Sentimiento de los inversores

¿Las Bolsas se mueven por los éxitos deportivos? Italia le debe más a Draghi que a Mancini

Bolsas éxitos deportivos
Italia celebra la victoria.
Laura Piedehierro
  • Laura Piedehierro
  • Periodista. Cuando no escribo del Ibex 35 me gusta mirar cuadros. Antes en Estrategias de inversión y ahora aquí.

El sentimiento de los inversores puede decantarse hacia las compras tras un éxito deportivo, quizá, pero el efecto en las Bolsas es limitado y se circunscribe sólo al corto plazo. Tanto es así que el índice italiano cae tras la victoria de Italia en la Eurocopa. Detrás de su buena marcha anual estaría Mario Draghi.

Aunque existe cierta controversia sobre la relación entre el comportamiento de los mercados y las competiciones deportivas, varios estudios señalan que sí puede haber, al menos en el corto plazo, una relación basada en el cambio de ánimo de los inversores.

Algunos de ellos demuestran la relación entre los resultados de la selección inglesa de fútbol y el retorno del FTSE 100 en días posteriores, las victorias en la NFL y la evolución de las empresas cotizadas en el Nasdaq o la dinámica de algunos índices tras las derrotas nacionales en otros deportes como el cricket o el baloncesto.

“La victoria en un evento deportivo puede hacer que puntualmente una persona se sienta eufórica y que eso le haga tomar más riesgos en una operación, pero, a nivel general, no es un factor que haga que un índice pueda subir o bajar”, explica Sergio Ávila, analista de IG.

Pese a que un triunfo deportivo no debería ser suficiente para mover el mercado, el mismo experto señala que “sí podría afectar puntualmente, si se entiende que la celebración conllevará un mayor consumo y que eso pueda beneficiar a ciertos sectores más relacionados con el ocio”. Incluso en el caso de ser así, el efecto estaría muy limitado al corto plazo.

Los expertos consultados coinciden en señalar que se puede producir cierta correlación entre un éxito en el deporte y un repunte de las Bolsas, pero no existe una relación de causa efecto, por ejemplo, entre la victoria de Italia en la reciente Eurocopa y la marcha de la Bolsa italiana.

Desde enero, el FTSE MIB sube un 12%, avances que se han visto reducidos desde que Donnarumma paró el último de los penaltis de la final. Una semana después, el descenso se acerca al 1,5%. El selectivo británico, que se revaloriza un 8% desde enero, pierde casi un 2% en el mismo plazo.

Bolsas y Eurocopa de 2020

En su opinión, de Darío García, analista de XTB, los factores que han llevado al crecimiento en el índice italiano están principalmente motivados por la gestión que está realizando el recientemente elegido primer ministro del país, y ex presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi. El mercado italiano saludó su nombramiento, al entender que su gestión al mando del organismo europeo servirá para mejorar la situación económica de Italia.

Otro caso muy distinto es el de los equipos italianos de fútbol que cotizan en la Bolsa, cuyos avances sí pueden justificarse en la victoria de los ‘azurri’, ante la revalorización de los jugadores en propiedad que han participado y ganado la Eurocopa. “Ese sentimiento alcista en los valores podría estar motivado por el sentimiento patriótico de la victoria de su país o por una posible venta de sus jugadores con un incremento en su facturación», afirma el analista de XTB.

Sin embargo, explica también García, los equipos de fútbol que cotizan en Bolsa son, en términos históricos, “las peores inversiones que se pueden llevar a cabo”, dado que tienen unos elevados costes vinculados a los salarios de sus jugadores, que además se incrementan año tras año. Por el contrario, los ingresos son meras estimaciones que dependen en gran medida del su desempeño en las competiciones que disputan. Por comparar, un bono soberano de EEUU a 10 años tiene mejor rentabilidad histórica que un equipo italiano en el mismo periodo.

El gol de Iniesta en el Ibex 35

Antonio Castelo, analista de iBroker, extrapola la victoria de Italia en la Eurocopa al periodo de títulos que cosechó la selección española entre 2008 y 2012 y lo relaciona con el comportamiento del Ibex 35. El 29 de junio de 2008 un gol de Fernando Torres daba su segunda Eurocopa a España. Esa semana, lejos de subir, el selectivo español cayó. El país se enfrentaba a una importante crisis económica.

Con el gol de Iniesta en el Mundial de Sudáfrica, el Ibex 35 sí que se anota avances, aunque mínimos. Las subidas, en realidad, más que al “iniestazo” se deben, explica Castelo, a “uno de los famosos suelos de Draghi”. El 11 de julio se disputó la final y dos semanas después el italiano pronunciaba su famoso «whatever it takes», subrayando que la institución haría todo lo necesario para sostener el euro y que eso sería suficiente.

La siguiente Eurocopa, la de 2012, “coincide con un doble suelo y el índice reacciona con una subida es más duradera, pero en línea con el comportamiento que registraron por los índices europeos por aquel entonces”, indica el analista de iBroker. “Fueron cuatro años de euforia futbolística en los que el índice se movió por otras cuestiones”, añade.

Psicología de la inversión y algoritmos

Una rama de la economía estudia la diferencia entre el comportamiento real de los inversores, por ejemplo, tras la última Eurocopa, y la pauta prevista que deberían seguir según la racionalidad de las teorías económicas. Lo hacen las finanzas conductuales, o ‘behavioral finance’.

Uniendo psicología y economía tradicional, estudia diferentes tipos de errores en la inversión relacionados con el comportamiento humano, como el autoengaño, el procesamiento de la información, los estados de ánimos y la influencia social, tanto a nivel personal como de “rebaño”.

Aunque el auge de los algoritmos, que indican qué y cómo comprar o vender, podría suprimir “el factor humano” en las inversiones, Tomás García-Purriños, gestor de fondos en Santander AM, considera que “no eliminan los sesgos relacionados con la construcción de los mismos”.

“En todo caso, sí es cierto que cuanto más organizado y coherente sea el proceso de inversión en todas sus fases, lo que no implica necesariamente que deba ser 100% sistemático, menor la probabilidad de caer en estos sesgos”, añade.

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