado de las arcas públicas: casi todos los impuestos han entrado o entrarán en caída libre mientras que el Gobierno sigue engordando el Estado del Bienestar a costa de incrementar la deuda pública.
Por no hablar de un asunto que empieza a preocupar ya en numerosos países: la posibilidad de un rebrote de la pandemia del coronavirus, que ya ha empezado a lastrar las bolsas. En China, por ejemplo, ya están empezando a aplicar medidas de confinamiento mientras que España se prepara para su temporada de verano más atípica. Los hoteles, las aerolíneas y las zonas de costa esperan que vengan los turistas este verano tras la paralización completa de este sector prioritario de la economía española entre los meses de abril y junio.
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