Bruselas negocia sanciones ‘light’ al gas ruso mientras Putin se embolsa otros 12.500 millones en abril
Los 27 países de la Unión Europea (UE) están negociando un nuevo paquete de sanciones a Rusia que incluye medidas contra la importación de gas ruso pero que no implicarán su prohibición total, como ha pedido la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Mientras Naturgy y Repsol esperan la resolución -reciben gas de empresas rusas-, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, sigue embolsándose ingentes cantidades de millones de euros por la exportación de petróleo y gas: en abril ingresó 12.500 millones, según datos del Ministerio de Finanzas del país.
Los gobiernos de la UE están negociando el 14 paquete de sanciones a Rusia, que estará cerrado en las próximas semanas. De momento, las sanciones van encaminadas a golpear los ingresos de Rusia, que financian la guerra contra Ucrania, a quien Europa envía ayuda militar y económica para defenderse, prohibiendo el uso de las instalaciones de la UE para transbordar GNL ruso a terceros países, como China e India.
Las propuestas iniciales europeas también incluyen prohibir el uso de puertos de la UE para barcos que contribuyan al esfuerzo bélico de Rusia. Sin embargo, la prohibición total de importar gas ruso, como ya ocurre con el petróleo, está fuera de la mesa de negociación debido a que hay países que todavía tienen una gran dependencia de esta energía rusa. Por ejemplo, Austria importa de Rusia el 98% del gas que consumo.
España, con Teresa Ribera a la cabeza, apoya todo tipo de sanciones a Rusia. De hecho, lleva meses pidiendo a las comercializadoras españolas que dejen de comprar gas a Rusia. Naturgy compra el 16% del GNL que consume a Rusia, mientras que Repsol recibe desde hace dos años gas de la compañía privada rusa Novatek, aunque explican que se trata de gas de su portfolio, por lo que puede no ser ruso.
En conjunto, Rusia ha sido en marzo el segundo proveedor de gas de España, sólo por detrás de Argelia. España es uno de los tres mayores importadores de gas ruso de Europa, junto a Bélgica y Francia. Y Europa en conjunto es el segundo importador de gas ruso del mundo, detrás de China.
La contribución europea a los ingresos de Putin para financiar la invasión de Ucrania es por tanto elevada. En abril, Rusia ha ingresado 12.500 millones de euros en ventas de petróleo y gas en el mundo, en parte de Europa. La cifra, publicada por el propio Gobierno ruso, es un 6% inferior al mes de marzo pero un 90% superior a abril de 2023.
Los presupuestos rusos cifran para todo 2024 unos ingresos por venta de energía de 116.700 millones de euros, un tercio del total. Su dependencia es absoluta. El año pasado, los ingresos por petróleo y gas descendieron un 30% pero para este año ya prevé aumentarlos de nuevo en otro 30%.
Mientras las arcas rusas se llenan con fondos europeos, los países miembro de la Unión Europea hacen encaje de bolillos para pactar algunas sanciones, como el trasvase de GNL de puertos europeos a terceros países -de puertos españoles sale gas para China-.
Pero ningún país europeo ha tomado la decisión de prohibir unilateralmente la importación de GNL ruso, aunque el Parlamento europeo aprobó la norma que lo permite a finales de marzo. Ribera ha pedido en muchas ocasiones a las empresas que no compren gas ruso, pero no se ha atrevido a prohibirlo unilateralmente y ha señalado que debe ser Europa en bloque quien debe tomar esa decisión.
Naturgy, empresa señalada por las compras a Rusia, ha defendido públicamente en numerosas ocasiones que se trata de un contrato internacional sujeto a conflictos judiciales si se incumple. Y que no compra ni un gramo más de gas del que fija el contrato.