El ICO dio asistencia financiera a Cabify al quedarse sin liquidez suficiente debido a la pandemia
La división de Cabify Vector Ronda Teleport, destinada a adquirir y gestionar las autorizaciones VTC y sus respectivos vehículos afrontó problemas de liquidez. Al igual que con la matriz Maxi Mobility, el auditor observa "dudas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento".
Los problemas financieros de Cabify durante la pandemia necesitaron que la compañía recurriera al Instituto de Crédito Oficial (ICO), dependiente del Ministerio de Economía, al cual le solicitó una «concesión de líneas ICO para circulante» para solucionar un problema acuciante de liquidez durante el inicio de la crisis sanitaria en España, que petrificó la movilidad urbana y con ella el negocio de la multinacional española. Fue a través de una de sus filiales, Vector Ronda Teleport, la que concentra la mayoría de las autorizaciones VTC que obran en manos de Cabify, y que a principios del pasado año sumaban 1.400 tarjetas de transporte.
Vector Ronda, rebautizada como Vecttor recientemente, ha confirmado que el ICO le dio las líneas de crédito pero no precisa por qué cantidad. Las líneas ICO para empresas que se lanzaron tenían una cuantía máxima de 12,5 millones de euros.
El circulante es el dinero que una empresa tiene para disponer en cualquier momento que se necesite, es decir la liquidez. El hecho de que la filial de Cabify -cuya matriz es Maxi Mobility- necesitara de ayuda para liquidez no se interpreta como una buena señal de cara a su salud financiera. Cabify, orientado desde un principio al mundo de los vehículos VTC y que desde hace ya unos años busca abrir su negocio a otros segmentos como el taxi, es el primer ‘unicornio’ español que alcanzó (antes de la pandemia) una valoración estimada de más de 1.000 millones de euros.
Según las cuentas publicadas por la filial de Cabify que es propietaria de la mayoría de licencias del grupo, Vector Ronda Teleport, S.L., la parálisis causada desde el pasado mes de marzo por la pandemia en todo el mundo ha impactado de forma notable. Dice su auditor EY que «la caída de la actividad de la sociedad como consecuencia de la crisis derivada del covid-19 está impactando negativamente en los ingresos y flujos de caja». Una falta de liquidez que apremia en un momento en el que la compañía se encuentra con problemas de financiación.
El auditor observa en Vecttor, la empresa que provee a Cabify de 1.400 autorizaciones VTC, «dudas significativas de que pueda continuar como empresa en funcionamiento»
De hecho, al igual que dice el auditor para la matriz, EY también ve en la filial de licencias VTC de Cabify «la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento».
Tormenta perfecta
La situación de la compañía dirigida por Juan de Antonio es compleja, pues la pandemia del coronavirus ha venido a cambiar la movilidad urbana en un momento en el que Cabify había empezado a ser rentable por primera vez después de casi una década. Una tormenta perfecta en la que se suman problemas de financiación con el derrumbe de su negocio.
Ya hace un año, la marcha atrás de Rakuten dejó a la empresa sin su ansiada ampliación de capital, tal y como publicó este periódico. La vía de obtener más fondos por parte de sus accionistas no ha sido fácil y la compañía se centró en obtener beneficios y en concentrarse en un mercado más pequeño que otros competidores como Uber o los chinos de Didi.
Vecttor concentra una gran deuda financiera de 52 millones de euros que, a 31 de diciembre de 2019 acumulaba la empresa a razón de 8 millones de euros de vencimientos en 2020
Junto con la ampliación fallida de su matriz, Vecttor concentra una gran deuda financiera. Concretamente se trata de 52 millones de euros que, a 31 de diciembre de 2019 acumulaba la empresa a razón de 8 millones de euros de vencimientos en 2020 y más de 10 millones de euros de vencimientos anuales desde 2021 hasta 2024.
Los vencimientos a corto plazo de 2020 se negociaron con los bancos y se consiguieron aplazar. Aunque esto salvó la situación financiera a corto plazo, constituye un aumento de la carga financiera a largo, por lo que este volumen de 52 millones de euros sigue ahí, y a ello se le suma la línea de financiación para circulante ICO, que también se apunta en el lado de la deuda.
De hecho, EY comentaba en las cuentas que los gestores de Cabify le habían mencionado que se produciría una «recuperación de la actividad a partir del próximo mes de octubre», algo que sí que está ocurriendo, pero en mucha menor cuantía de lo previsto. En agosto, según datos recopilados por este periódico Cabify y Uber operaban todavía al 25% de su capacidad pese a la época veraniega.
No obstante, la venta de activos no estratégicos (como la inversión en Glovo) sí que está sirviendo para dar aire financiero a la sociedad.
Todo el riesgo de Varo
En 2019, Cabify ‘rescató’ a Rosauro Varo, propietario de Vector y que hasta entonces conformaba una empresa independiente al grupo español. La carga financiera de las autorizaciones estaba castigando al empresario sevillano, que acabó integrando su compañía en Cabify con sus VTC para compartir el riesgo.
Varo, pareja de la actriz Amaia Salamanca e hijo de la diputada socialista por Sevilla en el Congreso, Juana Amalia Rodríguez, es actualmente consejero del grupo Prisa tras haber renunciado al consejo de administración del periódico El Español, para el que había sido nombrado poco antes.